24 noviembre 2024
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24 noviembre 2024

Trasplantan el corazón de un cerdo a un hombre

Un equipo de médicos trasplanta el corazón de un cerdo modificado genéticamente a un paciente con una enfermedad terminal

Un equipo de cirujanos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland (Estados Unidos) ha logrado realizar con éxito el primer trasplante de corazón de cerdo a un humano. El paciente es un hombre con una enfermedad cardíaca terminal y el corazón del animal fue modificado genéticamente para ser compatible con el cuerpo humano y no producir rechazo.

Los trasplantes de órganos son operaciones poco habituales, porque son muy complejas y no siempre hay órganos compatibles para los pacientes que los necesitan. Por eso los protocolos médicos dan prioridad a los pacientes con más probabilidades de sobrevivir.

En el caso de David Bennet, un hombre de 57 años que padece problemas graves de corazón, los médicos habían decidido que no era apto para un trasplante de corazón convencional o para recibir una bomba artificial, porque su sistema vascular estaba demasiado deteriorado. Eso significa que, si le hubieran trasplantado un corazón humano, había pocas posibilidades de que la operación funcionara y él sobreviviera.

Ante esta situación, Bennet optó por someterse a una operación experimental, ya que nunca antes se había trasplantado el corazón de un cerdo a una persona. Por sus características físicas, los cerdos son uno de los animales más parecidos a los humanos: compartimos el 90% del genoma, sus órganos tienen un tamaño parecido al nuestro y también desarrollan enfermedades como la diabetes, la obesidad, el alzhéimer o el párkinson. 

El equipo de médicos y científicos ha modificado 10 genes del corazón de un cerdo: han bloqueado tres genes que pueden causar rechazo tras el trasplante y han eliminado otro gen que controla el crecimiento del cerdo. La compañía de biogenética encargada de modificar los cerdos genéticamente es Revivicor, creada a partir de PPL Therapeutics, la empresa que clonó a la oveja Dolly en 1996.

La operación, realizada el 7 de enero de 2022, duró más de 8 horas. Los médicos insisten en que se trata de una operación experimental y todavía no saben cuánto tiempo resistirá el corazón: podría ser cuestión de días, meses o tal vez un año… no se sabe. 

Aun así, científicos de todo el mundo han celebrado el trasplante porque, si funciona, significaría no tener que depender de la disponibilidad de órganos humanos. Así, se podrían realizar muchos más trasplantes y salvar muchas más vidas. Todo un hito en la historia de la medicina.

Xenotrasplantes: trasplantes entre especies

La operación de Maryland ha sido revolucionaria, pero no ha sido el primer trasplante de órganos entre diferentes especies. Este tipo de operaciones se conocen como xenotrasplantes, del griego xeno que significa “extraño” o “extranjero”.

El principal problema de los trasplantes es que, a menudo, el cuerpo de la persona receptora rechaza el nuevo órgano porque no lo reconoce como propio. En los trasplantes entre humanos, el rechazo puede controlarse con medicación; sin embargo, en los xenotrasplantes, el rechazo provocado por el órgano animal es más difícil de tratar porque nuestro sistema inmunitario lo considera un elemento extraño que debe atacar, como si se tratara de una enfermedad.

Por eso los médicos y científicos llevan décadas desarrollando nuevas técnicas y medicinas que permitan reducir el rechazo en los trasplantes. Las investigaciones más prometedoras son las que modifican los genes de los animales para que sean más parecidos al genoma de los humanos.

En la historia de la medicina, el primer registro de una operación entre especies data del siglo XVII, cuando el médico francés Jean-Baptiste Denis realizó una transfusión de sangre de oveja a un joven enfermo en 1667. A principios del siglo XX se realizaron las primeras pruebas de trasplantes de órganos animales a humanos, aunque la mayoría de pacientes murieron porque todavía no se conocían los efectos del rechazo inmunitario ni había medicinas para combatirlo. 

El primer xenotrasplante de corazón tuvo lugar en 1964: se trasplantó el corazón de un chimpancé a un hombre moribundo que falleció poco después de la operación. En 1984 se trasplantó el corazón de un babuino a un bebé que nació con un defecto congénito en su corazón que no le permitiría sobrevivir. El trasplante fue un éxito, pero la pequeña murió al cabo de 21 días.

En septiembre del año pasado, un equipo de cirujanos logró implantar el riñón de un cerdo modificado genéticamente en una mujer con muerte cerebral. El riñón funcionó durante 54 horas, sin señales de rechazo, hasta que los médicos desintubaron a la paciente con el consentimiento de la familia.

Reticencias éticas

La escasez de órganos para trasplantes es uno de los principales problemas para la medicina. En 2019 se realizaron más de 150.000 trasplantes en todo el mundo, según datos del Observatorio Global de Donaciones y Trasplantes (GODT). España es el país donde se realizan más donaciones de órganos: hubo más de 1.777 donantes en 2020, según datos de la Organización Nacional de Trasplantes.

No obstante, el número de personas que necesitan un trasplante es mucho mayor. Tan solo en Estados Unidos hay más de 100.000 personas en lista de espera, y 17 mueren cada día esperando un órgano, según datos oficiales

Ante esta situación, una gran parte de la comunidad médica y científica considera que los xenotrasplantes son la mejor alternativa para compensar la falta de órganos humanos y salvar vidas. Aun así, el uso de órganos animales para tratar a personas también genera dudas y reticencias a nivel bioético

¿Está bien utilizar los órganos de un animal en una persona? ¿Es correcto modificar genéticamente a un ser vivo? ¿Se debe modificar el ADN de una persona o animal si eso permite salvar vidas? ¿Qué consecuencias puede tener la clonación? ¿Dónde está el límite entre la experimentación y la medicina?

Los avances científicos permitirán logros cada vez mayores en el campo de la medicina y, seguramente, también añadirán nuevas cuestiones éticas a la hora de aplicar estos procedimientos. 

Nuevo año, nuevos descubrimientos para la ciencia

El año 2022 ha empezado con grandes descubrimientos en el campo de la medicina. Además del histórico trasplante de corazón entre un cerdo y un humano, también se han realizado importantes avances en una de las enfermedades más graves y desconocidas: la esclerosis múltiple.

Un estudio de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) ha analizado muestras de sangre de más de 10 millones de personas durante 20 años y ha llegado a la conclusión de que el virus de Epstein-Barr, causante de la mononucleosis o “enfermedad del beso”, multiplica de forma exponencial las posibilidades de sufrir esclerosis múltiple. En ese sentido, el virus podría ser una de las principales causas de la enfermedad.

La esclerosis múltiple afecta el sistema nervioso central. Puede tener efectos leves, como adormecer las extremidades, o llegar a paralizar el cuerpo por completo, incluso los órganos respiratorios, siendo una enfermedad mortal. Se calcula que cerca de 3 millones de personas sufren esclerosis en todo el mundo.

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