Un error en los servidores de la red social ha provocado la caída de varias aplicaciones y ha causado pérdidas millonarias
El lunes 4 de octubre, las redes sociales de Facebook e Instagram y el servicio de mensajería instantánea WhatsApp dejaron de funcionar de forma masiva en todo el mundo. El apagón se alargó durante horas y afectó a miles de millones de usuarios que estuvieron desconectados gran parte del día.
Al principio se especuló sobre un posible ataque informático, pero después se descubrió que el origen del apagón estaba en unos problemas técnicos en los servidores de Facebook. Como WhatsApp e Instagram son propiedad de Facebook, utilizan los mismos servidores y también quedaron afectadas.
Facebook ha emitido un comunicado en el que explica que el apagón ha sido provocado por una serie de cambios en la configuración de los routers troncales. Estos routers coordinan el tráfico de datos entre los servidores de Facebook, que están repartidos por todo el mundo, así que el fallo en uno ha provocado un efecto dominó y ha afectado a toda la red.
El problema tardó en solucionarse porque la caída del sistema afectó también a la red interna de la compañía, de manera que los trabajadores de Facebook no pudieron acceder a las instalaciones porque las tarjetas de identificación tampoco funcionaban. Como no podían acceder a sus ordenadores ni a la red interna, tardaron más en reconfigurar los routers.
La caída de Facebook, Instagram y WhatsApp tuvo una gran repercusión en los medios de comunicación y en internet, donde los usuarios de otras redes sociales especulaban sobre lo que podría haber sucedido y se preguntaban cuándo se recuperaría el servicio.
Twitter fue uno de los más beneficiados por el apagón de Facebook. A pesar de no ser una de las plataformas más utilizadas a nivel mundial (no está entre las 10 primeras), se convirtió en altavoz de los usuarios afectados y supo aprovechar la ocasión para tratar la situación con humor.
Consecuencias económicas para Facebook
Facebook es la red social más utilizada del mundo con más de 2.800 millones de usuarios activos, según datos de Statista. Su propietario, Mark Zuckerberg, creó el proyecto cuando estudiaba en la universidad y en pocos años lo convirtió en un negocio multimillonario. En la actualidad, Zuckerberg es la quinta persona más rica del planeta, según la lista que realiza cada año la revista económica Forbes.
En 2012, Facebook compró Instagram porque veía potencial en esta red social basada en la imagen y quería evitar la competencia que podía representar. Dos años más tarde, en 2014 adquirió WhatsApp, que actualmente es la tercera aplicación más utilizada en todo el mundo con 2.000 millones de usuarios.
Sin embargo, el apagón de esta semana ha pasado factura al negocio. Durante la mañana del lunes, cuando todavía no se sabía el motivo de la caída de las aplicaciones, las acciones de Facebook perdieron casi un 5% de su valor en bolsa. Eso supone que Zuckerberg ha perdido 6.000 millones de dólares y ha bajado al 6º puesto de la lista Forbes.
Otra de las consecuencias es que muchos usuarios han optado por descargarse otras aplicaciones de mensajería instantánea, como Telegram o Signal, restando usuarios a WhatsApp.
El peso de las redes sociales en la salud mental
La caída simultánea de Facebook, Instagram y WhatsApp fue uno de los temas más comentados en las noticias, pero también en las conversaciones de la calle y en otras plataformas de internet. Esto nos da una idea de la importancia de las redes sociales y hasta qué punto influyen en nuestra manera de expresarnos, entretenernos e incluso relacionarnos.
En los últimos meses, diferentes estudios han alertado sobre cómo las redes pueden afectar nuestra salud mental. Cada vez pasamos más tiempo conectados y eso puede influir en nuestra autoestima y nuestro estado de ánimo. En las redes sociales nos esforzamos por mostrar una imagen perfecta de nosotros mismos, aunque en la vida real no nos sintamos tan bien.
Precisamente, el lunes se hizo pública la identidad de la extrabajadora de Facebook que filtró documentos internos en los que la compañía reconocía la presión estética y psicológica de Instagram sobre las adolescentes. Frances Haugen denuncia que los directivos de Facebook no hacen nada para evitarlo porque prefieren seguir obteniendo beneficios y exige al gobierno de Estados Unidos leyes para evitarlo.
Por otro lado, no hay que olvidar que nada es gratis en internet. Aunque nos descargamos aplicaciones de forma gratuita, al utilizarlas damos acceso a nuestros datos personales y publicaciones, una información muy valiosa que las compañías de internet venden para hacer estudios de mercado, analizar qué tendencias tienen más éxito, cuáles son los temas más comentados…
Por eso es importante leer la política de privacidad de las aplicaciones que utilizamos y dedicar un tiempo configurar los ajustes de privacidad para evitar que nuestra actividad en internet quede registrada.