El país liderado por Bashar al-Assad fue suspendido de esta organización debido a la represión del gobierno contra las protestas populares de 2011
Los ministros de Exteriores de los países de la Liga Árabe han readmitido a Siria como miembro de pleno derecho de la organización. Desde el pasado 7 de mayo, Siria vuelve a formar parte de esta entidad que agrupa a los Estados árabes de Oriente Próximo y el Magreb.
La noticia llega doce años después de que Siria fuera suspendida de la organización. El país dejó de formar parte de la Liga Árabe por la represión que el gobierno sirio ejerció contra las protestas populares de 2011, que amenazaron con derrocar al presidente Bashar al-Assad y que dieron inicio a una guerra que continúa en la actualidad.
A partir de ahora, Siria podrá participar en todas las reuniones de la Liga Árabe. Este año, la cumbre anual de la organización tendrá lugar el próximo 19 de mayo en Arabia Saudí, a la que podrá asistir el presidente sirio por primera vez tras más de una década.
Aun así, el país liderado por Al-Assad deberá cumplir una serie de medidas para permanecer como integrante. Los países miembros han subrayado la necesidad de acabar con el conflicto sirio y piden al gobierno que tome medidas prácticas y efectivas para conseguir este objetivo.
Además, entre los requisitos, la Liga Árabe incluye: el regreso voluntario de los refugiados de forma segura, la salida de fuerzas extranjeras ilegales en Siria, la lucha contra el narcotráfico y la reanudación del trabajo del Comité Constitucional para redactar una nueva Carta Magna en el país.
La Liga Árabe, una organización de cooperación
La Liga de los Estados Árabes es una organización panárabe intergubernamental compuesta por 22 estados miembros: Argelia, Bahrein, Comoras, Djibouti, Egipto, Irak, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Mauritania, Marruecos, Omán, Palestina, Qatar, Arabia Saudí, Somalia, Sudán, Túnez, Emiratos Árabes Unidos, Yemen y ahora también Siria.
Esta organización se fundó en 1945, convirtiéndose en una de las primeras organizaciones regionales tras la Segunda Guerra Mundial. El objetivo de la entidad es mantener una relación de cooperación entre sus miembros en ámbitos como la economía, la comunicación, la cultura o el bienestar social.
Desde su creación, la Liga Árabe ha tenido que lidiar con diferentes conflictos de forma recurrente dentro sus fronteras, como el terrorismo de organizaciones como Estado Islámico o el conflicto israelí-palestino.
En 2011, Siria fue suspendida de esta organización después de la brutal represión con la que el gobierno de Al-Assad respondió a las revueltas populares desencadenadas en su contra: cientos de personas fueron arrestadas y asesinadas.
En aquel momento, muchos países árabes cortaron sus relaciones con Siria al no estar de acuerdo con la represión del gobierno y algunos llegaron a apoyar abiertamente a los rebeldes. Sin embargo, desde los terremotos que golpearon Siria en febrero, algunos estados árabes han protagonizado un acercamiento con el país. Esto ha culminado con la readmisión de Siria en la Liga Árabe.
12 años de guerra en Siria
El conflicto en Siria empezó en 2011 con la Primavera Árabe, una serie de revoluciones democráticas que surgieron en diferentes países musulmanes. Centenares de personas salieron a las calles a protestar y manifestarse en contra del autoritarismo del régimen dictatorial liderado por Al-Assad, pidiendo más democracia y oportunidades sociales.
En aquel momento, el régimen sirio ordenó reprimir las protestas: las fuerzas de seguridad arrestaron, torturaron y asesinaron a cientos de personas. La fuerte represión hizo que la oposición política y social se fuera radicalizando y el conflicto acabó convirtiéndose en una guerra civil. En marzo, la guerra en Siria cumplió doce años.
En todo este tiempo, la guerra ha traído consecuencias devastadoras para el país árabe: miles de personas han perdido la vida, otras han tenido que huir de su país en busca de una vida mejor y quienes permanecen viviendo allí tienen que hacer frente a una grave crisis económica y de derechos.
En 2023, Siria sigue sufriendo una de las mayores crisis humanitarias del mundo, según denuncia la organización Save The Children. El conflicto ha provocado una situación de pobreza generalizada en el país: en total, más de 15 millones de personas dependen de la ayuda humanitaria para cubrir sus necesidades básicas.
A esta situación se suma la cifra de desplazados, que en doce años no ha dejado de aumentar. Desde el principio del conflicto, 5,5 millones de personas han salido del país huyendo del horror de la guerra, según los últimos datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).