El Papa Francisco incluirá a religiosas en estas reuniones, que sirven para debatir sobre el funcionamiento de la Iglesia Católica a nivel global
El Papa Francisco, el máximo representante de la Iglesia Católica, ha decidido incluir a mujeres religiosas y laicos (personas que no son obispos) en el Sínodo de la Sinodalidad, una serie de reuniones donde obispos de todo el mundo y otros miembros de la Iglesia debaten cuestiones relacionadas con el funcionamiento de esta institución.
Se trata de una decisión histórica ya que, hasta ahora, solo los obispos tenían derecho a voto. De este modo, habrá cinco religiosas y cinco sacerdotes como representantes de las diferentes órdenes religiosas que podrán votar sobre el documento final que se redacte en el Sínodo.
Ampliar la representación de las mujeres en los órganos de decisión es una reivindicación histórica por parte de los sectores más progresistas de la Iglesia Católica. En ese sentido, en 2021, el Papa Francisco eligió por primera vez a una mujer como subsecretaria del Sínodo: la religiosa francesa Nathalie Becquart, que pudo votar en la reunión de aquel año.
Por otro lado, el actual Sínodo también contará con 70 laicos (personas que no son obispos) que representarán el 20% de los participantes de la reunión. Este grupo incluye a sacerdotes, personas consagradas, diáconos o clérigos de iglesias locales y la mitad deberán ser mujeres. Se espera que estas personas aporten un punto de vista diferente en la reunión, no tan jerárquico y más cercano a la realidad de los fieles.
La XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos concluirá con dos reuniones en octubre de 2023 y 2024. Durante estos encuentros, los obispos (y a partir de ahora también las religiosas y laicos) votan algunas propuestas concretas y las presentan al Papa, quien redacta un documento teniendo en cuenta sus opiniones.
A diferencia de los concilios (reuniones formales donde se discuten temas más profundos como la doctrina, la moralidad o la jerarquía eclesiástica), los sínodos tienen una función consultiva y sirven para asesorar al Papa sobre temas más generales.
Los retos de la Iglesia hoy
El catolicismo es una rama del cristianismo y una de las religiones con más seguidores del mundo: se calcula que hay más de 1.370 millones de personas bautizadas en la fe católica, según Vatican News, el portal oficial de la Santa Sede. Por ese motivo, las decisiones de la Iglesia Católica tienen una gran repercusión a nivel mundial.
No obstante, la sociedad también ha evolucionado, sobre todo en las últimas décadas. Han aparecido nuevos movimientos e ideologías que han desplazado a la religión como centro de la vida y han planteado nuevas dudas, inquietudes y reivindicaciones sociales: los derechos de la mujer, el reto de las migraciones, los problemas dentro de la propia Iglesia…
En este contexto, el Papa Francisco ha intentado mostrar una actitud más cercana y dialogante con las bases de fieles. Un ejemplo de ello es el documental Amén. Francisco responde (2023), en el que el pontífice conversa con 10 jóvenes, creyentes y no creyentes, que le preguntan su opinión sobre cuestiones como el feminismo, el derecho al aborto o los abusos a menores cometidos por miembros de la Iglesia.
Los abusos sexuales a menores son uno de los problemas más graves dentro de la Iglesia. Se han registrado casos en iglesias y diócesis de todo el mundo. El Papa Francisco reconoce que pedir perdón no es suficiente y ha reforzado los protocolos internos para investigar estos casos y responsabilizar a los cargos más altos de la Iglesia. Aun así, las víctimas exigen más medidas para evitar que esto suceda y expulsar a los clérigos acusados de abusos.
En el caso de los derechos de las mujeres, es cierto que Francisco ha hecho pasos para dar más protagonismo a las religiosas dentro de la institución. A pesar de ello, sigue manteniendo la postura oficial sobre cuestiones como el aborto, que considera “un crimen”, y no cree posible que una mujer pueda llegar a ser pontífice porque no le corresponde dentro de la jerarquía eclesiástica.
En el documental, el Papa Francisco también admite la existencia de corrupción y abuso de poder dentro de la Iglesia y reconoce que es necesario aplicar reformas para cambiar. Además, critica las políticas migratorias de muchos países y pide a los gobiernos que abran sus puertas a las personas migrantes sin hacer distinciones.
La Iglesia Católica: veinte siglos de poder
La Iglesia Católica es una de las instituciones más influyentes del mundo. El cristianismo empezó a consolidarse como religión de masas durante el Imperio Romano, a partir del siglo I a.C., y pronto se expandió por todos sus dominios: desde Europa hasta Oriente Medio y el norte de África.
En aquel momento de la historia, la religión era el centro de la vida pública y privada. Así fue como las autoridades religiosas acabaron convirtiéndose en instituciones con un gran poder, que gobernaban al lado de monarquías y señores feudales. La Iglesia Católica controló la política de Europa durante siglos: el Papa de Roma tenía el mismo poder que reyes y emperadores, y también acumulaba sus riquezas.
Un ejemplo de este pasado fastuoso son la Iglesia y el Palacio del Vaticano, la residencia oficial del Papa: un conjunto de edificios imponentes que reflejan el poder y fortuna de los Papas. También la colección de los Museos Vaticanos, que guarda miles de cuadros, estatuas, objetos y tesoros antiguos acumulados por los pontífices a lo largo de más de mil años.
En la actualidad, la Iglesia mantiene gran parte de este patrimonio material, pero sus objetivos han cambiado. El Papa de Roma ha dejado de ser una figura política para convertirse en un líder espiritual que debe dar respuesta a las preocupaciones del mundo moderno: ¿Qué papel tiene la Iglesia en la lucha contra la pobreza y la desigualdad? ¿Cómo encaja la fe con las nuevas reivindicaciones feministas? ¿Cómo debe reformarse la Iglesia para combatir los casos de abuso y corrupción?