El presidente Rebelo de Sousa revalida su cargo en unas elecciones marcadas por las medidas de seguridad contra el coronavirus
El actual presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, ha ganado las elecciones con un 61% de los votos y seguirá liderando el país otros cinco años.
La participación ha sido muy baja: ha quedado por debajo del 40%, según datos oficiales del gobierno portugués, lo que significa que solo 4 de cada 10 portugueses han ido a votar (de un total de 4,2 millones con derecho a voto).
El coronavirus ha influido y ha hecho que muchas personas prefirieran evitar las aglomeraciones, ya que Portugal está inmerso en la tercera ola de la pandemia.
El gobierno decretó el confinamiento en casa el día 15 de enero (aunque no para ir a votar), pero en los últimos días ha tenido que endurecer todavía más las restricciones: se han cerrado los colegios, se prohíbe la venta de bebidas para llevar (como cafés) y se incrementará el control por las calles, por ejemplo.
Ana Gomes, del Partido Socialista, ha sido la segunda candidata más votada (13%), seguida muy de cerca por André Ventura (12%), líder del partido de ultraderecha Chega (“Basta” en portugués).
Gomes ha criticado que el partido de Ventura no debería ser legal ni poder participar en las elecciones porque pone en duda los valores de la constitución.
Hasta hace poco, Portugal era uno de los pocos países europeos donde los movimientos de ultraderecha no tenían representación parlamentaria. Sin embargo, en las elecciones de 2019, Chega consiguió un escaño en la Asamblea de la República (el parlamento portugués).
Como parlamentario, Ventura comparte el mismo discurso que otras formaciones políticas de extrema derecha en Europa, como el rechazo a la acogida de inmigrantes, la eliminación de las políticas de género e igualdad o la disminución del gasto en servicios públicos.
Portugal, una república semiparlamentaria
Portugal es uno de los 27 países de la Unión Europea. Tiene una población de poco más de 10 millones de habitantes y se encuentra dentro del grupo de países más desarrollados del mundo, según el Índice de Desarrollo Humano que las Naciones Unidas elabora teniendo en cuenta criterios de salud, educación y riqueza.
La democracia portuguesa es relativamente reciente: tras más de 40 años de dictadura, el régimen de António de Oliveira Salazar cayó en 1974 con la Revolución de los claveles, un golpe de estado apoyado por la población.
A pesar de sufrir los efectos de la crisis económica global de 2008, en los últimos años Portugal había conseguido recuperar su economía sin tener que realizar grandes recortes, convirtiéndose en un referente para otros países. Aun así, habrá que ver los efectos de la crisis del coronavirus a largo plazo.
El presidente Rebelo de Sousa pertenece al Partido Social Demócrata (PSD), un partido que en el Parlamento portugués ejerce el papel de la oposición.
Esta es una de las características de las repúblicas semiparlamentarias, como Portugal o Francia, donde el presidente o Jefe de Estado es escogido en unas elecciones, pero tiene un poder limitado. Quien gobierna realmente en estos países es el primer ministro o Jefe de Gobierno, elegido en las elecciones legislativas.
Así, Rebelo de Sousa es el presidente de la República Portuguesa, pero el primer ministro, Antonio Costa del Partido Socialista, es el gobernante.
Votar en pandemia
En todo el mundo, la pandemia del coronavirus ha abierto el debate sobre si es más importante proteger el derecho a votar o la necesidad de garantizar la salud de los ciudadanos.
La tercera ola de la pandemia está golpeando con fuerza Portugal, que en las últimas horas ha superado los 15.000 nuevos contagios diarios y se ha convertido en uno de los países más afectados del mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aun así, las autoridades tomaron medidas para garantizar la seguridad de los votantes: en estas elecciones había cuatro veces más mesas electorales, los votantes recibían una mascarilla en la entrada, las cabinas se desinfectaban después de cada votación y se pedía a los votantes que llevaran su propio bolígrafo de casa (si no, se les daba uno de usar y tirar).
Otros países se han visto en la misma situación en los últimos meses. En Estados Unidos, por ejemplo, la mitad de la población optó por el voto por correo o voto anticipado para evitar multitudes. La participación final acabó superando el 66% del censo electoral (la población en edad de votar).
En los próximos meses, otros países de los cinco continentes se verán en la misma situación y deberán decidir entre adaptar el sistema de votación a la pandemia o bien posponer los comicios para intentar frenar el número de contagios.
Fuentes: Wikipedia, Gobierno de Portugal, Público.pt, Europa Press, Organización Mundial de la Salud (OMS)