El 70% de nuestro planeta está cubierto por mares y océanos que generan oxígeno y son una fuente de vida
Aunque nuestro planeta se llama Tierra, la realidad es que la mayor parte de su superficie está cubierta de agua. Los mares y océanos cubren el 70% del planeta, son el hábitat natural de miles de especies animales y vegetales y representan el sustento de millones de personas, tanto a la hora de alimentarse como de trabajar.
El pescado es la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas, según datos de las Naciones Unidas (ONU). Además, se calcula que en 2030 habrá cerca de 40 millones de trabajadores en empleos relacionados con los océanos.
Por otro lado, los océanos producen el 50% de oxígeno del planeta y son un importante sumidero de carbono: absorben casi una tercera parte del dióxido de carbono de la atmósfera (uno de los principales responsables del calentamiento global) y liberan oxígeno. Por eso son una pieza clave en la lucha contra el cambio climático.
Para concienciar sobre la importancia de los entornos marinos, cada 8 de junio se celebra el Día Mundial de los Océanos. Junto con los bosques y selvas tropicales, los mares y océanos son un importante pulmón para el planeta y una fuente de alimentos y medicinas.
Después de dos ediciones canceladas por culpa de la pandemia, este año volverá a celebrarse la Conferencia sobre los Océanos: el evento tendrá lugar en Lisboa (Portugal) del 27 de junio al 1 de julio y reunirá a gobiernos, investigadores y organizaciones medioambientales para debatir medidas políticas y científicas que ayuden a proteger los océanos.
Océanos en peligro
A pesar de tener un papel clave en el equilibrio de los ecosistemas, la actividad humana amenaza la supervivencia de los océanos. La sobrepesca y la realización de actividades que dañan el fondo marino ponen en peligro a las especies que viven allí, además de comprometer su hábitat natural.
El 90% de las grandes especies de peces se han visto afectadas y su población ha disminuido en los últimos años, mientras que el 50% de los arrecifes de coral han desaparecido debido a la contaminación, que cambia la composición del agua y afecta a estos organismos.
El plástico es uno de los problemas más graves de los ecosistemas marinos. Se calcula que 8 millones de toneladas de plástico acaban cada año en nuestros océanos, según datos de la ONU. Estos plásticos perjudican a las especies que viven en el agua, pero también tienen efectos nocivos en la pesca o el turismo.
Estos residuos matan un millón de aves marinas y 100.000 mamíferos marinos cada año. Además, la erosión del agua hace que estos desechos alcancen tamaños minúsculos que los peces pueden ingerir y transmitir a otros animales a través de la cadena alimentaria. La contaminación por microplásticos amenaza a un centenar de especies solo en el Mediterráneo, por ejemplo.
Los plásticos de mayor tamaño son arrastrados por las corrientes marinas y llegan a formar gigantescas islas de basura en medio del océano. Una de las que más preocupan a los científicos es la masa acumulada en el Pacífico norte: hay residuos plásticos, pero también redes de pesca e incluso pequeñas embarcaciones arrastradas desde Japón durante el tsunami de 2011.
Varios gobiernos e iniciativas ecologistas han intentado actuar para retirar estos desechos del mar: el problema es que, después de tantos años, se ha creado un pequeño ecosistema de especies marinas que habitan entre la basura.
Iniciativas para proteger nuestros mares
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son una serie de 17 objetivos definidos por las Naciones Unidas para conseguir un futuro mejor y más sostenible para todos. Entre estos desafíos, el ODS14: Vida submarina trabaja para proteger los océanos en diferentes frentes, como combatir la contaminación o reducir la sobrepesca.
Varias organizaciones medioambientales trabajan también para defender los océanos. The Ocean Cleanup es una ONG holandesa que desarrolla sistemas tecnológicos para limpiar el plástico de ríos y océanos. Además de retirar residuos de la gran isla de basura del pacífico, también trabajan en lugares como Guatemala para evitar que los residuos en los ríos lleguen al mar.
En la lucha por proteger nuestros océanos, nuestro papel también es clave. El ritmo de consumo y generación de residuos actual implica que, en 2050, habrá más residuos que peces en los mares. Por eso es importante reciclar, pero también cambiar nuestra forma de consumir y apostar por productos y proyectos más sostenibles.
Un primer paso sería reducir el consumo de envases desechables o de un solo uso y acostumbrarnos a llevar botellas recargables, tuppers o fiambreras y, en última instancia, optar por envoltorios biodegradables. Cuanto menos materiales utilicemos en nuestro día a día, menos posibilidades de contaminar el planeta.