El partido de extrema derecha Chega ha cuadruplicado el número de escaños que tenía en el Parlamento tras las últimas elecciones celebradas en el país
Los resultados de las elecciones legislativas de Portugal, celebradas el pasado domingo 10 de marzo, muestran el giro a la derecha que experimenta el país. Tras nueve años de gobierno del socialista António Costa, la coalición conservadora Alianza Democrática (AD) ha ganado y gobernará el país.
Los resultados han estado muy ajustados entre esta coalición de derecha y el Partido Socialista (PS). Apenas hay unos 2.000 votos de diferencia entre ambos partidos políticos, según los datos de escrutinio publicados por el Ministerio de Administración Interna de Portugal.
Aún así, el candidato del Partido Socialista, Pedro Nuno Santos, ha concedido la victoria a Alianza Democrática (AD). Tras conocer los resultados, afirmó que su partido va a encabezar la oposición.
La tercera fuerza más votada fue el partido de ultraderecha Chega, liderado por André Ventura. Los analistas aseguran que es el gran triunfador de la noche. Ha cuadruplicado el número de escaños que tenía en el Parlamento, alcanzando 48 diputados frente a los 12 que obtuvo en los anteriores comicios, celebrados en 2022.
Pese a ser la formación más votada, Alianza Democrática no ha logrado obtener los votos suficientes para alcanzar la mayoría absoluta (116 escaños de los 230 que conforman la Asamblea de la República), necesaria para gobernar en solitario.
Se espera que la coalición liderada por Luís Montenegro trate de pactar con otros partidos en los próximos días. Durante toda la campaña electoral, Montenegro ha insistido en que no pactará con la ultraderecha de Chega.
Elecciones anticipadas
Las elecciones fueron convocadas de forma anticipada el pasado mes de noviembre por el presidente de la República de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa. Esto ocurrió para enfrentar la grave crisis política que atravesaba el país después de la dimisión del entonces primer ministro socialista António Costa.
Costa había dejado su cargo una semana antes, tras conocerse que estaba siendo investigado por varios posibles delitos relacionados con negocios empresariales del gobierno portugués. En concreto, esos delitos eran prevaricación, corrupción activa y pasiva, y tráfico de influencias.
Su dimisión fue muy comentada. Sin ser acusado, Costa anunció que dejaba el cargo al considerar que era incompatible desde el punto de vista ético seguir al mando del país si el Tribunal Supremo lo estaba investigando. A día de hoy, la investigación sigue abierta y el tribunal todavía no ha aclarado si Costa es o no culpable.
António Costa se convirtió en primer ministro de Portugal en 2015, tras formar una coalición de izquierda con dos partidos, el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista. El país fue experimentando una recuperación económica gradual y el gobierno de coalición fue reelegido en las elecciones de 2019.
En 2022, el Partido Socialista volvió a ganar en las elecciones, consiguiendo una mayoría absoluta histórica: obtuvo el 41,5% de los votos y 119 escaños, tres por encima del mínimo exigido para la mayoría absoluta. Esa fue la tercera legislatura de Costa al frente del país, que finalmente no pudo terminar.
Auge de la extrema derecha
El ascenso de la ultraderecha en Portugal con Chega no es una excepción. En los últimos años, los partidos de extrema derecha han conseguido representación en la mayoría de los parlamentos de Europa: VOX en España, Agrupación Nacional en Francia, Alternativa para Alemania el Bundestag, la Liga Norte en Italia, Foro para la Democracia en Países Bajos…
El crecimiento de la extrema derecha se produce, sobre todo, en momentos de crisis. Estos movimientos presentan cambios significativos y soluciones rápidas a los problemas de la sociedad, como el desempleo o la inflación, aprovechando el malestar social. Sin embargo, muchas de estas medidas son poco realistas.
En algunos países, los gobiernos han llevado a cabo un “cordón sanitario”: un pacto entre partidos políticos para mantener a la extrema derecha fuera del poder.
Un ejemplo de esto ocurrió en las elecciones presidenciales francesas de 2022, cuando Jean-Marie Le Pen, líder del Frente Nacional (partido de extrema derecha), derrotó al candidato socialista Lionel Jospin. En segunda vuelta, los socialistas apoyaron al candidato de centroderecha Jacques Chirac para evitar que Le Pen llegara a la presidencia.
Sin embargo, algunos partidos de derecha y centroderecha sí están dispuestos a pactar con la ultraderecha y formar gobiernos de coalición para no perder el poder.
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