Aitana Bonmatí hace historia y gana su tercer Balón de Oro
La jugadora del FC Barcelona consiguió el título por tercer año consecutivo, un logro que ninguna futbolista femenina había conseguido hasta ahora
Aitana Bonmatí ha hecho historia al ganar el Balón de Oro por tercer año consecutivo. Ninguna futbolista femenina había conseguido este galardón, considerado el más importante del fútbol, tres veces seguidas. Con este logro, la jugadora del FC Barcelona y la selección española femenina ha igualado a Leo Messi y Michel Platini.
El jurado, compuesto por 100 periodistas especializados, ha premiado la pasada temporada de la centrocampista. Con el Barça, Bonmatí consiguió el triplete nacional (Liga, Copa y Supercopa), y se quedó a las puertas de ganar la Champions. Con la selección, llegó hasta la final de la Eurocopa, competición que finalmente ganó Inglaterra.
Los tres balones de Bonmatí y los dos anteriores que consiguió su compañera Alexia Putellas suman cinco premios consecutivos ganados por una jugadora catalana y del club azulgrana. Esta edición, el FC Barcelona también celebra la victoria de Vicky López, que ha conquistado el premio Kopa a mejor jugadora joven.
Tras ganar el premio, Bonmatí subió al escenario y dio un discurso en castellano, catalán e inglés, en el que aprovechó para seguir reivindicando la igualdad en el fútbol. “Este es el primer año donde tenemos los mismos premios que el masculino y eso se agradece. La igualdad es algo que venimos demandando desde hace tiempo”, señaló.
Durante la ceremonia, el jurado también entregó el Balón de Oro masculino a Ousmane Dembélé, futbolista francés que juega de delantero en el Paris Saint-Germain, mientras que el Kopa a mejor jugador joven se lo llevó Lamine Yamal.
Referentes femeninos en el fútbol
Aitana Bonmatí empezó a jugar al fútbol en el patio del colegio y se apuntó al CD Ribes, el club de su pueblo, cuando solo tenía ocho años. En aquel momento, era la única niña que jugaba en el equipo. Sus entrenadores recuerdan que ya desde muy pequeña destacó en el campo por su personalidad y forma de jugar.
Sin embargo, muchos compañeros se burlaban de ella porque consideraban que el fútbol era un “deporte para niños”. Esa mentalidad estaba muy extendida en aquel momento, ya que apenas existían referentes femeninos en el fútbol que sirvieran de ejemplo para las niñas. Por ejemplo, los ídolos de Aitana eran jugadores como Andrés Iniesta y Leo Messi.
Con el paso de los años, el fútbol femenino ha ido creciendo en popularidad, visibilidad y reconocimiento. Hoy en día, existen mujeres futbolistas conocidas en todo el mundo por su forma de jugar a este deporte, como Aitana Bonmatí, Alexia Putellas, Mariona Caldentey, Alessia Russo o Chloe Kelly.
Esta visibilidad hace que niños y niñas crezcan viendo que el fútbol es para todos, sin importar el género. Además, ha provocado un aumento del interés de las niñas por este deporte. Por ejemplo, el club donde Bonmatí empezó a jugar ha pasado de tener 3 equipos femeninos a 14 en menos de cinco años, según ha contado su entrenador en una entrevista.
¿Por qué es importante que existan referentes femeninos como Aitana en el fútbol?
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Es cierto que el fútbol femenino está ganando cada vez más reconocimiento: las jugadoras consiguen llenar estadios, sus partidos se retransmiten por televisión, selecciones y clubes logran títulos importantes… Sin embargo, las futbolistas siguen sufriendo desigualdad con respecto a sus compañeros hombres.
Por ejemplo, la brecha salarial entre mujeres y hombres en el fútbol es de un 744%, según datos del Instituto de la Mujer. Mientras que ellos ganan de media 190.000 euros al año, ellas ganan 22.500 euros. Esta retribución hace que muchas futbolistas se vean obligadas a compatibilizar su carrera deportiva con otro trabajo.
Además, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) advierte que solo la Liga F (la liga de primera división) garantiza contratos a jornada completa para las jugadoras. La mayoría de futbolistas trabaja con contratos a tiempo parcial, muchas sin un registro oficial de horas trabajadas, lo que genera una situación de precariedad.
A la brecha salarial se suman otras diferencias, como la falta de mujeres en puestos de responsabilidad dentro de la industria del fútbol. Solo el 22% de los clubes tienen entrenadoras, según un informe de la FIFA que analizó la situación de 669 equipos del mundo.
