Dos tiroteos masivos en menos de dos semanas reabren el debate sobre el control de las armas en el país
La regulación de las armas de fuego vuelve a centrar el debate en Estados Unidos. En diez días se han producido dos tiroteos masivos en diferentes partes del país que han provocado 31 muertos y han planteado numerosas preguntas entre la opinión pública: ¿Por qué suceden estos ataques? ¿Qué empuja a los atacantes a cometer estos crímenes? ¿Cómo pueden evitarse?
El 24 de mayo, Salvador Ramos, un joven de 18 años de Texas, entró en la Escuela Primaria Robb de la ciudad de Uvalde y empezó a disparar contra alumnos y docentes. Murieron 19 niños de entre 8 y 11 años, además de dos maestras y el propio tirador, que fue abatido por la policía.
Aquella misma mañana, Ramos había disparado a su abuela, quien sobrevivió y consiguió avisar a la policía. El joven había estudiado en la misma escuela donde cometió el ataque: antiguos compañeros lo describen como una persona introvertida que había sufrido acoso escolar por su aspecto y por el hecho de pertenecer a una familia con pocos recursos.
La semana anterior, Ramos había cumplido los 18 años y había comprado dos rifles semiautomáticos y munición. Pocos días antes del ataque, había colgado fotos suyas con las armas en redes sociales; también había mandado mensajes privados a sus contactos, contándoles que estaba planeando un ataque.
El 14 de mayo se produjo otra masacre en la ciudad de Buffalo, en el estado de Nueva York. Payton Gendron, un joven de 18 años, entró en un supermercado y empezó a disparar contra los clientes. Murieron 10 personas y hubo 3 heridos graves, mientras que Gendron fue detenido tras el ataque.
La policía cree que se trata de un crimen de odio racial, ya que el supermercado se encuentra en un barrio predominantemente negro, a más de 300 kilómetros del barrio residencial de clase blanca donde el atacante vivía con sus padres. De las 13 víctimas del tiroteo, 11 eran personas negras.
Además, de acuerdo con sus publicaciones en redes sociales, Gendron creía en la teoría del “gran reemplazo”: una teoría conspiratoria según la cual la población blanca de Estados Unidos está siendo sustituida por otras comunidades, como los latinos o los afroamericanos. Durante el asalto, se colocó una cámara en el casco para retransmitir el ataque en directo por Twitch.
Estados Unidos: el país más armado del mundo
En Estados Unidos, la ley federal (que se aplica en todo el país) establece que la edad legal para adquirir armas largas son los 18 años, mientras que para comprar armas de fuego cortas (como una pistola) hay que esperar a los 21. Sin embargo, cada estado puede establecer su propia normativa sobre el permiso de armas.
Texas es uno de los estados más conservadores de Estados Unidos, con políticas muy restrictivas sobre el derecho al aborto, por ejemplo. Sin embargo, es uno de los estados donde se ejerce menos control sobre la tenencia de armas, defendiendo el derecho constitucional de cualquier persona a tener un arma para defenderse.
El gobierno de Texas aprobó en 2021 una ley que permitía a los mayores de 21 años tener armas sin licencia. En ese sentido, las armerías no están obligadas a realizar un control previo sobre los antecedentes penales del comprador, que tampoco debe pasar ningún examen ni tiene ningún límite en la compra de armamento o munición.
La legislación sobre armas permitió que el sospechoso del tiroteo en Uvalde pudiera comprar un rifle de guerra justo después de cumplir 18 años. Pero no puede beber alcohol. ¿Crees que esto tiene sentido? Te explicamos cómo es la ley en Texas y California: https://t.co/QhM6RX9bc6
— CNN en Español (@CNNEE) May 26, 2022
Es difícil calcular el número de armas que hay en Estados Unidos debido a la falta de una legislación más restrictiva y al hecho de que la venta entre particulares (sin ningún registro) supone casi la mitad del comercio de armas. Las estadísticas indican que hay unos 400 millones de armas en manos de civiles, frente a los más de 330 millones de habitantes.
Esto convierte a Estados Unidos en el país con mayor densidad de armas por habitante y, como consecuencia, también es el país con una tasa más elevada de asesinatos causados por armas de fuego.
División social en torno a las armas
La cultura de las armas en Estados Unidos está promovida sobre todo por grupos conservadores y de extrema derecha, que priorizan la defensa del individuo a cualquier precio (de ahí su derecho a llevar armas sin ningún control por parte del Estado) antes que promover la seguridad pública (un servicio responsabilidad del gobierno y las autoridades policiales).
Uno de los principales defensores de las armas es la Asociación Nacional del Rifle (NRA), un lobby que presiona a políticos e instituciones para evitar una regulación más estricta. La NRA ha hecho grandes donaciones al Partido Republicano, por ejemplo, que tradicionalmente ha votado en contra de limitar el comercio y el uso de armas.
Sin embargo, el derecho a tener armas se contrapone a las graves cifras de atentados y tiroteos en el país. De acuerdo con Gun Violence Archive, se han registrado 214 tiroteos masivos tan solo en 2022 (tiroteos en los que al menos cuatro personas han resultado heridas por disparos). Y las estadísticas muestran que cada año hay más atentados y más víctimas.
Por otro lado, se han producido más de 900 tiroteos en escuelas en la última década. A parte de la matanza de Uvalde, entre los episodios más trágicos está el tiroteo de la escuela Sandy Hook en 2012, en el que murieron 20 niños y 6 adultos; o el ataque en el instituto Parkland de Florida en 2018, en el que 17 estudiantes fueron asesinados.
Cada vez más estadounidenses son partidarios de endurecer las leyes sobre la venta de armas: un 52% de la población considera que deberían ser más estrictas, según la última encuesta nacional realizada por Gallup a finales de 2021.
No obstante, las encuestas también muestran que el número de personas críticas con la legislación de armas ha disminuido en los últimos años. Esto se debe, en parte, al auge de las políticas de derechas, impulsadas sobre todo durante el gobierno de Donald Trump entre 2016 y 2020. Trump defendió las armas e incluso alentó el asalto al Capitolio que tuvo lugar poco después de que perdiera las elecciones.
Tras la masacre de Uvalde, el presidente Joe Biden ha pedido al Partido Republicano que colabore con el Partido Demócrata para endurecer las leyes y combatir la epidemia de armas en Estados Unidos. Los demócratas no tienen una mayoría sólida en el congreso para cambiar la ley, por eso necesitan el apoyo de la oposición. Falta ver si el cambio político también viene respaldado por un cambio social.
