Miles de personas han sido evacuadas por la proliferación de los fuegos y se han activado alertas por la calidad del aire también en Estados Unidos
Cientos de incendios forestales incontrolados siguen provocando estragos en Canadá. El martes pasado, 6 de junio, más de 400 incendios seguían activos en el país, siendo las ciudades de Quebec y Alberta las más afectadas. El fuego ha provocado miles de evacuaciones y afectado a las infraestructuras de varias ciudades canadienses.
Canadá tiene una gran extensión de bosques y tierras forestales a lo largo de su territorio, por lo que los incendios forestales son comunes durante los meses de verano, cuando las condiciones son secas y calurosas. Sin embargo, este año los incendios en el país han alcanzado una cifra récord.
En lo que va de año, se han registrado 2.214 incendios forestales en Canadá y, como consecuencia, han ardido 3,8 millones de hectáreas. Se trata de una cifra que es 15 veces mayor que la media alcanzada en los últimos 10 años, según ha anunciado el gobierno canadiense.
Los incendios que azotan el país se han extendido rápidamente y la nube de humo ha llegado hasta la costa este de Estados Unidos, tiñendo el cielo de naranja en varias ciudades. Las imágenes compartidas por los usuarios en redes sociales reflejan cómo ha sido casi imposible distinguir el skyline de Nueva York durante estos últimos días.
La extensión del humo en ambos países ha provocado que los servicios de meteorología hayan emitido alertas sobre la calidad del aire. Las autoridades sanitarias advierten que las partículas finas en la atmósfera pueden causar problemas de salud y recomiendan a los residentes cerrar las ventanas y evitar realizar actividades en el exterior.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha anunciado que en los próximos días llegarán cientos de bomberos al país con el objetivo de extinguir los incendios.
El impacto del cambio climático
En los últimos años, el mundo está viviendo un aumento de las temperaturas y una disminución de las precipitaciones, consecuencias directas del cambio climático. Estas condiciones crean un entorno más propicio para que incendios forestales como los de Canadá se inicien y se propaguen con mayor facilidad.
Al haber menos lluvias y hacer tanto calor, la vegetación y el suelo se secan más fácilmente. Esta sequedad aumenta la inflamabilidad de los bosques y las vegetaciones forestales, es decir, la capacidad de estos lugares para encenderse y propagar el fuego en caso de que haya un incendio.
Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, se prevé que el cambio climático haga que los incendios forestales sean más frecuentes e intensos. En concreto, los incendios extremos podrían aumentar hasta un 14% para 2030, un 30% para 2050 y un 50% para finales de siglo.
Estos fenómenos climatológicos tienen graves consecuencias para el medio ambiente, especialmente al arrasar con ecosistemas sensibles y ricos en carbono como los bosques o las turberas. Estos espacios juegan un papel crucial en la regulación del clima global y ayudan a mitigar el cambio climático, por eso es importante su protección.
Los incendios también tienen un impacto directo en la salud de las personas, ya que la inhalación de humo puede provocar problemas respiratorios y cardiovasculares Además, reconstruir las zonas afectadas supone altos costes económicos. De esta manera, los países con menos ingresos son los más vulnerables a este tipo de fenómenos.
Acabar con los incendios
Los incendios forestales han sido uno de los grandes protagonistas de los últimos veranos que ha vivido el planeta. Estos se han extendido y han afectado a todas las partes del mundo: el sur de Europa, Estados Unidos, la región siberiana de Yakutia, Australia, la Amazonia de Brasil…
Estos fenómenos climatológicos, alimentados por el cambio climático, contribuyen a su vez al calentamiento global: los incendios forestales generan hasta un tercio de las emisiones de carbono de los ecosistemas globales, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Diferentes organismos y organizaciones internacionales llevan años alertando que los incendios serán cada vez más frecuentes e intensos y por ello insisten en la necesidad de adaptar los bosques. Esto exige aprobar medidas de conservación, protección y restauración de estos espacios naturales.
Por un lado, es fundamental poner en marcha actividades para cuidar los bosques, como la creación de cortafuegos y la eliminación de materiales combustibles (por ejemplo, ramas muertas y restos de madera). Además, para poder dar una respuesta rápida a estos fenómenos es necesario establecer sistemas de vigilancia y detección temprana.
También es importante educar, concienciar y sensibilizar a la población sobre las prácticas seguras para prevenir los incendios. Aun así, la ONU advierte: en última instancia, la única forma de disminuir los incendios forestales es abordar el cambio climático de manera integral.