Aunque en el referéndum ha ganado el ‘sí’, las autoridades moldavas denuncian que el referéndum ha sido fraudulento y hubo injerencia rusa
Los ciudadanos de Moldavia votaron el pasado domingo sobre el ingreso del país en la Unión Europea (UE). El recuento de votos del referéndum ha revelado una victoria ajustada del ‘sí’: según la Comisión Electoral Central (CEC), un 50,46% de los moldavos votó a favor de la adhesión, mientras que un 49,54% votó en contra.
La victoria de la adhesión al bloque europeo ha sido celebrada por la presidenta moldava, Maia Sandu, de ideología proeuropea. Sandu ganó las elecciones presidenciales que también se celebraron el domingo, pero no logró mayoría absoluta y se enfrentará en segunda vuelta a Alexandr Stoianoglo, un exfiscal general afín a Rusia.
Aunque el ‘sí’ a la adhesión a la UE haya ganado, las autoridades moldavas no han tardado en denunciar que el referéndum ha sido objeto de un ataque “sin precedentes” de injerencia externa. En concreto, acusan a Rusia de estar detrás de manipulaciones de diverso tipo.
La presidenta ha asegurado que tienen constancia de “grupos criminales” que querían pagar a cerca de 300.000 personas a cambio de votar por una opción u otra. No es la primera vez en este periodo que se habla de posible fraude electoral: a principios de octubre, la Fiscalía Anticorrupción moldava denunció la existencia de una red de unos 130.000 ciudadanos a sueldo preparados para intervenir en los comicios.
Tanto el referéndum como las elecciones han sido analizadas como un reflejo de la situación interna que vive Moldavia, exrepública soviética y dividida actualmente entre prorrusos y proccidentales.
Relación Moldavia-Rusia
Para entender la relación entre Moldavia y Rusia debemos remontarnos a la época de la Unión Soviética (URSS). En 1940, se creó la República Socialista Soviética de Moldavia dentro de la URSS y, durante aquellos años, Moldavia experimentó una “rusificación” forzada.
Se impuso el idioma ruso, muchos ciudadanos rusos y ucranianos emigraron al país, y hubo represión hacia las identidades culturales moldavas. Con el colapso de la Unión Soviética en 1991, Moldavia declaró su independencia. Sin embargo, la independencia no resolvió las profundas relaciones con Rusia.
Una de las principales tensiones se originó en la región de Transnistria, en el este de Moldavia, que no quiso formar parte del nuevo país independiente y declaró su propia república (aunque no ha recibido reconocimiento internacional). Esta región es prorrusa y sigue recibiendo apoyo militar y financiero de Moscú.
Este conflicto ha sido una fuente de tensión en las relaciones moldavo-rusas y ha dividido el país en dos. Por un lado, están las fuerzas políticas proeuropeas, que buscan una integración más profunda con la Unión Europea y Occidente. Es el caso de la actual presidenta de Moldavia, por ejemplo. Por otro lado, están las fuerzas prorrusas, que abogan por mantener una relación estrecha con el Kremlin.
A Moscú le interesa mantener el control o influencia sobre Moldavia porque le permite seguir siendo una gran potencia en esta área, proyectando su poder y creando una barrera frente a la expansión de la Unión Europea. Sin embargo, una parte de los ciudadanos moldavos quiere beneficiarse de la adhesión a la UE.
Adhesión a la Unión Europea
La Unión Europea es una organización política y económica compuesta por 27 países miembros y una población de alrededor de 448 millones de ciudadanos, que están representados por los diputados del Parlamento Europeo.
Aunque cada país tiene sus propias leyes sobre educación, trabajo o vivienda, existen normas que se comparten a nivel europeo. Es lo que se conoce como políticas comunitarias: un conjunto de normas y regulaciones que son iguales para todos los países de la organización.
La UE ofrece ciertos beneficios a los Estados que la componen. Por un lado, está el mercado único, que permite la libre circulación de bienes y servicios sin barreras arancelarias. También está el euro, la moneda común que facilita las transacciones económicas y la estabilidad monetaria.
Por otro lado, está la libre circulación de personas, que permite a los ciudadanos de la UE vivir, trabajar y estudiar en cualquier país miembro sin restricciones. Además, los países miembros reciben ayudas financieras a través de los fondos de cohesión y desarrollo, destinados a reducir las desigualdades y mejorar infraestructuras y servicios públicos.
Por todas estas razones, muchos países buscan adherirse a la Unión Europea. Es el caso de Moldavia, uno de los países más pobres del continente. Formar parte de la UE le permitiría recibir ayudas para mejorar su economía, así como alinearse con las normas democráticas y los sistemas de justicia europeos, alejándose de la influencia de Rusia.
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