Los líderes extremistas siguen recortando los derechos y libertades de la población afgana, especialmente en el caso de las mujeres
Las mujeres de Afganistán deberán cubrir su cuerpo y su rostro con un burka, según ha anunciado el gobierno talibán, un grupo extremista que defiende una visión radical del islam. Los talibanes se hicieron con el poder en agosto del año pasado y, desde entonces, han ido suprimiendo derechos y libertades.
Será la primera vez en décadas que las mujeres afganas estén obligadas a cubrirse por ley, aunque la mayoría ya lo hace por tradición o imposición familiar. Las niñas, chicas y mujeres han sido las más afectadas por la vulneración de derechos en Afganistán.
Los talibanes consideran que las mujeres deben ocultar su cuerpo y su cara para evitar provocar tentaciones a los hombres. En ese sentido, la prenda recomendada por el gobierno afgano es el burka: un velo que cubre todo el cuerpo y solo deja una rejilla a la altura de los ojos para poder ver.
De acuerdo con la nueva ley, las mujeres deberán llevar esta prenda en los espacios públicos y también en su casa, si reciben la visita de hombres que no sean familiares. Las funcionarias de la administración pública que no utilicen el velo podrán serán despedidas, así como sus padres o maridos (si se descubre que las mujeres de su familia se niegan a obedecer la nueva ley).
En algunos países musulmanes como Afganistán, Irán o Arabia Saudita, el gobierno aplica una versión muy estricta de la sharia o ley islámica. Según esta ley, las mujeres están sometidas a una tutela masculina que las somete a la voluntad de su padre o marido, sin capacidad para decidir sobre su propia vida.
Si una mujer aparece en público sin el velo, las autoridades podrán detenerla y llevarla a su casa para informar al tutor masculino; si la mujer persiste en incumplir la nueva ley, este mismo tutor puede ser detenido durante tres días y juzgado ante los tribunales.
En los últimos años previos al régimen talibán, las mujeres habían conseguido ciertos derechos y libertades y habían adoptado algunas costumbres occidentales, como llevar el cabello suelto, maquillarse o llevar pantalones. Ahora, esa libertad ha terminado.
Nueve meses de vulneración de derechos
La guerra en Ucrania ha acaparado todos los titulares en los últimos meses y ha dejado en un segundo plano las consecuencias del régimen talibán sobre la población de Afganistán. Cuando llegaron al poder, los talibanes anunciaron a la comunidad internacional que querían formar un gobierno moderno y adaptado al siglo XXI, pero la realidad ha sido muy distinta.
Los talibanes han prohibido a las adolescentes ir a la escuela. Las mujeres que ya estaban estudiando en la universidad pueden seguir yendo, pero separadas de los hombres por una cortina. La población también ha sido segregada por sexos en los lugares públicos.
Aplicando el sistema de la tutela masculina hasta las últimas consecuencias, las mujeres tienen que ir acompañadas de un hombre si quieren viajar o realizar cualquier gestión burocrática. Tampoco pueden hacer deportes en público.
Los talibanes son un grupo de radicales islámicos que ya gobernaron en Afganistán entre 1996 y 2001. Tras los atentados del 11-S, el gobierno de Estados Unidos llevó a cabo una invasión de Afganistán para combatir al grupo terrorista Al-Qaeda. La ocupación estadounidense duró 20 años, durante los cuales los talibanes quedaron apartados del gobierno.
No obstante, en julio de 2021, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el fin de las operaciones militares en el país. La retirada de las tropas estadounidenses permitió a los talibanes desplegar una nueva ofensiva que les ha devuelto al poder y ha puesto fin a las esperanzas democráticas del país.
El velo en los países musulmanes y en Europa
El uso del velo entre las mujeres musulmanas proviene de los pasajes del Corán, el libro sagrado del islam que recoge las enseñanzas del profeta Mahoma. El Corán establece que hay que vestir con discreción y modestia: los hombres deben cubrirse del cuello hasta las rodillas; para las mujeres, este decoro se aplica de manera más extrema, impidiendo que muestren prácticamente cualquier parte del cuerpo.
Los países de religión musulmana aplican o no la obligatoriedad del velo en función de su ideología y de la rama del islam que predomine en el país. Los países que hacen una interpretación más estricta del islam, como Irán o Arabia Saudí, obligan a usarlo; en otros países, como Marruecos o Túnez, no es obligatorio.
Muchas mujeres musulmanas defienden el uso del velo como parte de su cultura e identidad. No obstante, dentro de la comunidad musulmana también existe un movimiento feminista que lo considera una forma de represión contra las mujeres.
Con la inmigración, el debate ha llegado a Europa. Algunos defienden que hay que permitir el uso del velo dentro de la libertad de expresión y culto. Pero también hay quien considera que se trata de una imposición de los hombres a las mujeres y que, por lo tanto, prohibir el velo es un primer paso para defender los derechos de las mujeres en países europeos.
En Francia, un país con mucha migración árabe y musulmana, en 2004 se aprobó una ley de laicismo que impide llevar muestras ostensibles de alguna religión en las escuelas y, por tanto, prohíbe el velo en los centros educativos. Además, desde 2010 la ley impide llevar burka o velo integral en la calle, una medida que fue criticada por el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Por otro lado, Suiza aprobó la prohibición del velo integral en un referéndum el año pasado.