17 noviembre 2024
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17 noviembre 2024

Violencia en América Latina

Las guerras entre bandas por controlar el narcotráfico han provocado un gran movimiento migratorio en diferentes países latinoamericanos

La guerra en Ucrania ocupa los titulares desde que Rusia inició la invasión de este país a finales de febrero. En dos meses, más de cinco millones de refugiados han huido del país y hay más de siete millones de desplazados internos. 

Sin embargo, más allá de Ucrania, existen otros conflictos armados en el mundo que provocan miles de muertes y el desplazamiento masivo de personas, además de poner en jaque el futuro de millones de niños y niñas. Algunos de estos conflictos están activos desde hace años, sin que los bandos enfrentados dejen las armas.

Después de hablar sobre los conflictos en África y sobre las guerras en Oriente Medio, en este tercer artículo hablaremos sobre la violencia armada y las guerras entre bandas criminales que afectan varios países en América Latina

Violencia armada en Centroamérica

Los conflictos armados en Centroamérica y América del Sur no se conocen como “guerras”, aunque el resultado de la violencia armada provoca igualmente miles de muertes y millones de personas desplazadas que abandonan su hogar para huir del peligro. 

La mayoría de estos conflictos están protagonizados por grupos criminales que se enfrentan entre ellos para controlar el tráfico de drogas, que mueve miles de millones de dólares en la región. 

Colombia, Bolivia y Perú son los principales productores de cocaína (Colombia produce en torno al 70% de esta droga a nivel mundial), mientras que Estados Unidos es el principal consumidor. Esto sitúa a países centroamericanos como Nicaragua, Honduras y Guatemala en medio del corredor de las drogas, mientras las bandas pelean por controlar el comercio y transporte de drogas hasta Estados Unidos.

En Honduras y El Salvador, las bandas criminales se conocen como maras y son muy violentas: se dedican a atemorizar y extorsionar a la población para financiarse. También amenazan a los voluntarios y organizaciones sociales que intentan apartar a los más jóvenes de la actividad delictiva.

Además del narcotráfico, las bandas también recurren a otras actividades ilegales para ganar dinero, como el robo, la extorsión, la trata de personas o la inmigración ilegal, el secuestro o el tráfico de armas.

La violencia ha provocado una grave crisis migratoria en Centroamérica: miles de personas recorren a pie miles de kilómetros para intentar llegar hasta México y la frontera con Estados Unidos, donde esperan empezar una nueva vida. Sin embargo, el gobierno estadounidense ha implementado una política migratoria muy severa que separa a los niños migrantes de sus padres y permite las expulsiones inmediatas.

México: la guerra de los cárteles

México es uno de los países con mayor violencia urbana, es decir: actos violentos cometidos en las ciudades por delincuentes o criminales. Según la última clasificación del Consejo para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, las 8 ciudades más violentas del mundo se encuentran en México.

El año pasado se produjeron más de 33.000 asesinatos en México (más que en toda Europa), según cifras oficiales. La mayoría de estos crímenes están relacionados con los cárteles: bandas criminales que se dedican al narcotráfico, pero también a otros delitos como el robo, la extorsión y el secuestro.

Algunos de estos grupos figuran entre las organizaciones criminales más peligrosas del mundo. Para controlar el negocio de las drogas, los cárteles cometen secuestros, torturas y asesinatos para atemorizar a bandas rivales, pero también para disuadir a la policía y a las fuerzas de seguridad del estado.

México es la puerta de entrada de la droga a Estados Unidos. En 2007, el gobierno mexicano declaró la guerra contra el narcotráfico e inició varias operaciones militares para derrotar a los cárteles. Sin embargo, en los últimos 15 años, en torno a 350.000 personas han muerto y más de 70.000 han desaparecido (se cree que están muertos pero no se han encontrado los cuerpos). La corrupción del gobierno a todos los niveles hace todavía más difícil combatir el narcotráfico.

La violencia afecta especialmente a algunos colectivos como los periodistas y medios de comunicación. Los reporteros que investigan o publican temas incómodos para el gobierno o el crimen organizado sufren amenazas e intimidaciones, e incluso pueden ser asesinados. México es el país más peligroso para la libertad de prensa según la ONG Reporteros Sin Fronteras.

Por otro lado, en los últimos años también han empeorado las cifras de feminicidios (más de 3.400 mujeres fueron asesinadas en 2021) y de asesinatos de activistas medioambientales, que son perseguidos por defender la naturaleza.

La impunidad de estos crímenes, que pocas veces son investigados o juzgados, da pie a que sigan cometiéndose. 

Violencia en América Latina

El último Estudio Mundial sobre el Homicidio elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito confirma que la actividad delictiva causa muchas más muertes que las guerras: más de 11 millones entre 1990 y 2017. 

En ese sentido, la violencia armada es uno de los problemas más graves de América Latina. La población de esta región representa menos del 10% de la población mundial; sin embargo, allí se producen la mitad de los homicidios cometidos en todo el mundo, según datos de Naciones Unidas de 2018.

La desigualdad económica es uno de los factores que más influye en la aparición de la violencia. En los entornos pobres, el desempleo y la falta de acceso a una educación hacen que muchos jóvenes se vean atraídos por las bandas criminales como una forma fácil y rápida de ganar dinero y, en algunos casos, de ayudar a sus familias. 

Al mismo tiempo, las bandas aprovechan la ausencia de las autoridades en las zonas más desfavorecidas para establecer su propio gobierno al margen de la ley, coaccionando a la población para que colaboren con ellos. En estas áreas marginadas es donde se producen la mayoría de crímenes.

Además de Centroamérica, Venezuela y Brasil son dos de los países con mayor tasa de homicidios. Venezuela vive desde hace años una crisis económica y social que ha provocado una grave crisis migratoria: millones de venezolanos han abandonado el país hacia otras partes del continente. La violencia en Venezuela está relacionada con los robos, extorsiones y enfrentamientos entre bandas rivales.

Por otro lado, el gobierno de Brasil lucha desde hace años contra el narcotráfico en las favelas: los grupos criminales se instalan en estos barrios pobres, densamente poblados, donde vive la gente con menos recursos.

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