Este sistema de inteligencia artificial permite crear textos de forma automática y podría transformar nuestra forma de enseñar, estudiar y trabajar
El ChatGPT es un sistema de inteligencia artificial (IA) creado para realizar tareas relacionadas con el lenguaje, como redactar textos, traducir o mantener conversaciones por chat. Esta herramienta ha sido desarrollada por Open AI, empresa dedicada al desarrollo de IA y fundada por el magnate tecnológico Elon Musk.
Como otros sistemas de inteligencia artificial, funciona a partir de una base de datos inmensa: millones de palabras y frases que, combinados con los algoritmos, permiten que el programa aprenda por su cuenta cómo se escribe, cuáles son las normas gramaticales, qué respuestas son las más habituales a cada pregunta, cómo se puede alargar un texto añadiendo ideas relacionadas…
El sistema de ChatGPT se basa en un programa informático llamado Generative Pre-Trained Transformer, un modelo de lenguaje que se desarrolla de forma autónoma (de ahí sus siglas: GPT). Los usuarios pueden probarlo de forma gratuita en su página web (previo registro) y pedirle tareas de todo tipo: escribir una carta o un poema, hacer el resumen de un texto, preparar un guión para TikTok…
Además de escribir textos, también es capaz de analizar información y producir nuevas ideas. Esto da la sensación de que nuestro móvil u ordenador (el dispositivo donde tengamos instalado ChatGPT) tenga pensamiento propio y sea capaz de mantener conversaciones con nosotros.
ChatGPT tiene otras aplicaciones. Por ejemplo, sirve para sustituir las complejas fórmulas de Excel y obtener resultados automatizados en las columnas de cálculo. También se le pueden hacer preguntas de conocimiento general, como cuando utilizamos un buscador, con la diferencia de que ChatGPT ofrecerá directamente una respuesta en lugar de tener que seleccionar nosotros entre las diferentes entradas propuestas.
Además de ChatGPT, la compañía Open AI también ha desarrollado Dall-E, un programa de inteligencia artificial que puede crear imágenes a partir de descripciones de texto. El usuario introduce indicaciones como el estilo pictórico, los colores y las formas que prefiere utilizar y el programa genera el dibujo.
Cuentos infantiles escritos con IA
La inteligencia artificial es especialmente relevante en el ámbito científico: desarrollar nuevas fórmulas matemáticas que mejoran el rendimiento de los ordenadores, estudiar con detalle la composición de las proteínas para entender cómo funcionan algunas enfermedades, e incluso identificar cuerpos celestes situados a años luz en las misiones de exploración espacial…
No obstante, cada vez hay más programas que utilizan esta tecnología en el campo artístico, ya sea para producir obras literarias o ilustraciones. Esta posibilidad abre el debate sobre a quién corresponde la autoría de la obra: ¿la persona que da las instrucciones o el programa de inteligencia artificial que elabora el resultado final?
La amistad entre Pepe y Piolín es un libro infantil publicado por la editorial Gunis que se ha escrito utilizando ChatGPT y se ha ilustrado con Dall-E. El resultado es un libro de 32 páginas con dibujos alegres, frases que riman y una lección moral al final, como cualquier otro cuento infantil. La diferencia es que no aparece el nombre de ningún autor ni ilustrador en la portada.
No se trata del primer libro para niños escrito con inteligencia artificial. Ammaar Reshi es un diseñador de San Francisco (Estados Unidos) que en diciembre escribió Alice and Sparkle para la hija de unos amigos. Utilizando ChatGPT y el programa de dibujo por IA Midjourney, tardó 48 horas en terminar el libro y al día siguiente ya estaba disponible en Amazon.
Reshi explicó todo el proceso en un hilo de Twitter, pero recibió numerosas críticas de ilustradores profesionales que lamentaban que su creatividad quedara reducida a unas cuantas ideas introducidas en un programa informático.
I spent the weekend playing with ChatGPT, MidJourney, and other AI tools… and by combining all of them, published a children’s book co-written and illustrated by AI!
— Ammaar Reshi (@ammaar) December 9, 2022
Here’s how! 🧵 pic.twitter.com/0UjG2dxH7Q
Luces y sombras de la inteligencia artificial
Sin duda, el uso de herramientas como ChatGPT puede facilitar el trabajo a todas aquellas personas que necesiten escribir en su día a día: estudiantes, escritores, investigadores, periodistas… Pero, ¿hasta qué punto los textos producidos por una IA pueden compararse a los textos escritos por una persona?
Estos procesadores de texto mejoran sus resultados a base de incorporar textos de ejemplo y de realizar nuevas tareas, con las que pueden aprender de sus errores e incluir nuevas normas de escritura. Es la base del desarrollo de la inteligencia artificial: cuantos más parámetros e información tenga a su disposición, más datos podrá comparar e incorporar en sus resultados.
ChatGPT escribirá una redacción de 500 palabras mucho más rápido que tú, porque analizará los textos más destacados de Google en segundos y reproducirá las frases más apropiadas para la temática elegida. No habrá faltas de ortografía, pero sí puede haber algún error de coherencia entre conceptos, o que alguna expresión o estructura se repita demasiado. En ese sentido, siempre será necesaria la revisión de una persona.
Por otro lado, los centros educativos e instituciones académicas deberán prepararse ante este tipo de programas de IA si quieren evitar plagios y asegurarse de que los estudiantes son los verdaderos autores de los trabajos y se han esforzado para hacerlos.
Pregunto al #ChatGPT por su uso en el periodismo: “La capacidad de la IA para comprender el contexto y la complejidad de las situaciones y tomar decisiones éticas y racionales todavía está limitada, por lo que es poco probable que reemplace por completo a los periodistas humanos” pic.twitter.com/rTIi4fe0EP
— victoriano (@victoriano) December 8, 2022
Lo mismo sucede en el ámbito de la comunicación y el periodismo: los redactores pueden limitarse a introducir unos cuantos datos (quién, qué, dónde, cuándo, por qué, cómo) y esperar que un programa escriba la noticia. Sin embargo, ¿esa noticia tendrá el mismo rigor que si hubiera sido escrita por un/a periodista profesional? Y más importante aún: ¿los lectores percibirán esa diferencia?
Seguramente, habrá que esperar algunos años (tal vez menos) para ver qué repercusiones tiene la inteligencia artificial en estos sectores y cómo influye en nuestra manera de informarnos y aprender. No obstante, lo más probable es que cada vez más dispositivos y aplicaciones (programas de mensajería, calendarios, editores de texto, redes sociales) incluyan la IA en sus algoritmos.
