Derribar mitos y tabúes nos permite conocer mejor nuestro cuerpo y disfrutar libremente de nuestra sexualidad
La sexualidad siempre ha estado rodeada de mitos y tabúes sobre conceptos como la pérdida de la virginidad, la menstruación, la masturbación o el placer, entre otros. Esta desinformación afecta a nuestra salud y a nuestro bienestar físico, mental y social.
Tener acceso a información rigurosa y a una buena educación sexual es la base para conocer cómo funciona la sexualidad y para poder disfrutar de ella de una forma sana y libre. A continuación desmontamos algunos mitos y tabúes que todavía hoy existen sobre la sexualidad.
La pérdida de la virginidad
Cuando hablamos de perder la virginidad nos referimos a la primera vez que una persona mantiene relaciones sexuales con otra. En sociedad, esta primera vez suele considerarse un momento clave en la vida de una persona; sin embargo, la virginidad es sobre todo un constructo social rodeado de mitos.
La virginidad suele relacionarse única y exclusivamente con la penetración: se entiende que una persona ha perdido la virginidad si ha mantenido relaciones que incluyan esta práctica sexual. Sin embargo, las relaciones sexuales no se limitan únicamente a la penetración: los besos, las caricias o la masturbación son otras prácticas igual de importantes.
Otro de los mitos principales que rodean la virginidad es la rotura del himen, una membrana situada cerca de la entrada a la vagina que está presente en el cuerpo de las mujeres desde que nacen. Todavía hay muchas personas que creen que la primera vez que se mantiene una relación sexual con penetración esta membrana debe romperse.
Sin embargo, el himen no tiene porqué romperse en ese momento concreto. A veces el himen se ha roto previamente como consecuencia de distintas acciones: ponerse un tampón por primera vez o realizar actividades como montar en bicicleta o a caballo.
La menstruación
La menstruación es otro concepto que durante años ha estado rodeado de tabúes. Muchas personas siguen pensando en la menstruación como algo que debe esconderse. Esto hace que muchas personas menstruantes no tengan apenas conocimientos reales sobre cómo funciona el ciclo menstrual.
En algunos países, el tabú que rodea la menstruación lleva a discriminar a las personas que tienen la regla. En Nepal era habitual el chaupadi, una práctica hindú que obliga a las mujeres a permanecer fuera de casa durante la menstruación para “preservar la pureza del hogar”. Esta práctica fue prohibida por el parlamento nepalí en 2017.
Pese a los tabús, este sangrado ocurre una vez al mes (aproximadamente) y es un proceso natural que muchas personas viven a lo largo de su vida. Hablamos de millones de mujeres, personas no binarias y hombres trans. Por eso es importante entender que la regla es algo natural y que no debe ser entendida como algo sucio, peligroso o que dé vergüenza.
Además, pese a la falsa creencia de algunas personas, sí que se pueden mantener relaciones sexuales y masturbarse durante la menstruación. El contacto con la sangre menstrual no causa ningún tipo de infección. Aun así, es importante seguir utilizando métodos anticonceptivos de barrera para protegernos de enfermedades de transmisión sexual y para evitar un embarazo no deseado.
El placer
Otro de los mitos relacionados con la sexualidad tiene que ver con el tamaño del pene. Además de tener una función reproductiva, históricamente este órgano ha recibido un carácter simbólico: tener un pene grande se reconoce como una muestra de virilidad y se asocia a las características propias del género masculino, como la fuerza, la valentía o el poder.
Esta idea se ha trasladado también a las relaciones sexuales. Así, muchas personas creen que el tamaño del pene determina la satisfacción en las relaciones: cuanto más grande sea el aparato reproductor masculino, más satisfactorias serán las relaciones sexuales.
Sin embargo, esto no es más que un mito. El tamaño del pene no determina el grado de disfrute y placer de la otra persona. En el caso de relaciones con penetración vaginal, es más probable que el orgasmo ocurra a través de la estimulación del clítoris, un órgano situado en el interior de la vagina y visible desde la parte superior de la vulva.
El placer sexual depende de cada persona, pues es una sensación que depende de los sentimientos, los pensamientos y las relaciones que tiene cada individuo. Por eso, para asegurarnos de que las relaciones sexuales son satisfactorias, es importante la confianza y la comunicación con la otra persona.