La Declaración Universal de los Derechos Humanos sigue siendo fundamental en un mundo marcado por la pandemia de covid, los conflictos y la desigualdad
Hoy se cumple el 73 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) , un conjunto de derechos y libertades básicos para que cualquier persona del mundo viva en igualdad de oportunidades, de forma justa y en paz. Por eso, este año la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebra la fecha bajo el lema: “Todos humanos, todos iguales”.
La DUDH fue aprobada el 10 de diciembre de 1948, poco después de que finalizara la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), con el objetivo de regular los derechos de los ciudadanos y ciudadanas en todo el planeta, independientemente de su origen, ideología, religión o cualquier otro motivo.
La Declaración contempla derechos fundamentales como el derecho a la libertad de expresión, el derecho a recibir una educación de calidad para poder crecer y desarrollarse como personas, o el derecho a tener un nivel de vida adecuado que asegure la salud y bienestar de todas las personas, tanto en la alimentación como en la vivienda o la asistencia médica.
Las Naciones Unidas han lanzado una campaña a través de redes sociales para difundir la DUDH y dar a conocer los derechos humanos a los más jóvenes. La campaña utiliza etiquetas como #FightRacism para denunciar el racismo y las situaciones de discriminación o #IStandWithHer para defender la igualdad de género y los derechos de las mujeres.
Los gobiernos e instituciones internacionales como las Naciones Unidas son los encargados de velar por el cumplimiento de los derechos humanos; no obstante, las empresas, las organizaciones privadas y la propia ciudadanía también deben implicarse para proteger los derechos y libertades de las personas.
Al mismo tiempo, los derechos humanos son la base de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una serie de 17 objetivos promovidos por las Naciones Unidas para crear un mundo más justo y sostenible. A día de hoy, la pandemia de covid-19, la guerra y los conflictos armados son el principal obstáculo para los derechos humanos.
Covid-19: un revés para los derechos humanos
Desde que se declaró la pandemia de covid-19 a principios de 2020, ya se han registrado más de 266 millones de casos y cerca de 5,3 millones de personas han fallecido, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
La pandemia ha afectado los derechos de millones de personas en todo el mundo. Por un lado, el confinamiento, las restricciones en la movilidad y el cierre de fronteras entraban en contradicción directa con el artículo 13 de la DUDH: el derecho a circular libremente para salir de un país y entrar en otro, o incluso para regresar al lugar de residencia.
Otras restricciones que se establecieron más tarde, cuando la pandemia estaba más controlada, también representaron una violación de los derechos humanos. Por ejemplo, la limitación en el número de personas que podían juntarse violaba el artículo 20 sobre la libertad de reunión, mientras que el cierre de discotecas, teatros y otros lugares de ocio suponía un obstáculo para el artículo 24: el derecho a disfrutar del tiempo libre.
En la actualidad, la aplicación del pasaporte covid en varios países para viajar, entrar en locales públicos o incluso para trabajar podría suponer una nueva contradicción con algunos principios de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Sin embargo, las medidas contra la covid han afectado sobre todo a los colectivos más vulnerables y con mayor riesgo de exclusión social. En ese sentido, los más perjudicados por las crisis sanitaria y económica han sido los que ya se encontraban en situación de desigualdad, discriminación o abuso, tal y como denuncia la ONG Amnistía Internacional.
Los derechos humanos no son universales
Más allá de los efectos de la pandemia, los derechos humanos están amenazados en varios países del mundo debido a la existencia de gobiernos represivos y conflictos armados.
Uno de los países más criticados por la vulneración de derechos es China, cuyo gobierno está controlado por el Partido Comunista e impide cualquier crítica u oposición. Las organizaciones humanitarias denuncian la persecución de activistas y manifestantes como sucede en la región de Hong Kong, la represión contra la minoría uigur en Sinkiang o la ocupación china del Tíbet, que sigue reclamando su independencia.
China también ha vulnerado los derechos de su población durante la gestión de la pandemia de covid-19. Tras la aparición de los primeros casos de contagio en la ciudad china de Wuhan, las autoridades ocultaron información a la población y después aislaron la ciudad durante meses.
El Informe Mundial 2021 de Human Rights Watch, organización que analiza la situación de los derechos humanos en el mundo, también señala la violación de derechos y libertades en países como Rusia, donde el presidente Vladímir Putin ha reformado las leyes para mantenerse en el poder, o Arabia Saudita, donde las mujeres siguen teniendo menos derechos que los hombres.
No obstante, los derechos humanos se vulneran en todos los países y continentes. El incremento en el número de personas desplazadas y refugiados también supone un aumento de violaciones de sus derechos. Por ejemplo, en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, donde el gobierno polaco (que forma parte de la Unión Europea) bloquea el paso a miles de migrantes en lugar de ofrecerles refugio.