Las momias reales se trasladan al nuevo Museo de la Civilización Egipcia en un desfile que rinde homenaje al antiguo Egipto
Los tesoros más preciados del antiguo Museo Egipcio del Cairo han sido trasladados este fin de semana a su nuevo hogar en el Museo Nacional de la Civilización Egipcia: un total de 22 momias de reyes y reinas del antiguo Egipto fueron exhibidos a su paso por la capital en el llamado Desfile Dorado de los Faraones.
El traslado de antigüedades se convirtió en un espectáculo de luces, música y decorados históricos para rendir homenaje a los monarcas del pasado. Cientos de figurantes han participado en la representación, que ha iniciado su recorrido en la plaza Tahrir, uno de los lugares más icónicos del Cairo.
Las momias han sido trasladadas en vehículos especiales equipados con cápsulas de nitrógeno y amortiguadores para garantizar la conservación de los cuerpos milenarios.
Entre los 18 reyes y 4 reinas se encontraban figuras tan destacadas como el faraón Ramsés II o Hatshepsut, primera mujer que gobernó en el imperio faraónico.
Los vehículos también estaban decorados en negro y dorado, imitando la forma de los barcos funerarios que se utilizaban para llevar a los faraones hacia la vida eterna. A su alrededor les acompañaban caballeros y sacerdotes vestidos como en la época faraónica.
Además de honrar su pasado milenario, el desfile ha sido una forma de promocionar Egipto como destinación turística en medio de la pandemia del coronavirus y de las restricciones globales a la hora de viajar. El gobierno también ha querido animar de este modo a la población cairota, afectada por la pandemia y la crisis económica derivada.
Sin embargo, para los conservadores más estrictos, el traslado de las momias reales debería haberse hecho con mayor discreción y medidas de seguridad. El sector más religioso tampoco ha visto con buenos ojos la celebración, ya que lo consideran un homenaje a una religión pagana.
El Museo Nacional de la Civilización Egipcia, donde a partir de ahora descansarán las momias reales, fue inaugurado parcialmente en 2017. Desde entonces se ha estado trabajando en una sala especial que recrea el Valle de los Reyes, una necrópolis del antiguo Egipto donde estaban enterrados gran parte de los faraones del Imperio Nuevo. La nueva instalación podrá visitarse a partir del 18 de abril.
El antiguo Museo Egipcio
El Museo Egipcio del Cairo fue inaugurado en 1902 y durante más de un siglo ha guardado los tesoros arqueológicos más valiosos hallados en tumbas y templos del antiguo Egipto. Se trata del museo de egiptología más importante del mundo.
A lo largo de su historia ha acumulado cerca de 150.000 objetos, aunque no todos están expuestos por falta de espacio. En su colección hay objetos de la era predinástica (antes de los faraones) hasta la época greco-romana, entre los que se encuentran papiros, estatuas, sarcófagos, joyas y, por supuesto, momias.
Otro de los problemas del Museo Egipcio del Cairo es su antigüedad, ya que se encuentra ubicado en un edificio con más de 120 años de historia y carece de la tecnología necesaria para conservar algunas piezas. Ese ha sido el motivo principal para desplazar las momias reales al nuevo Museo Nacional de la Civilización Egipcia.
Por otro lado, el Museo Egipcio se encuentra en la plaza Tahrir, epicentro de las manifestaciones de la Primavera Árabe en Egipto. Debido a su cercanía con el lugar de las protestas, el edificio fue objeto de robos y saqueos en 2011.
El robo de arte
Los faraones gobernaron durante más de 3.000 años en el antiguo Egipto y dejaron un legado histórico, cultural y artístico inmenso. Sin embargo, una parte muy importante de ese legado no se encuentra en Egipto sino en museos extranjeros como el British Museum de Londres, el Neues Museum de Berlín o el Musée du Louvre de París.
Esto se debe al expolio realizado durante siglos por las potencias extranjeras en sus colonias o en territorios conquistados a la fuerza. Los países de origen hace décadas que reclaman el retorno de estas piezas de arte.
En el caso de Egipto, a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX fue muy común que arqueólogos y exploradores europeos visitaran el país en busca de tesoros y tumbas reales. Muchos de los hallazgos eran enviados a Europa para seguir investigando su significado y nunca fueron devueltos.
Por otro lado, el saqueo de tumbas ya era habitual desde la época de los faraones, que se hacían enterrar rodeados de riquezas para su vida en el más allá. Los ladrones lo sabían y se colaban en las sepulturas para coger los objetos más valiosos, que se vendían en el mercado negro.