Xiomara Castro: la primera presidenta de Honduras

La candidata de izquierdas consigue la victoria y pone fin a 12 años de gobierno conservador en el país 

Honduras ha celebrado este fin de semana elecciones presidenciales, legislativas y municipales. Tras varios días de lento recuento, finalmente se ha confirmado la victoria de Xiomara Castro, candidata del Partido Libertad y Refundación (Libre), que se convertirá en la primera mujer que gobernará el país centroamericano.

El recuento de votos todavía no ha terminado, ya que el proceso está centralizado en las grandes ciudades y las actas de las zonas rurales deben trasladarse hasta allí. Sin embargo, el candidato del Partido Nacional de Honduras (PN) y principal oponente, Nasry Asfura, ya ha reconocido la victoria de Xiomara Castro, lo que la convierte en presidenta electa.

La candidata de Libre representa una ideología de izquierdas: es favorable a legalizar el aborto en Honduras (ahora está prohibido en todos los casos) y quiere promover reformas sociales y aprobar nuevas leyes contra la violencia de género, por ejemplo.

Durante la campaña ha utilizado la frase “Hasta la victoria siempre”, vinculada a la Revolución cubana que implantó un régimen comunista en la isla de Cuba. En ese sentido, aunque Honduras lleva años siendo un gobierno aliado de Estados Unidos, Castro ya ha anunciado que quiere acercarse y crear nuevas relaciones políticas y comerciales con China, que compite con el gobierno estadounidense por liderar el panorama internacional.

El triunfo de Libre también pone fin al mandato del Partido Nacional de Honduras (PN), formación de derechas que ha ocupado el poder desde 2009. Durante los últimos ocho años, el presidente hondureño ha sido Juan Orlando Hernández, cuyo gobierno se ha visto implicado en varios casos de corrupción.

A diferencia de otras convocatorias recientes como las elecciones de Nicaragua, los observadores internacionales han podido asistir al proceso electoral en Honduras y han valorado la transparencia en las votaciones, aunque también han denunciado la violencia política utilizada durante la campaña. La participación ha superado el 68%, un récord histórico en el país.

Giro político en Honduras

Castro es la esposa del expresidente hondureño Manuel Zelaya, que en 2009 fue depuesto por un golpe de estado. Fue detenido por un grupo de militares y se exilió en República Dominicana hasta 2011, cuando pudo regresar a Honduras. 

Tras el golpe de estado empezó un período de gobierno conservador liderado por el Partido Nacional. En los últimos años, el gobierno ha estado involucrado en varios casos de corrupción y vinculado al narcotráfico. En la actualidad, la violencia de las bandas armadas amenaza a la población y muchos hondureños se ven obligados a emigrar.

Como líder del PN, Juan Orlando Hernández gobernó entre 2013 y 2017. Aquel año intentó volver a presentarse a las elecciones saltándose la Constitución, que impone una restricción de un único mandato por presidente; consiguió que la Corte Suprema emitiera una polémica sentencia que le permitía concurrir de nuevo como candidato y ganó las elecciones en medio de acusaciones de fraude electoral.

La reelección de Hernández provocó fuertes protestas en la capital hondureña, Tegucigalpa, y en otras regiones del país. El gobierno respondió reprimiendo las manifestaciones con violencia y decenas de personas murieron. La Organización de Estados Americanos (OEA) recomendó la repetición de las elecciones, pero no se llevaron a cabo.

Como presidente saliente, Hernández deberá enfrentarse ahora a la justicia y a varias acusaciones de corrupción y tráfico de drogas. Su hermano ha sido condenado a cadena perpetua por narcotráfico en Estados Unidos y Hernández podría ser extraditado para ser juzgado allí.

Combatir la pobreza y la desigualdad

La historia de Honduras durante el siglo XX se ha caracterizado por la sucesión de golpes de Estado. En 22 años, el país sufrió cuatro golpes militares (1956, 1963, 1972 y 1978) y una dictadura militar que se extendió desde 1978 a 1980. En 1981 se celebraron las primeras elecciones democráticas. 

Casi 30 años después, en 2009, tuvo lugar un nuevo golpe de estado contra el entonces presidente Manuel Zelaya. Algunas instituciones del gobierno y órganos judiciales le acusaron de promover una reforma constitucional para mantenerse en el poder. Sin embargo, los partidarios de Zelaya denunciaron que el golpe había sido promovido por los partidos conservadores con el apoyo de Estados Unidos, ya que el Partido Liberal de Zelaya había impulsado políticas propias de los partidos de izquierda y eso no interesaba a las altas esferas políticas y económicas. 

Ahora, tras 12 años de gobierno del Partido Nacional, el país registra altos niveles de pobreza, desigualdad y violencia. Según datos del Banco Mundial, casi la mitad de la población (4,8 millones de personas) vive con menos de 5,50 dólares al día, la segunda tasa de pobreza más alta después de Haití. Esta situación obliga a muchos jóvenes a migrar irregularmente a Estados Unidos en busca de empleo. 

La violencia aumentó durante los meses más duros de la pandemia de covid-19, cuando la policía y el ejército hicieron un uso excesivo de la fuerza para implementar los toques de queda y confinamientos, además de reprimir las protestas surgidas por la cancelación de los programas de ayuda alimentaria del gobierno. 

Por otro lado, las consecuencias devastadoras de los dos últimos huracanes han afectado el acceso a agua y alimentos por parte de la población más vulnerable. Ambas situaciones están dificultando el crecimiento económico de Honduras. 

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