26 marzo 2025
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26 marzo 2025

Supermercados y restaurantes ya no podrán tirar los alimentos que no vendan

La nueva ley contra el desperdicio alimentario quiere reducir la cantidad de comida que termina en la basura

El Congreso de los Diputados ha aprobado una nueva ley contra el desperdicio alimentario. El objetivo de la norma es reducir la cantidad de comida que, pese a estar en buenas condiciones, termina en la basura. Según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, España desperdició en 2023 casi 1,3 millones de toneladas.

La ley obligará a todos los agentes de la cadena alimentaria (desde bares y restaurantes a supermercados) a tener un plan de prevención de pérdidas y desperdicio alimentario. Este plan deberá incluir los pasos que llevarán a cabo para evitar que la comida que no utilicen acabe en el contenedor.

Los supermercados estarán obligados a donar sus excedentes a entidades sociales y bancos de alimentos. Hablamos de comida que no han vendido, pero que sigue siendo apta para el consumo humano. Además, deberán incentivar que los productos con fechas de consumo preferente o de caducidad próximas se vendan a un precio más barato.

Los comercios también tendrán que fomentar la venta de alimentos que, aunque no cumplan con ciertos estándares estéticos, se pueden comer perfectamente. Piensa en las frutas y verduras de los supermercados, seleccionadas por su apariencia “perfecta” y uniforme. Muchos productos con formas irregulares o pequeños defectos son descartados únicamente por su aspecto, a pesar de conservar su calidad y sabor.

Por su parte, los restaurantes estarán obligados a ofrecer envases gratuitos para que los consumidores puedan llevarse las sobras de los platos que no se hayan comido. La ley también establece que las administraciones públicas tendrán que poner en marcha campañas de sensibilización sobre hábitos de consumo responsable

El desperdicio alimentario en el mundo

En España, los alimentos que más se desperdician son las frutas, las sobras de otras comidas, las verduras y hortalizas, la leche, el pan, los derivados lácteos (leche, yogures…) y los embutidos. Sin embargo, este problema está presente en casi todos los países del mundo.

En 2022, se generaron 1.050 millones de toneladas de desperdicios alimentarios a nivel global, según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Para hacernos una idea, esto equivale a unos 132 kilogramos de comida desechada por persona a lo largo del año.

Este dato es alarmante teniendo en cuenta que, en 2022, aproximadamente 735 millones de personas (el 9% de la población mundial) se encontraban en estado de hambre crónica. Mientras millones de personas no tienen comida en una parte del mundo, en otra hay toneladas de alimentos que están tirándose a la basura.

La falta de acceso a alimentos nutritivos para poder tener una vida activa y saludable se llama inseguridad alimentaria. La pobreza, el cambio climático y las situaciones de guerra y conflictos armados están provocando que el número de personas en esta situación aumente considerablemente. 

¿De qué manera te afecta esta noticia?

¿Cómo se hace la compra en vuestra casa? ¿Hacéis una lista antes de ir al supermercado o compráis sobre la marcha? ¿Hacéis una planificación del menú semanal para evitar desperdicios? Si no termináis un plato, ¿aprovecháis las sobras para otro día o tiráis la comida a la basura?

Aunque puedan parecer preguntas sencillas o sin mucha relevancia, estas pueden ayudarnos a reflexionar sobre cuál es la relación que tenemos en casa con los alimentos. Las decisiones que tomamos sobre lo que compramos y lo que no nos comemos tienen un impacto directo en la cantidad de alimentos que terminamos desperdiciando.

Debemos recordar que tirar comida es, en primer lugar, un gasto de dinero. Nuestras familias han pagado por alimentos que finalmente no estamos consumiendo. Pero también es una decisión que repercute en el medioambiente. La producción de alimentos necesita recursos como agua, energía y tierras que no deberíamos desperdiciar. 

Las leyes aprobadas por los gobiernos son importantes porque estas ayudan directamente a reducir el desperdicio de alimentos y garantizar un acceso equitativo a la alimentación. Sin embargo, nosotros como ciudadanos también tenemos una responsabilidad. Juntos podemos evitar que la comida que todavía se puede consumir acabe en la basura. 

El ABC de la noticia

Banco de alimentos: organización que recoge, almacena y distribuye alimentos donados a personas y familias en situación de vulnerabilidad.

Consumo preferente / caducidad: la fecha de consumo preferente indica hasta cuándo un alimento conserva la calidad prevista, mientras que la de caducidad marca el límite tras el cual el alimento puede resultar peligroso para la salud.

Hambre crónica: falta constante de acceso a alimentos suficientes y nutritivos, lo que impide llevar una vida saludable y activa.

Alimento nutritivo: alimento que proporciona los nutrientes esenciales (vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos y grasas saludables), que son necesarios para que nuestro organismo funcione bien.

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