5 abril 2025
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5 abril 2025

Los jóvenes pierden confianza en la democracia

La última encuesta del CIS señala que el 12% de los jóvenes entre 18 y 24 años cree que un gobierno autoritario es preferible a un sistema democrático

La percepción de la ciudadanía sobre la democracia está cambiando. Aunque la confianza en el sistema democrático sigue siendo mayoritaria, un sector significativo de los más jóvenes muestra una creciente indiferencia o incluso rechazo hacia este modelo de gobierno.

Así lo refleja la última Encuesta de Hábitos Democráticos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Los resultados señalan que un 12% de los jóvenes entre 18 y 24 años en España cree que, en algunas circunstancias, un gobierno autoritario sería preferible a un sistema democrático. 

No es el único estudio que refleja esta tendencia. El Sondeig d’Opinió 2024 del Institut de Ciències Polítiques i Socials (ICPS) de Catalunya revela que la defensa de una posible dictadura es mayor entre los chicos catalanes. El 16% de los hombres menores de 25 años que vive en esta región prefiere un régimen autoritario.

Puede resultar paradójico que sean los nativos democráticos, aquellos que han vivido en este sistema político toda su vida, los que muestran menos apoyo a la democracia. Sin embargo, esta situación podría influir en su posición: como no han vivido la falta de libertades y derechos que caracteriza a las dictaduras, pueden percibir la democracia como un modelo imperfecto

Algunos analistas señalan que la precariedad laboral, la falta de oportunidades y el desencanto con los partidos políticos son factores que pueden estar influyendo en esta percepción antidemocrática. Sin olvidar el impacto de las redes sociales y la exposición constante a discursos que cuestionan el sistema democrático actual.

¿Qué es una democracia y una dictadura?

Tanto la democracia como la dictadura son dos sistemas políticos. Sin embargo, cada uno tiene una serie de características que los hacen ser muy diferentes.

En una democracia, los ciudadanos tienen el derecho a participar activamente en la política, principalmente a través de elecciones libres, donde pueden votar por los candidatos que quieren que les representen. Los gobernantes son elegidos por un período de tiempo concreto: son reemplazados por otros a través de elecciones regulares, lo que permite a los ciudadanos cambiar a sus gobernantes si no están de acuerdo con sus políticas.

Por el contrario, en una dictadura normalmente no se celebran elecciones porque no importa la voluntad de los ciudadanos. El poder reside en una sola persona (o un grupo reducido) que ha llegado al gobierno de manera autoritaria (a través de un golpe de Estado, por herencia, manipulando el sistema político…). Los dictadores suelen aferrarse al poder y pueden estar gobernando durante años sin que haya alternancia política.

Otra de las grandes diferencias tiene que ver con las libertades y derechos. La democracia garantiza las libertades fundamentales, como la libertad de expresión, de prensa, y de asociación, lo que significa que los ciudadanos pueden expresar sus opiniones, criticar al gobierno y organizarse sin miedo a represalias (por ejemplo, hacer manifestaciones).

En una dictadura, estos derechos están restringidos. Las personas no pueden opinar libremente ni organizarse en contra del gobierno sin arriesgarse a ser perseguidos o encarcelados. La censura es común, y el control de los medios de comunicación es una herramienta habitual para silenciar a aquellos que opinan diferente.

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Para entender cómo funciona un gobierno autoritario no tenemos que irnos muy lejos, ni tampoco muy atrás en el tiempo. España vivió bajo una dictadura entre 1939 y 1975: la dictadura de Francisco Franco, un período de represión, censura y falta de libertades que tuvo un gran impacto en la vida cotidiana de millones de personas.

En aquellos años, no existía la democracia. Solo había un único partido político permitido, no se celebraban elecciones y el jefe del Estado, el general Franco, tenía el poder absoluto. Aquellos que se oponían al régimen franquista eran perseguidos, encarcelados o incluso ejecutados, lo que provocó que muchas familias vivieran con miedo.

Los medios de comunicación estaban estrictamente controlados, y no se podía publicar nada que criticara al régimen. Las mujeres tenían menos derechos que los hombres (por ejemplo, no podían abrir una cuenta bancaria sin el permiso de su marido o su padre). Además, hablar en lenguas como el catalán o el euskera estaba muy mal visto y, en muchos casos, prohibido en espacios públicos.

Con la llegada de la democracia, los ciudadanos recuperaron sus derechos y libertades. Por primera vez en casi 40 años, los españoles pudieron votar en unas elecciones libres y elegir a sus representantes. Es fundamental recordar lo que pasó para evitar que se repitan errores y valorar la importancia de vivir en un sistema donde la justicia, la igualdad y la libertad son principios fundamentales.

El ABC de la noticia

Nativo democrático: persona que ha nacido y vivido siempre bajo un sistema democrático, sin haber experimentado otros regímenes (por ejemplo, dictaduras).

Precariedad laboral: situación que enfrentan algunas personas trabajadoras por las características de su empleo (trabajos temporales, mal remunerados, inseguros…)

Alternancia política: cuando el poder cambia regularmente entre diferentes partidos o líderes políticos mediante elecciones libres y democráticas.

Censura: control y restricción de información o ideas, generalmente por parte del gobierno, para limitar la libertad de prensa y de expresión de los ciudadanos.

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