21 noviembre 2024
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21 noviembre 2024

Objetivo: reducir el uso de plásticos

La contaminación producida por productos plásticos es uno de los problemas medioambientales más graves a los que se enfrenta la humanidad

Esta semana se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, una celebración impulsada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que se ha convertido en una de las plataformas mundiales con mayor alcance para hacer divulgación medioambiental. Este año, la ONU ha querido centrar la atención en la crisis de la contaminación por plásticos

La contaminación plástica representa uno de los problemas medioambientales más graves a los que se enfrenta la humanidad en la actualidad. El plástico es un material muy duradero que tarda cientos de años en descomponerse, por lo que cuando se desecha se acumula en el medio ambiente, provocando un impacto negativo en la biodiversidad.  

En la actualidad, multitud de productos que utilizamos en nuestro día a día están fabricados con plástico. El problema es que muchos de ellos son innecesarios, especialmente aquellos productos plásticos de vida corta (pensados para un solo uso, como botellas, bolsas o envases de comida).

Según datos de la ONU, más de 280 millones de toneladas de productos plásticos de vida corta terminan en la basura cada año. Como consecuencia, toneladas de residuos acaban en mares y océanos, amenazando la vida marina y sus ecosistemas. Los desechos más grandes como bolsas o redes de plástico pueden dañar, asfixiar e incluso matar a los animales

Aunque los datos son alarmantes, todavía hay esperanza de frenar este impacto. Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la contaminación por plásticos podría reducirse en un 80% de aquí a 2040 si los países y las empresas realizan profundos cambios en sus políticas y mercados

El Comité Intergubernamental de Negociación (CIN-2) de la ONU, formado por diferentes gobiernos, organizaciones y empresas del mundo, se reunió la semana pasada en París para avanzar hacia un acuerdo global. El objetivo es concluir las negociaciones a finales de 2024 y crear un tratado mundial vinculante sobre los plásticos

El peligro de los microplásticos

En los últimos años, la comunidad científica ha alertado sobre el peligro de los microplásticos, que son residuos plásticos con un tamaño inferior a cinco milímetros. Al ser tan pequeños, son muy difíciles de eliminar y pueden incluso introducirse en el organismo de algunos seres vivos.

Los microplásticos se generan de distintas formas. Estos pueden formarse a través de la descomposición de residuos plásticos más grandes (como bolsas o envases) o del desgaste de materiales sintéticos (como neumáticos o prendas textiles). También están presentes en productos de cuidado personal, como exfoliantes y cosméticos.

El principal problema es que son tan pequeños que pueden ser transportados por el viento y el agua a todo tipo de lugares. De esta manera, los microplásticos se introducen en el organismo de animales marinos como peces y crustáceos y entran en la cadena alimentaria hasta llegar a las personas.

A día de hoy, la presencia de estos plásticos pequeños en nuestro planeta ha suscitado graves preocupaciones para la seguridad de la población. Según un informe de la ONU, las personas inhalan microplásticos a través del aire, los consumen a través de los alimentos y el agua, y hasta los absorben a través de la piel

Una vez dentro del cuerpo, los microplásticos pueden liberar aditivos y sustancias químicas tóxicas, lo que supone un riesgo para la salud. Entre otros problemas, pueden provocar alteraciones de la genética humana, del desarrollo cerebral y de la frecuencia respiratoria, según alerta el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP).

Economía circular para minimizar el impacto

Para combatir la contaminación por plásticos y su impacto negativo, diferentes organismos medioambientales proponen hacer un cambio de enfoque. Es decir, dejar atrás la idea de “usar y tirar”, por la que los productos plásticos se fabrican, se utilizan una vez, y luego se desechan.

En este sentido, lo que propone la ONU es incorporar una economía circular del plástico, un enfoque que se basa en la regla de las tres erres (reducir, reutilizar y reciclar) y añade un nuevo punto: la importancia de reorientar y diversificar.

Este sistema busca reducir la generación de plástico mediante el diseño de productos que sean reutilizables y reciclables. Al poder utilizar un producto más de una vez, la producción de plástico se reducirá. Esto implica evitar el uso innecesario de plásticos de vida corta y fomentar la adopción de alternativas más sostenibles y duraderas

Además, este enfoque propone una reorientación del mercado. La idea es que los productos plásticos presentes en envases, envoltorios, bolsas y artículos de comida rápida sean reemplazados por productos fabricados con materiales alternativos, como puede ser el papel. 

Para implementar este sistema hace falta una colaboración a nivel global de fabricantes, consumidores, gobiernos y empresas de gestión de residuos. Además, es fundamental dejar de producir y consumir en masa si queremos reducir el impacto del plástico en nuestro planeta.

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