23 noviembre 2024
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23 noviembre 2024

El ébola vuelve a aparecer en África

Un nuevo caso pone en alerta a las autoridades sanitarias tres meses después de declarar controlado el último brote

El Ministerio de Sanidad de la República Democrática del Congo (RDC) ha informado sobre un nuevo caso de ébola en la ciudad de Butembo, al este del país. Se trata de una mujer casada con un hombre que había estado infectado de ébola pero logró curarse. Ella mostraba los síntomas de la enfermedad y falleció al cabo de pocos días.

Este caso ha puesto en alerta a la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que el ébola es una enfermedad muy contagiosa y tiene una tasa de mortalidad muy alta. El último brote (el 11º desde que se tienen registros) se extendió entre junio y noviembre de 2020 y afectó a 130 personas, 55 de las cuales murieron.

La OMS ha desplegado varios rastreadores, técnicos de laboratorio y equipos de vacunación por la zona para evitar más contagios. Hasta ahora han detectado más de 70 personas que estuvieron en contacto con la mujer fallecida.

Todavía es pronto para saber si este caso supondrá un nuevo brote de la enfermedad o bien si las autoridades sanitarias han reaccionado a tiempo para evitar que se expanda. Según la OMS, es habitual que haya casos aislados de ébola después de un brote masivo como el de 2020.

El décimo brote de ébola en RDC fue uno de los peores de la historia: se alargó casi dos años (entre agosto de 2018 y junio de 2020) y provocó la muerte de más de 2.000 personas.

Ébola y coronavirus: similitudes y diferencias

El virus del Ébola y el coronavirus son dos virus de origen animal que se transmitieron a los seres humanos por zoonosis, es decir, pasaron de un animal a las personas por contacto directo con los órganos, sangre, saliva u otros fluidos de animales infectados.

El ébola es una enfermedad muy infecciosa. Los primeros síntomas son similares a una gripe (fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza), pero después los órganos empiezan a fallar y se producen hemorragias internas.

La sintomatología es una de las principales diferencias entre el Ébola y el coronavirus, ya que una parte de los contagiados por Covid-19 son asintomáticos o bien confunden los síntomas con un resfriado convencional. En cambio, los síntomas del ébola son mucho más graves en todos los contagiados.

Por otro lado, el virus del Ébola se contagia por contacto directo con una persona infectada (a través de las mucosas o fluidos corporales), pero también por contacto indirecto con objetos o materiales que están contaminados con restos de estos fluidos.

En el caso del coronavirus, también es importante evitar el contacto directo con personas infectadas, pero además existe la posibilidad de contagiarse por el aire debido a la propagación de aerosoles que pueden transportar el virus.

Por último, la tasa de letalidad del ébola es mucho más grande: se calcula que la mitad de los infectados por ébola muere, aunque en algunos brotes puede afectar al 90%. En el caso de la Covid-19, la tasa de letalidad es del 2% (según los últimos datos de la Universidad Johns Hopkins).

Igual que con el coronavirus, existen varias vacunas contra el ébola con distintos grados de eficacia. El principal problema en el caso del ébola es la falta de infraestructura y los conflictos que afectan a muchos países africanos.

La desigualdad, el principal obstáculo

Entre 2014 y 2016 tuvo lugar el peor brote de ébola del que se tiene constancia. Los primeros casos se detectaron en diciembre de 2013 en Guinea. Al año siguiente, la OMS declaró la emergencia de salud pública de interés internacional (ESPII), se construyeron varios centros de tratamiento y se enviaron científicos a África para descubrir el origen del virus y desarrollar una vacuna eficaz.

Sin embargo, la OMS actuó demasiado tarde. El fin de la epidemia se declaró casi dos años después, dejando más de 11.000 muertos y casi 30.000 infectados.

La tasa de mortalidad del ébola es muy alta, pero la epidemia empeoró por la falta de recursos para prevenir y tratar la enfermedad en África. En cambio, en Europa hubo poco menos que un centenar de personas infectadas, que recibieron atención médica y tratamiento inmediatamente después de detectarse los primeros casos de contagio.

La diferencia a nivel de recursos entre los países occidentales y el continente africano volvió a reflejar la gran desigualdad que existe en el mundo. Uno de los motivos de este contraste se debe a la explotación y colonización que los países europeos llevaron a cabo en todo el continente africano durante los siglos XIX y XX.

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