El gobierno polaco exige 1.350 millones de euros como compensación por los daños sufridos durante el conflicto
El viceprimer ministro de Polonia, Jaroslaw Kaczinsky, ha anunciado que su país iniciará acciones legales contra Alemania y reclamará una indemnización millonaria por los daños cometidos por el régimen nazi durante la Segunda Guerra mundial (1939-1945).
El gobierno polaco ha presentado un informe en el que asegura que Polonia fue el país europeo más afectado por la guerra. Según los datos del estudio, 5,2 millones de personas murieron como consecuencia de los ataques y la ocupación nazi. Además, el país perdió cerca de 80.000 km2 de su territorio.
En ese sentido, los autores del informe consideran que la guerra tuvo consecuencias a largo plazo sobre la población, la economía y el desarrollo científico y cultural del país, y que el gobierno y los ciudadanos polacos todavía hoy sufren sus efectos ya que disponen de menos recursos para construir fábricas y carreteras, hospitales, mejorar el sistema educativo…
No obstante, los expertos en leyes internacionales creen que esta demanda tiene pocas opciones de salir adelante. Al terminar la guerra, Alemania tuvo que pagar una indemnización a la Unión Soviética (URSS) y se estableció que el 15% de esa compensación sería para Polonia: el gobierno polaco recibió 1.500 millones de dólares en 1945, que hoy serían poco más de 24.000 millones de euros.
Por otro lado, el gobierno de Polonia firmó una declaración de renuncia en 1953, en la que se comprometía a no reclamar más compensaciones a Alemania en el futuro. Esta declaración fue confirmada posteriormente por diferentes gobiernos polacos en 1990, 2004 y 2017.
Aun así, el actual gobierno polaco, liderado por el partido de ultraderecha Ley y Justicia (PiS, siglas en polaco), considera que esa declaración no tiene validez porque fue firmada por el gobierno comunista que había en Polonia durante la guerra.
Para algunos expertos en política, la demanda impulsada por el PiS es solo una medida populista para ganar apoyo entre la población, ya que la crisis económica y la inflación causadas por la guerra en Ucrania están aumentando el malestar social y afectando la imagen de los gobernantes.
El peor conflicto de la historia
La Segunda Guerra Mundial se considera, todavía hoy, el peor conflicto de la historia. Más de 100 millones de soldados de una treintena de países participaron en los combates, y se calcula que murieron más de 50 millones de personas durante los ataques, entre civiles y militares.
La devastación de la guerra sumió una gran parte de Europa en la miseria y los países tardaron décadas en recuperarse. El final del conflicto estuvo marcado por las bombas atómicas, armas de destrucción masiva que arrasaron las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki y sus alrededores.
En Europa, el régimen nazi impuso el fascismo en Alemania y todos los territorios que ocupaba. Bajo las órdenes de Adolf Hitler, se llevó a cabo un genocidio étnico, político y religioso: las autoridades alemanas persiguieron y encerraron en campos de concentración a millones de judíos, pero también comunistas, gitanos, homosexuales y prisioneros de guerra.
La invasión de Polonia por parte de Alemania en 1939 fue el detonante de la guerra. Durante los años que duró la ocupación, los nazis destruyeron ciudades enteras, desplazaron a la población polaca y condenaron a millones de personas a trabajos forzados. Uno de los campos de concentración más tristemente conocidos es Auschwitz, al sur del país, donde murieron más de un millón de personas.
Compensar las pérdidas de la guerra
Después de perder la guerra, Alemania tuvo que pagar una indemnización de 20.000 millones de dólares en forma de materiales, productos industriales y mano de obra. Sin embargo, esta compensación no benefició a países como Polonia, sino que fue decidida por los principales vencedores de la guerra: Estados Unidos, Reino Unidos y la URSS.
Además, en 1953, Estados Unidos convenció al resto de países aliados para perdonar la deuda de Alemania. El gobierno estadounidense quería que la Alemania Occidental se convirtiera en un aliado en la Guerra Fría contra la Unión Soviética.
Las indemnizaciones de guerra no son fáciles de establecer ni de cumplir. Los países vencedores no están dispuestos a pagar por sus guerras y, cuando pierden, normalmente han quedado destruidos y no tienen mucho que ofrecer. Es lo que sucedió con Alemania al final de la Segunda Guerra Mundial.
Con el paso del tiempo, algunos países han reclamado indemnizaciones a otros estados por conflictos del pasado. Es un caso habitual en los países africanos que sufrieron el colonialismo durante el siglo XIX: varias potencias europeas llegaron al continente africano para ocupar sus territorios y explotar sus recursos naturales.
En 2020, Burundi reclamó a Alemania y Bélgica, antiguos países colonizadores, 36.000 millones de euros para compensar los “crímenes coloniales”, además del retorno de obras de arte y otros objetos robados. Ninguno de los dos países europeos ha respondido a la demanda.Un año más tarde, el gobierno alemán reconoció el genocidio cometido en la antigua colonia de Namibia a principios del siglo XX y se comprometió a poner en marcha un programa de desarrollo por valor de 1.100 millones de euros (aunque se negó a pagar indemnizaciones particulares).