16 noviembre 2024
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16 noviembre 2024

Los terremotos de Turquía y Siria causan miles de muertos

El frío y la falta de recursos dificultan las tareas de rescate especialmente en Siria, donde la población todavía sufre las consecuencias de la guerra

La madrugada del 6 de enero, un fuerte terremoto de 7,8 grados sacudió el sureste de Turquía y el norte de Siria. Horas después, otro terremoto de 7,5 grados volvió a afectar la zona. Los temblores han sido tan intensos que se sintieron en otros países de la zona, como el Líbano, Israel, Chipre y Jordania.

Los seísmos han provocado como mínimo 8.000 muertos y decenas de miles de heridos en ambos países. El primer terremoto se produjo de madrugada, mientras la gente dormía, por lo que muchas personas quedaron atrapadas en sus hogares. Las autoridades trabajan contrarreloj para encontrar a supervivientes bajo los escombros.

Turquía ha informado de 6.000 víctimas mortales y más de 35.000 heridos, aunque la previsión es que las cifras aumenten en los próximos días. Un informe oficial calcula que 6.000 edificios se han derrumbado en las provincias afectadas. El gobierno ha decretado el estado de emergencia durante tres meses.

En Siria, la situación es más crítica debido a la falta de recursos para dar respuesta a la emergencia. El país vive un conflicto armado desde hace más de una década que ha lastrado la economía y ha destruido gran parte de las ciudades e infraestructuras. De momento, las autoridades sirias oficiales han informado de más de 1.900 muertos.

En ambos países, miles de personas se han quedado sin casa y han tenido que ser alojadas en refugios y albergues improvisados. El frío del invierno, que suele alcanzar temperaturas bajo cero, también complica las tareas de rescate y las posibilidades de encontrar a supervivientes.

La comunidad internacional se ha puesto en marcha para enviar ayuda humanitaria a la zona. Cerca de 50 países se han activado para enviar aviones con toneladas de alimentos, mantas, tiendas de campaña y suministros médicos (medicamentos y material para curas), además de equipos de rescate que puedan ayudar a los servicios de emergencia turcos y sirios.

Turquía revive el terremoto de 1939

El sur de Turquía y norte de Siria es una zona de gran actividad sísmica, aunque con intensidades mucho más bajas. El terremoto que tuvo lugar durante la madrugada del lunes fue de 7,8 grados, cuando el máximo en la escala de Richter es de 8 grados. 

Este lugar es un punto de fricción entre diferentes placas tectónicas, que son los fragmentos en los que se divide la capa superficial de la Tierra. En este caso, los temblores han sido provocados por el roce entre la placa de Anatolia (sobre la cual se sitúa Turquía) y la placa Arábiga, que van acumulando presión y finalmente la liberan en forma de terremoto.

Según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos, el epicentro del terremoto tuvo lugar cerca de Gaziantep, una ciudad turca de poco más de dos millones de habitantes. Posteriormente, se han registrado más de un centenar de réplicas alrededor.

El temblor se originó a 18 kilómetros de profundidad, lo cual no es mucho. Cuanto menor es la profundidad, mayores son los efectos del terremoto sobre la superficie. En este caso, también hay que tener en cuenta la calidad de construcción de los edificios, muchos de los cuales no estaban preparados para aguantar un temblor tan violento.

Placa Anatolia
Imagen del epicentro del terremoto en el sureste de Turquía. (USGS)

Turquía sufrió el peor seísmo de su historia en 1939: el terremoto de Erzincan fue provocado por el mismo movimiento de placas y causó 30.000 fallecidos. Más de medio siglo después, en 1999, tuvo lugar el terremoto de Izmit (entre la placa de Anatolia y la placa Euroasiática), un seísmo de 7,4 grados donde murieron 17.000 personas.

Siria: entre los terremotos y la guerra

En Siria, la devastación de los seísmos se ha sumado a la destrucción causada por más de una década de guerra civil que todavía dura. Muchos edificios ya se encontraban en un estado muy precario debido a los combates y bombardeos.

Una parte del territorio sirio afectado por los terremotos está bajo control del gobierno oficial de Bashar al-Assad. En esta región, todavía existen servicios de emergencia, ambulancias y excavadoras para retirar los escombros e intentar encontrar supervivientes. 

En cambio, en el territorio sirio controlado por el bando rebelde, la situación es mucho más grave. La guerra y el bloqueo del gobierno de Al-Assad han provocado una escasez de recursos en estas provincias, donde los servicios públicos no funcionan: no hay equipos de rescate, bomberos ni ambulancias. Ni tan solo existe una autoridad que pueda llevar un recuento oficial de víctimas.

En esta zona operan los Cascos Blancos, personas voluntarias que se dedican a ayudar a las víctimas de las bombas y, ahora, de los terremotos. Esta organización humanitaria, también conocida como Defensa Civil de Siria, se está haciendo cargo de gran parte de las tareas de rescate.

El sur de Turquía y el norte de Siria forman parte de una zona de conflictos históricos. Además de la guerra siria, también se añade el conflicto del Kurdistán, una región situada entre Turquía, Irak, Siria e Irán. El pueblo kurdo habita en Oriente Medio desde hace siglos, pero nunca ha tenido un estado propio. 

En la actualidad, el movimiento de autonomía kurdo está enfrentado con Turquía, que se niega a ceder parte de su territorio y su soberanía. El terremoto ha afectado una parte de las ciudades kurdas en Turquía, que sufren la discriminación de las autoridades turcas y cuentan con menos recursos que otras provincias del país.

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