La Sagrada Familia contará con un nuevo faro luminoso en la torre de la Virgen María, que se encenderá cada noche a partir del 8 de diciembre
Todo está preparado para que mañana, día de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre), se encienda por primera vez la estrella que corona la torre de la Virgen María de la Sagrada Familia, la obra más emblemática del arquitecto modernista Antoni Gaudí.
El faro está formado por una estrella de doce puntas, cada una de las cuales mide casi tres metros; el diámetro total de la estrella es de 7,5 metros en toda su amplitud. La figura está formada de vidrio y acero y pesa 5,5 toneladas. Además, las placas de vidrio tienen diferentes texturas para jugar con la luz y crear reflejos.
La torre de la Virgen María es, por ahora, la torre más alta del templo: mide 138 metros de altura. Sin embargo, cuando terminen las obras, el punto más alto será la torre de Jesucristo, que está previsto que mida 172,5 metros y se convertirá en el punto más alto de la ciudad.
La Sagrada Familia es el monumento más visitado de Barcelona y su construcción se financia con los ingresos de las entradas y donaciones privadas. En 2019 recibió más de 4,7 millones de visitas, según datos de Statista. Gracias a esa popularidad, estaba previsto que estuviera finalizada en 2026.
Sin embargo, la pandemia de la covid ha reducido significativamente el número de turistas y visitantes y eso ha perjudicado los fondos disponibles y, en consecuencia, el ritmo de las obras. Este verano, durante los meses de julio y agosto (cuando hay más afluencia de turistas extranjeros), el número de visitantes no ha superado los 2.000. En cambio, en julio de 2019, se superaron las 15.000 visitas diarias.
Desde que empezó a construirse en 1882, las obras de la Sagrada Família solo se habían interrumpido durante el período de la Guerra Civil española (1936-1939). A día de hoy no hay una fecha prevista para la finalización del templo.
La iluminación de la estrella podrá seguirse en directo e incluso se podrá participar de forma virtual en el proceso, que iluminará gradualmente diferentes partes de la torre durante los días previos.
Icono del modernismo
El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia es una basílica católica que empezó a construirse en 1882 y todavía no ha sido acabada.
El primer arquitecto del templo, Francisco de Paula del Villar, proyectó un edificio de estilo neogótico, como el Palacio de Westminster en Londres. Sin embargo, Del Villar no logró ponerse de acuerdo con los promotores del proyecto sobre algunas cuestiones, como el tipo de materiales que debían utilizarse en la construcción. Así que, un año después, el encargó acabó recayendo sobre Antoni Gaudí (1852-1926).
En aquel momento, Gaudí solo tenía 30 años pero ya había colaborado con algunos arquitectos destacados de la época, como el propio Francisco del Villar, y empezaba a hacerse un nombre como arquitecto. Había diseñado farolas y mobiliario urbano, algunas capillas privadas o la decoración de viviendas y locales para las familias de la rica burguesía barcelonesa, pero sus obras más conocidas aún estarían por llegar: la Casa Milà, la Casa Batlló, el Park Güell…
Gaudí cambió por completo el diseño de la Sagrada Familia y apostó por el estilo modernista. A pesar de ser un edificio religioso, la imagen de la naturaleza está muy presente en la estructura. Las columnas en el pórtico recuerdan el tronco de las secuoyas y en el interior del templo se dividen como las ramas de un árbol. En muchos rincones, la piedra esculpida crea la ilusión de que las hojas y vegetación cubren las paredes.
Aun así, el arquitecto era muy creyente y eso queda reflejado en las paredes del templo. Las fachadas del edificio muestran diferentes momentos de la vida de Jesús y las torres representan a diferentes personajes de la Biblia: apóstoles, evangelistas, la Virgen María y Jesucristo.
Un templo para el pueblo
La Sagrada Familia se considera la obra más importante de Gaudí, aunque él nunca llegó a verla terminada. Murió atropellado por un tranvía en 1926, poco antes de cumplir los 74 años, y fue enterrado en una capilla dentro de la misma basílica.
Los trabajos de construcción de la Sagrada Familia siempre han avanzado con lentitud. Gaudí era muy creyente y quería que las obras se pagaran exclusivamente con donaciones de caridad, como una muestra de bondad y de virtud propias de la religión católica. No obstante, eso permitía recaudar poco dinero para avanzar con el edificio.
Al mismo tiempo, la muerte accidental del arquitecto y la quema de los planos y maquetas durante la Guerra Civil española detuvieron la construcción durante años.
En la década de 1950 se retomaron las obras siguiendo los bocetos y fotografías publicados en algunos documentos, pero nunca veremos la Sagrada Familia que Gaudí imaginó. Pronto se cumplirán 140 años construyendo la basílica y muchos se preguntan qué aspecto tendrá una vez finalizada.