Las autoridades sanitarias de Europa y Norteamérica confirman decenas de casos de esta enfermedad, que provoca fiebres altas y sarpullidos
Las autoridades sanitarias en Europa y América del Norte están en alerta por la aparición de varios casos de viruela del mono, una enfermedad vírica que provoca fiebres altas, dolor muscular y una erupción cutánea en varias partes del cuerpo. La infección puede durar entre dos y tres semanas, cuando los síntomas desaparecen.
El primer caso de este nuevo brote se detectó el 7 de mayo en el Reino Unido, según datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC). En los días siguientes se detectaron nuevos casos en el país, aunque estos no habían estado en contacto con el primer caso.
Más tarde, otros países de Europa informaron sobre nuevos casos: España, el país con más casos confirmados, Portugal, Francia o Suecia. Al otro lado del océano Atlántico, en Estados Unidos ya se ha confirmado el primer caso y en Canadá hay dos positivos y otros veinte en estudio.
Los primeros casos detectados en el Reino Unido habían viajado desde Nigeria, donde existe una cepa más leve de este virus. Sin embargo, es la primera vez que se registran cadenas de transmisión entre personas que no han estado en ningún país africano.
A diferencia del coronavirus, que se propaga fácilmente por el aire a través de microgotas o aerosoles, la viruela del mono o viruela símica es una enfermedad de transmisibilidad baja. La transmisión entre personas se produce por contacto estrecho con una persona infectada, sobre todo por gotículas respiratorias en los contactos cara a cara.
En ese sentido, la posibilidad de contagio entre personas que no mantienen contacto o que no están cerca es muy baja. En cambio, el riesgo de contagio durante la actividad sexual es muy alto, tal como indica el ECDC.
¿Qué es la viruela del mono?
La viruela del mono está causada por un virus zoonótico, es decir, que tiene origen animal pero puede transmitirse de animales a humanos. Se descubrió por primera vez en 1958, cuando hubo dos brotes de esta enfermedad en una colonia de monos destinada a la investigación (de ahí el nombre).
En 1970 se detectaron los primeros casos en humanos en la República Democrática del Congo. Desde entonces, se han registrado casos en 10 países africanos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) identifica dos variantes de este virus: la de la cuenca del Congo, que es más virulenta, y la de África Occidental.
Según la OMS, la viruela símica es una enfermedad poco común que afecta principalmente regiones de África, cerca de selvas tropicales. Por ese motivo, la aparición de múltiples casos en otros continentes está provocando preocupación entre los gobiernos.
Los diferentes síntomas incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular y cansancio. Al cabo de unos días aparece un sarpullido que empieza en la cara y puede extenderse por todo el cuerpo, sobre todo en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Estas pústulas producen un gran picor, se secan y forman una costra que, a veces, puede dejar cicatriz.
No existe una vacuna específica contra la viruela del mono, pero la vacuna genérica contra la viruela ha demostrado una gran eficacia para prevenir esta enfermedad. El problema es que esta vacuna dejó de producirse después de que la viruela fuera erradicada en la década de 1980, por lo que actualmente no hay un gran excedente para abastecer a todos los países.
La desigualdad agrava el diagnóstico
La viruela del mono tiene una tasa de letalidad muy baja: menos del 10% de las personas infectadas mueren, según los diferentes brotes documentados por la OMS. La población más joven es más vulnerable a la infección y la mayoría de muertes se producen entre niños pequeños.
La gravedad de los casos también depende de los recursos sanitarios en cada país y de las opciones de tratamiento disponibles para la población. En ese sentido, la desigualdad y la pobreza son factores clave a la hora de curar esta enfermedad, como sucede con otras epidemias como el ébola.
En 2003, por ejemplo, se registró un brote de viruela del mono en Estados Unidos (la primera vez que se detectaba fuera de África): hubo 81 personas infectadas, pero ningún caso fue mortal. Entre 2017 y 2022, Nigeria ha registrado más de 550 casos y ocho muertes, según datos oficiales.
La vacuna contra la viruela tiene una efectividad del 85% para prevenir el contagio de la viruela símica. Sin embargo, al dejar de fabricarse, las campañas de vacunación en África también se suspendieron y eso ha disminuido la inmunidad entre la población.