El informe ‘Global Carbon Budget’ advierte que hay un 50% de probabilidades de superar los 1,5 °C de calentamiento de forma constante en solo seis años
A falta de un mes y medio para terminar 2024, se prevé que este año se envíen a la atmósfera 41.600 millones de toneladas de dióxido de carbono. El CO2 proviene principalmente de la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural, y sus emisiones son unas de las más contaminantes para nuestro planeta.
El último informe ‘Global Carbon Budget’ ha sido el encargado de llegar a esta conclusión tras el análisis de datos climáticos recopilados por 119 científicos de 86 organizaciones de 19 países del mundo. El estudio señala que este volumen de contaminación marca un nuevo máximo histórico.
Además, el informe advierte que el tiempo para evitar un escenario con los peores impactos del cambio climático casi se ha agotado. Si las emisiones siguen a este ritmo, existe un 50% de posibilidades de que la temperatura media mundial supere el límite de 1,5 °C en tan solo seis años.
Se prevé que las emisiones de CO2 en 2024 alcancen las 41.600 millones de toneladas: 37.400 millones proceden de los combustibles fósiles y 4.200 millones se atribuyen a cambios de uso de la tierra.
Informe del @gcarbonproject en @Climatica.https://t.co/3ddzzBVQJF pic.twitter.com/a8q88IMaSM
— Eduardo Robaina (@EduRobayna) November 13, 2024
La publicación del informe llega mientras se celebra la Cumbre del Clima (COP29) en Bakú (Azerbaiyán), un evento organizado por las Naciones Unidas (ONU) que cada año reúne a representantes de casi todos los países del mundo para discutir y coordinar acciones globales frente al cambio climático.
La COP29 termina el próximo 22 de noviembre. Es la fecha límite en la que los países deberán proponer nuevas medidas para abordar la crisis climática y tratar de poner freno al calentamiento global. En ediciones anteriores, los acuerdos finales han sido decepcionantes y los representantes no han sabido establecer acciones ambiciosas.
¿Quién contamina más?
Cuando hablamos de contaminación y de cómo reducir nuestra huella ecológica, solemos centrarnos en acciones cotidianas que están a nuestro alcance. Reciclar, usar el transporte público o la bicicleta para desplazarnos, reducir el consumo de plásticos, ahorrar energía en nuestra casa o en el colegio…
Aunque estos esfuerzos son importantes y tenemos que seguir haciéndolos, ignoran una realidad clave para entender la crisis climática en la actualidad: la contaminación global es impulsada en gran medida por las acciones y estilos de vida de una minoría de personas que son extremadamente ricas.
Así lo revela ‘La desigualdad de las emisiones de carbono mata’, un informe reciente publicado por la organización Oxfam. Según este estudio, 50 de los milmillonarios más ricos del mundo emiten, en promedio, más carbono a través de sus inversiones, aviones privados y yates en 90 minutos que una persona de media en toda su vida.
Esas 50 personas tan ricas realizaron un promedio de 184 vuelos privados cada una, acumulando 425 horas en el aire. Una persona promedio tardaría 300 años en generar el mismo volumen de emisiones contaminantes.
El estudio advierte que si todas las personas del planeta generaran tantas emisiones como el 1% más rico, el presupuesto de carbono se acabaría en menos de cinco meses. Este presupuesto se refiere a la cantidad de CO2 que se puede emitir a la atmósfera para no superar el límite de 1,5 °C respecto al período preindustrial.
El peligro del negacionismo climático
Los informes son claros y contundentes: el tiempo para frenar el cambio climático se está agotando. Que la temperatura del planeta siga aumentando no hará más que intensificar los fenómenos climáticos extremos, como las olas de calor, las sequías, los huracanes y las inundaciones.
Al mismo tiempo que los científicos advierten de este peligro, son muchos los representantes políticos que niegan la existencia del cambio climático o minimizan su gravedad, a menudo anteponiendo intereses económicos o electorales a la evidencia científica.
Entre estos líderes políticos encontramos a figuras como Donald Trump, que recientemente ha ganado las elecciones de Estados Unidos. En su primer mandato como presidente (2016-2020), una de las primeras medidas que tomó fue sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París, el compromiso global para reducir emisiones y lograr limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C.
Durante la campaña electoral de 2024, el republicano ha reiterado su intención de seguir extrayendo combustibles fósiles como el gas y petróleo, principales culpables de la crisis climática. Además, quiere desmantelar las medidas ecologistas que puso en marcha el anterior presidente Joe Biden, a las que Trump denomina la “estafa verde”.
La negación o minimización del cambio climático influye en la opinión pública, generando confusión y escepticismo sobre la necesidad urgente de tomar medidas para controlar el calentamiento global.
Un 40% de los jóvenes consideran que la emergencia climática se está exagerando mucho, según un reciente estudio de la Fundación SM ⚠️. ¿Qué papel juegan las redes sociales y el negacionismo climático 📲🌱?https://t.co/hy8gCKiv6i
— Junior Report (@JuniorReport_) January 29, 2024
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