La policía italiana encuentra al jefe de la mafia más buscado del país, que estaba desaparecido desde hace 30 años
Las autoridades italianas han informado del arresto de Matteo Messina Denaro, jefe de la mafia siciliana, que había estado durante 30 años en busca y captura. Denaro era considerado el último gran líder de la Cosa Nostra, uno de los grupos criminales más peligrosos y conocidos del mundo, que apareció en la isla de Sicilia italiana hace más de un siglo.
La policía italiana, en colaboración con otros cuerpos policiales europeos como la Europol, había estado décadas investigando e interrogando a sospechosos y colaboradores para encontrarle. Finalmente ha sido localizado en una clínica privada en Palermo, la capital de Sicilia.
Denaro estaba condenado por decenas de atentados y homicidios cometidos por miembros de la mafia y ordenados por él. Entre sus víctimas están los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, que durante años persiguieron a la mafia siciliana e intentaron acabar con la actividad criminal en la isla. Ambos fueron asesinados en sendos atentados con explosivos durante el verano de 1992.
Después de varios atentados en diferentes ciudades de Italia, Denaro desapareció en 1993 y ha conseguido escapar de la policía hasta hoy. Está acusado de medio centenar de homicidios, entre ellos el de Giuseppe Di Matteo, un niño de 11 años. El padre de Di Matteo había colaborado con la justicia italiana y la mafia secuestró a su hijo para hacerle chantaje y obligarlo a retirar sus acusaciones.
La detención de Denaro no acabará con el crimen organizado, pero sí que tiene un gran significado para la sociedad italiana, sobre todo en el sur de Italia, donde se concentran los principales grupos criminales del país.
El origen de la mafia en Italia
La mafia italiana surgió en la región de Sicilia a finales del siglo XIX. Un estudio publicado en el Journal of Economic History relaciona su origen con la epidemia de escorbuto que afectó a varios países europeos durante el siglo XIX.
Esta enfermedad, provocada por la insuficiencia de vitamina C, mejoraba gracias al consumo de cítricos, que eran uno de los principales cultivos de Sicilia. Los agricultores sicilianos obtuvieron grandes beneficios y eso favoreció la aparición de grupos que extorsionaban a los comerciantes, ofreciéndoles su “protección” a cambio de dinero.
Desde entonces, la mafia se ha extendido a otras regiones de Italia y también a otros países, como Estados Unidos, donde los emigrantes italianos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX crearon su propia Cosa Nostra. Con el tiempo, la actividad criminal también se diversificó: el crimen organizado se dedicó sobre todo a la venta ilegal de alcohol (cuando estaba prohibido en Estados Unidos).
Hoy en día, la mafia italiana está involucrada en actividades ilícitas como el tráfico de drogas, que es su principal fuente de ingresos. También se la relaciona con la corrupción en las instituciones, donde chantajean a políticos que ocupan cargos públicos para obtener un trato de favor en la licitación de contratos y concursos públicos.
Después de los atentados de 1992 contra los jueces Falcone y Borsellino, la mafia siciliana empezó su declive. El gobierno italiano realizó detenciones masivas y estableció leyes antimafia más duras, como la protección a los mafiosos que accedían a colaborar con la policía o la confiscación de bienes y fortunas a los grandes capos de la mafia, lo que limitaba su capacidad de actuación.
Aun así, la mafia sigue presente en Italia con otros grupos criminales muy poderosos como la Ndrangheta de Calabria o la Camorra de Nápoles. Estas organizaciones se enriquecen a través de actividades ilícitas, como el narcotráfico de drogas o el comercio de artículos robados, pero también a través de la extorsión a negocios y comerciantes, que siguen pagando una cantidad simbólica por la “protección” de los mafiosos.
’Gomorra’: la realidad de la mafia napolitana
El periodista italiano Roberto Saviano escribió en 2006 Gomorra, un libro sobre la Camorra napolitana donde explica cómo el crimen organizado ha transformado la vida de Nápoles, su ciudad natal. Desde entonces está amenazado de muerte, vive en pisos francos y va a todas partes con escolta policial.
En su novela, Saviano mezcla el periodismo de investigación con hechos autobiográficos y un análisis social sobre cómo la mafia ha transformado la vida de la población. Destapa los diferentes clanes familiares de Nápoles y las actividades delictivas de la mafia, centralizadas en el puerto de mercancías: desde el comercio de productos robados o falsificados, hasta la eliminación de residuos químicos peligrosos, que en lugar de ser tratados se abandonan a la intemperie.
La Camorra se ha convertido en toda una organización empresarial que actúa con la complicidad de una parte de la clase política para extender sus negocios y enriquecerse todavía más. Y que no tiene reparos en recurrir a las amenazas, la violencia y el asesinato para conseguir sus objetivos.
Saviano también denuncia que sus líderes se han convertido en una especie de estrellas de cine, personajes que visten ropa de marca, conducen coches de lujo y construyen grandes mansiones. Esta imagen irreal arrastra a muchos jóvenes al mundo del crimen organizado, donde esperan hacerse ricos sin tener en cuenta los delitos que deberán cometer.