Los dos medios de comunicación han tomado esta decisión porque consideran que la red social de Elon Musk difunde discursos de odio y desinformación
Tanto La Vanguardia como el diario británico The Guardian han decidido dejar de publicar sus informaciones a través de X, la antigua Twitter. Según datos de marzo de 2024, esta red social tiene unos 250 millones de usuarios activos diarios, que pasan en promedio 30 minutos al día en la plataforma.
En los artículos donde explican la razón de su marcha, los dos diarios critican cómo, con el paso de los años, X se ha convertido en un espacio que permite difundir discursos de odio y desinformación. No son los únicos: los medios de comunicación estadounidenses NPR y PBS dejaron de publicar en la plataforma el año pasado por el mismo motivo.
The Guardian señala que su equipo llevaba un tiempo viendo cómo la red social difunde teorías de la conspiración de ultraderecha y racismo. Los bulos que se han viralizado en el último mes en torno a las elecciones de Estados Unidos han sido claves para tomar finalmente esta decisión.
Por su parte, La Vanguardia destaca las noticias falsas que se han propagado a raíz de la DANA en Valencia. El diario catalán advierte de la cantidad de bots que han participado en las conversaciones públicas con mentiras sobre esta catástrofe para ganar audiencia en esta red social.
Los dos medios hacen referencia a la llegada de Elon Musk a la plataforma como el detonante de este problema. Según ellos, la actitud de no intervención del empresario ha permitido que las mentiras y el odio se propaguen sin control, haciendo de X una plataforma tóxica para los usuarios que la utilizan cada día.
Musk, dueño de otras empresas como Tesla y SpaceX, compró la red social en abril de 2022 por una cifra récord, 44.000 millones de dólares, convirtiéndose en el principal accionista. Ya entonces saltaron las alarmas sobre las posibles consecuencias que tendría su llegada sobre la libertad de expresión en esta plataforma.
¿Cómo funciona el algoritmo?
Uno de los principales cambios que hizo Elon Musk tras comprar X fue introducir un sistema de suscripción llamado c. Entre otras funciones exclusivas, este permite conseguir el tick azul que garantiza la verificación de la cuenta. Hasta entonces, esta función era gratuita, pero solo podían acceder personalidades relevantes (famosos, políticos, medios de comunicación…).
Este modelo de suscripción ha tenido un impacto en su algoritmo. El algoritmo es el conjunto de reglas computacionales que utilizan las plataformas para determinar qué contenido se muestra primero y en qué orden. En el caso de X, los tuits de las cuentas verificadas son priorizados y amplificados para llegar a una audiencia mucho mayor.
Una amplificación que está presente incluso si los mensajes que comparten estos perfiles incitan al odio. Según un estudio del Center For Countering Digital Hate (CCDH), la red social de Musk no elimina el 99% de los tuits racistas y homófobos de los usuarios de pago y, en su lugar, podría estar incluso impulsándolos. Entre los tuits analizados que se han difundido sin penalización se incluyen mensajes neonazis, antisemitas y xenófobos y de rechazo a la comunidad LGTBIQ+.
Otra investigación de las universidades de Cornell y de California en Berkeley (Estados Unidos) muestra que la red social también “premia” el contenido político partidista. Según los investigadores, X amplifica aquellos tuits que despiertan emociones como la ira y la polarización.
¿Hay alternativas?
La noticia de The Guardian y La Vanguardia ha creado un debate en redes sociales y entre los periodistas de los medios de comunicación. ¿Qué es mejor, dejar de usar Twitter o quedarse?
Para algunos, abandonar la aplicación es la mejor opción. En los últimos meses, usuarios particulares han decidido dejar de utilizar la red social de Musk y marcharse a otras aplicaciones como Bluesky. Esta se ha convertido en una alternativa por ser muy parecida a la red del pájaro azul, y su número de usuarios se ha disparado en los últimos meses.
Los que defienden esta decisión creen que si todos cerramos nuestras cuentas, X dejará de ser relevante y, por tanto, no tendrá capacidad para influir en la opinión pública a través de la difusión de mentiras. Abandonar la red social es también enviar un mensaje político, una forma de expresar rechazo hacia este problema.
Para otros usuarios, la solución está en el otro lado. Es necesario seguir en la plataforma de Musk para combatir la desinformación y el odio desde dentro, optando por una postura activa y comprometida. Abandonar este espacio sería dejar que los bots y aquellos que difunden mentiras acaben dominando la narrativa.
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