18 noviembre 2024
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18 noviembre 2024

Más de 100.000 muertos por sobredosis en Estados Unidos

La pandemia del coronavirus y el abuso de medicamentos opioides provocan una grave crisis de salud pública en el país 

Más de 100.000 personas murieron por sobredosis en Estados Unidos entre abril de 2020 y abril de 2021, según datos del Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS). Se trata de una cifra récord que pone al descubierto los problemas y deficiencias en el sistema de salud pública del país, que es uno de los más ricos del mundo.

De acuerdo con las estadísticas, las muertes por sobredosis han aumentado un 28,5% en el último año y son el doble que hace cinco años. Este incremento se ha producido, en parte, por las restricciones y la crisis económica provocadas por la pandemia de coronavirus en el último año.

En momentos de dificultad, las personas adictas a drogas o medicamentos se ven empujadas a consumir para sobrellevar la situación: aquellos que consumen, lo hacen en dosis superiores, y los que se habían desenganchado pueden volver a recaer. 

En este contexto han aparecido nuevas drogas, más baratas pero también de menor calidad, que son más perjudiciales para la salud. Y, al mismo tiempo, se ha extendido el uso de medicamentos opioides, que se utilizan para tratar el dolor y que crean una gran adicción.

La llamada “crisis de los opioides” se ha convertido en uno de los mayores problemas de salud en Estados Unidos. El estudio del NCHS muestra que estos medicamentos son los principales causantes de la epidemia. El fentanilo, un opioide sintético creado por las empresas farmacéuticas, es el responsable de casi dos terceras partes de las muertes por sobredosis (un 64%).

El fentanilo se receta como medicamento analgésico. Tiene un efecto más potente y actúa más rápido que los opiáceos naturales, por lo que sobrepasar la dosis recetada por el médico puede tener efectos muy graves, incluso letales. La pandemia ha favorecido la adicción al fentanilo y ha provocado incluso que personas que no lo necesitan se hayan enganchado por sus efectos sedantes. 

El desarrollo de la medicina ha permitido crear medicamentos más potentes y efectivos, pero las sustancias químicas también incrementan sus efectos perjudiciales. En el caso de los opioides, al riesgo de adicción hay que sumarle el peligro letal de la sobredosis.

Las causas de la crisis

Décadas atrás, el perfil de persona adicta en Estados Unidos vivía en barrios conflictivos y estaba vinculado a bandas de narcotráfico, casi siempre dentro de la comunidad hispana o afroamericana. Hoy en día, la mayoría de consumidores muertos por sobredosis son hombres blancos.

La epidemia de opioides empezó años atrás y sus causas van más allá de las dificultades de la clase media-baja en Estados Unidos. Varias investigaciones periodísticas denuncian que las grandes empresas farmacéuticas, con la complicidad de los poderes públicos, se han aprovechado de la crisis económica que afecta varias regiones del país para vender estos medicamentos, a sabiendas de sus efectos perjudiciales

Las farmacéuticas presionaron a los políticos y médicos para ampliar el uso de medicamentos opioides como el fentanilo o la oxicodona, que solo se utilizaban en postoperatorios, para recetarlos con dolores más leves. Esta práctica fue el primer paso para que millones de personas se engancharan. 

Frente a la actual crisis de opiáceos, el gobierno de Joe Biden ha anunciado nuevas medidas tanto para prevenir como para tratar la adicción a los opioides. Una de las actuaciones principales es facilitar el acceso a la naloxona, un medicamento que revierte los efectos de la sobredosis por opioides (puede restablecer la respiración y el ritmo cardíaco, por ejemplo).

Sin embargo, las voces más críticas señalan que utilizar medicamentos para combatir la adicción a otros medicamentos es solo un parche para el problema de base. En ese sentido, apuestan por invertir en campañas de prevención y concienciación sobre las consecuencias de abusar de estas sustancias y reclaman leyes que apliquen un control más estricto sobre las recetas médicas de opioides.

El origen de los opioides

Los medicamentos opiáceos son medicamentos elaborados a partir de alcaloides, sustancias naturales que proceden del opio y tienen un efecto sedante. Se utilizan tanto para calmar el dolor como para tranquilizar y adormecer a los pacientes. La morfina es uno de los medicamentos opiáceos más utilizados.

En cambio, los opioides son sustancias químicas, elaboradas de forma artificial en un laboratorio para producir un efecto similar a los opiáceos. Los opioides se utilizan de forma habitual como medicamentos analgésicos para tratar el dolor agudo, por ejemplo, para recuperarse de una operación o tratar las secuelas de un accidente.

Los opioides provocan somnolencia y en dosis muy altas pueden disminuir el ritmo cardíaco y respiratorio, lo cual puede resultar muy peligroso y causar la muerte. Al mismo tiempo, la sensación de sueño puede provocar placer y crear una fuerte adicción.

El desarrollo de la medicina ha permitido crear medicamentos más potentes y efectivos, pero las sustancias químicas también incrementan sus efectos perjudiciales. En el caso de los opioides, al riesgo de adicción hay que sumarle el peligro letal de la sobredosis.

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