17 noviembre 2024
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17 noviembre 2024

Los riesgos de publicar fotografías de menores en las redes sociales

Un estudio de la UOC advierte que incluso las fotos de niños y niñas no sexualizadas sirven de reclamo para los agresores sexuales

Publicar una foto cotidiana de un menor de edad en plataformas sociales puede conllevar más riesgos de lo que parece. Un informe de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) advierte a los padres y madres sobre la importancia de no compartir imágenes de sus hijos menores en las redes, puesto que pueden atraer a pederastas y agresores sexuales.

Este informe recoge datos del estudio titulado Perfil del detenido por delitos relativos a la pornografía infantil. Según este estudio, en el 72% de los casos de agresores sexuales duales - que han sido condenados por descargar pornografía infantil y abusar de menores-, se encontraron imágenes de niños no sexualizadas obtenidas de las redes sociales. Se trata de fotos aparentemente inocentes, que los familiares comparten sin ser conscientes del riesgo que pueden conllevar.

El fenómeno por el cual los familiares comparten fotos, videos e información de sus hijos o nietos menores de edad en las redes se conoce como sharenting. Según la UOC, el 89% de las familias comparten contenido de este tipo en plataformas como Facebook, Instagram o TikTok.

Las razones por las que los adultos comparten estas fotos tienen que ver con la costumbre de compartir información de su vida privada y con la búsqueda de aceptación social. La situación afecta especialmente a la generación millennial, que creció con las redes sociales durante su adolescencia y ahora, al tener hijos, continúa compartiendo contenidos en redes de forma natural y sin ser conscientes del riesgo que conlleva.  

Según advierte el estudio de la UOC, las imágenes de menores en las redes sociales pueden acabar en las colecciones de abusadores y ser utilizadas como reclamo para abusar de otros niños.

España es el primer consumidor de material de explotación sexual infantil en Europa y el segundo en el mundo.

Sharenting y privacidad de los menores

El sharenting implica la sobreexposición de los hijos en Internet. Los padres comparten en redes sociales fotos y videos de sus hijos desde antes de nacer y a lo largo de su infancia.

Según una encuesta realizada por la firma de seguridad informática AVG, el 81% de los niños tiene presencia en Internet antes de los seis meses y casi una cuarta parte (23%) la tiene incluso antes de nacer, puesto que muchos padres también comparten públicamente las ecografías durante el embarazo. 

Las imágenes que se comparten incluyen momentos diversos de la vida cotidiana de los niños. Solamente en el Reino Unido, los padres publican, anualmente, cerca de 200 fotografías de sus hijos menores de 5 años. Esto significa que ya circulan un millar de fotos de cada niño antes de llegar a los 6 años.

La sobreexposición de los menores en Internet puede conllevar diferentes riesgos. En primer lugar, la identidad digital de los niños escapa a su control. Esto puede derivar en problemas como la suplantación de identidad, fraude en línea, el grooming -el acoso por parte de pederastas a través de las redes sociales- y otras formas de ciberacoso.

Además, la exposición de los niños en redes sociales puede tener impactos negativos en su autoestima y privacidad. Los niños no tienen control sobre su identidad digital, ya que sus padres son los que deciden qué compartir y dónde.

Por esa razón, los expertos recomiendan no compartir fotos de los niños o hacerlo respetando su intimidad, por ejemplo, ocultando su rostro. También es importante involucrar a los niños más mayores en las decisiones sobre compartir fotos y respetar su consentimiento.

También es importante informarse sobre las políticas de privacidad de las diferentes plataformas de redes sociales y limitar la exposición de los niños en internet para preservar su identidad y privacidad. 

Si bien no existe una norma específica en España, sí que hay leyes de protección del honor, intimidad y derecho al olvido que se pueden aplicar en determinados casos. En situaciones extremas, la Fiscalía podría llegar a intervenir y presentar demandas contra los padres por un uso público inapropiado de las fotos de sus hijos. 

Cuando los influencers son menores de edad

La popularidad de algunos usuarios de redes sociales, los llamados influencers, ha llevado a las marcas a buscar acuerdos comerciales para sacar partido de su visibilidad en internet. Esta práctica se conoce como marketing de influencers

Actualmente, un 60% de los profesionales del marketing digital en España lleva a cabo campañas publicitarias con influencers, según los datos del estudio Content & Native Advertising de IAB Spain. Entre estos influencers, a menudo se encuentran menores de edad. 

Los influencers menores de edad son aquellos niños y adolescentes que han ganado popularidad en las redes sociales debido a su contenido y seguidores. Es el caso de personajes como Las ratitas, Mikeltube o The crazy Haacks, muy populares en YouTube. Suelen compartir contenidos relacionados con juguetes, videojuegos, libros, alimentación o ropa.

Si bien algunos de ellos pueden disfrutar de ciertos beneficios y oportunidades, esta actividad también conlleva riesgos. Los niños influencers acumulan miles de seguidores en sus plataformas, lo que significa que están expuestos a un público amplio y diverso. Esta exposición puede resultar abrumadora y generar una presión para mantener una imagen idealizada.

Además, estos niños están más expuestos a sufrir casos de ciberacoso. Los comentarios negativos, el acoso online y la intimidación pueden afectar su bienestar emocional y mental. El hecho de compartir detalles de su vida privada también aumenta el riesgo de que sean víctimas de ciberdelincuentes, que pueden acceder a información personal, como la ubicación, rutinas diarias o actividades específicas, lo que puede poner en riesgo su seguridad. Asimismo, pueden verse presionados para promocionar productos o servicios inapropiados para su edad o ser explotados con contratos desventajosos.

Por otro lado, un niño influencer puede sufrir un desequilibrio entre la vida virtual y la real. La atención constante y la necesidad de mantener una presencia activa en las redes sociales pueden afectar su desarrollo personal, sus relaciones y su capacidad para disfrutar de otras actividades propias de su edad. 

Por eso es importante que los adultos tomen conciencia y establezcan límites saludables, supervisen su actividad en línea y le orienten sobre la importancia de la privacidad y la seguridad en internet. 

La Guía Legal sobre Niños Influencers, elaborada por la Universidad Rey Juan Carlos y IAB Spain, recoge una serie de recomendaciones para regular la relación entre el influencer y las marcas, especialmente cuando se trata de menores de edad. 

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