19 mayo 2024
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19 mayo 2024

Cuando ejercer el periodismo es un peligro

Reporteros Sin Fronteras publica su clasificación mundial de libertad de prensa 2024 y advierte que las presiones del poder político se están incrementando

La libertad de prensa en el mundo está amenazada por los mismos que deberían ser sus garantes: las autoridades políticas. Es la conclusión a la que ha llegado la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) en su clasificación mundial de libertad de prensa 2024, en la que advierte que las presiones del poder político en la profesión periodística se están incrementando en algunos países.

La libertad de prensa es un principio fundamental que garantiza el derecho de los ciudadanos y los medios de comunicación a informar y expresar opiniones sin interferencia ni censura por parte del gobierno u otras instituciones. Implica la libertad de buscar, recibir y difundir información e ideas a través de cualquier medio de comunicación.

Este concepto es fundamental para el funcionamiento de una sociedad democrática, ya que permite que los ciudadanos estén informados sobre asuntos de interés público. Sin embargo, Reporteros Sin Fronteras señala cada año cómo decenas de países del mundo no tienen una libertad de prensa ejemplar.

Un número creciente de gobiernos y autoridades políticas fallan en su papel de garantizar un marco ejemplar para el ejercicio del periodismo y para el derecho de la ciudadanía a una información fiable, independiente y plural, denuncia el informe de RSF.

En Vietnam, los periodistas que se expresan en las redes sociales son encarcelados casi sistemáticamente. En China, la mayor cárcel de periodistas del mundo según RSF, el gobierno sigue ejerciendo un control estricto sobre los canales de información, aplicando políticas de censura y vigilancia para regular los contenidos en Internet y limitar la difusión de informaciones consideradas sensibles o contrarias al Partido Comunista.

De Noruega a Gaza

Los países nórdicos repiten otro año más como los territorios con mayor libertad de prensa. Noruega se mantiene en primera posición, seguido de Dinamarca y Suecia. Todos los países donde la libertad de prensa goza de buena salud se concentran en la Unión Europea (UE), que ha adoptado la primera legislación sobre libertad de los medios de comunicación.

En el otro lado del ranking encontramos a Afganistán, donde los talibanes están reprimiendo el ejercicio libre del periodismo, Siria y Eritrea, donde hay un número récord de periodistas detenidos, desaparecidos o secuestrados.

La asociación Reporteros Sin Fronteras elabora una clasificación global de la libertad de prensa, pero también divide la puntuación según varios indicadores: político, económico, seguridad… El indicador de seguridad evalúa la capacidad de recabar y difundir información periodística sin riesgo de sufrir daños físicos o psicológicos, o perjuicios profesionales.

Este año, Gaza, ocupada y bajo las bombas israelíes, se ha convertido en una de las peores regiones del mundo en términos de seguridad para los periodistas. Desde el pasado 7 de octubre, más de 100 periodistas han sido asesinados por el Ejército israelí, de los cuales al menos 22 se encontraban en el ejercicio de su profesión. 

Las tropas israelíes siguen impidiendo el acceso de la prensa internacional a la Franja de Gaza. Mientras, los periodistas locales se ven sometidos a hostigamientos, desplazamientos continuos, falta de alimentos y cortes de luz. En estas condiciones, estos profesionales intentan que sus informaciones se den a conocer fuera de la región. 

Periodismo, el “cuarto poder”

Tradicionalmente, se ha dicho que el periodismo es el “cuarto poder” en una democracia, más allá del ejecutivo (el gobierno que ejecuta las leyes), el legislativo (el parlamento encargado de redactar las leyes) y el judicial (encargado de impartir justicia de manera independiente a los otros dos poderes).

En este contexto, el periodismo cumple una función de vigilancia del resto de poderes. Los periodistas deben poder explicar si alguno de los otros poderes ha actuado de forma indebida o ha cometido algún acto ilegal, para que la ciudadanía lo sepa y pueda actuar en consecuencia (manifestarse, votar, exigir responsabilidades…).

Uno de los ejemplos más claros de esta función del periodismo es el caso Watergate, cuando dos periodistas del diario Washington Post descubrieron el espionaje ilegal llevado a cabo por el gobierno de los Estados Unidos justo antes de las elecciones presidenciales de 1972. 

El periodismo es una profesión esencial porque proporciona información veraz, supervisa el poder y fomenta el debate. Por eso, proteger la libertad de prensa en las democracias es crucial. 

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