La subida de impuestos a los productos básicos desencadena las protestas contra el gobierno colombiano y la desigualdad en el país
Varias ciudades de Colombia se han convertido en los últimos días en el escenario de protestas y enfrentamientos entre manifestantes y policía, a raíz de una propuesta de ley que pretendía subir los impuestos a los productos y servicios básicos.
El presidente colombiano, Iván Duque, presentó la nueva reforma tributaria a mediados de abril. El objetivo del gobierno era recaudar más de 23.400 millones de pesos (poco más de 5.000 millones de euros) para mantener los programas sociales introducidos durante la pandemia de coronavirus.
Lo que ha generado indignación entre la población es que esta subida de impuestos se aplica a productos y servicios que afectan directamente a las clases media y baja, que tienen menos recursos y son las más afectadas por la crisis económica de la covid-19.
Una de las medidas implicaba subir el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) a servicios públicos básicos como el agua, la luz y el gas, a los servicios funerarios, la gasolina o los objetos electrónicos. También se pretendía incrementar el impuesto sobre la renta a las personas con un sueldo de más de 663 dólares, en lugar de cargar los impuestos a las rentas más ricas.
Duque ya ha anunciado la retirada de la polémica ley pero eso no ha frenado las protestas, que tienen un origen más profundo. Ahora los manifestantes piden mejoras sociales que reduzcan la desigualdad y denuncian la brutalidad policial que ha tenido lugar durante las protestas, en las que han muerto 19 personas según fuentes oficiales, aunque se teme que puedan ser más.
Varias organizaciones humanitarias aseguran que se han cometido violaciones de derechos humanos como detenciones ilegales, arrestos con violencia física e incluso violaciones. Hay cerca de un millar de heridos y una veintena de personas han perdido un ojo a consecuencia de los proyectiles disparados por la policía. La ONG Temblores denuncia más de 1.400 casos de violencia policial.
Colombia es el país más desigual de Latinoamérica, según el Índice de Desarrollo Regional. La pobreza afecta a un 42,5% de la población, lo que significa que más de 40 millones de personas no tienen recursos económicos suficientes para vivir de forma digna, alimentarse y tener una vivienda en condiciones.
Un conflicto sin resolver
Más allá de las protestas, los manifestantes más radicales han asaltado comercios y oficinas bancarias y han incendiado autobuses.
El ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, considera que los actos violentos en las protestas suponen una “amenaza terrorista” y asegura que están organizados por grupos vinculados a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el ELN (Ejército de Liberación Nacional). Por eso el gobierno ha desplegado al ejército para reprimir las protestas.
Las FARC y el ELN son dos organizaciones guerrilleras de extrema izquierda que surgieron durante la década de 1960. Su objetivo era combatir el gobierno conservador e imponer un sistema comunista en el país y, para conseguirlo, mantuvieron una guerra contra el Estado que se alargó durante casi medio siglo.
El conflicto provocó una gran división entre la población. La mayoría de guerrilleros vivían en la clandestinidad, en las zonas rurales. Mientras que las fuerzas de seguridad del Estado contaban con el apoyo de las élites gubernamentales en las ciudades. Aun así, la población siempre estuvo amenazada por ambos bandos.
Se calcula que un millón de personas murieron durante el conflicto, que además ha provocado el desplazamiento forzoso de más de 7 millones de personas. Se produjeron decenas de miles de secuestros, torturas y desapariciones forzadas.
En 2012 empezó un proceso de paz con las FARC. Las negociaciones se alargaron durante años y en 2016 se redactó un acuerdo de paz y reconciliación. El acuerdo fue sometido a referéndum y la mayoría de la población colombiana votó en contra, en medio de una gran campaña de desinformación. Aun así, el gobierno empezó a aplicar el acuerdo de paz en 2017.
En la actualidad, cada día se producen agresiones y asesinatos de líderes sociales y defensores de los derechos humanos que impiden la paz. Las autoridades, ONG y Naciones Unidas trabajan para que la violencia termine y los guerrilleros puedan integrarse en sociedad, pero no todos están de acuerdo con la reconciliación. A día de hoy, la población colombiana sigue dividida.
De colonia española a país independiente
Como la mayoría de países en Latinoamérica, durante siglos Colombia fue una colonia bajo el dominio de la Corona Española.
A principios del siglo XIX, los ejércitos de Napoleón Bonaparte invadieron España. La noticia pronto cruzó el océano Atlántico y eso dio fuerzas a los líderes revolucionarios que querían independizarse. Así fue cómo Colombia declaró su independencia el 20 de julio de 1810.
Tras su independencia en 1810, Colombia entró en un período de inestabilidad: conservadores y liberales se enfrentaron en sucesivas guerras para controlar el país. Ese fue el origen del conflicto que ha durado hasta hoy entre las guerrillas de extrema izquierda y el gobierno conservador.
Colombia es el único país de Sudamérica que tiene costas en el océano Atlántico y Pacífico. Su territorio alcanza el inicio de la cordillera de los Andes y una parte de la selva amazónica, por lo que su clima y paisajes son muy variados. Es el segundo país del mundo con mayor biodiversidad: se han registrado más de 50.000 especies.
La población colombiana también es muy diversa y comprende a los descendientes de los indígenas (que habitaban la región antes de la llegada de los europeos), los descendientes de los conquistadores europeos y de los esclavos africanos que fueron traídos desde África al continente americano.