El 20 de julio se celebra el Día Mundial del Ajedrez, un juego de estrategia con siglos de antigüedad
A lo largo de la historia, los juegos de mesa y los deportes han ayudado a la población a entretenerse y evadirse de los problemas del día a día. Además de diversión, estas actividades lúdicas tienen una serie de beneficios, tanto físicos como mentales, para las personas que lo practican.
Entre estas actividades se encuentra el ajedrez, un juego de estrategia que enfrenta a dos jugadores. Alrededor del 70% de la población adulta ha jugado al ajedrez en algún momento de su vida y cerca de 605 millones de adultos en todo el mundo lo juegan regularmente en la actualidad, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El ajedrez es un juego en el que dos personas se enfrentan en un tablero cuadriculado de 64 casillas. Hay dos grupos de figuras, las blancas y las negras. Las piezas con las que participa cada jugador son un rey, una dama, dos alfiles, dos caballos, dos torres y ocho peones. El objetivo final del juego consiste en “derrocar al rey” del oponente.
Aunque no se sabe con certeza, se cree que el origen del ajedrez está en un juego muy antiguo llamado chaturanga, que se originó en la India alrededor del siglo III. Las técnicas y la estrategia del juego no se definieron hasta siglos más tarde, hacia el año 900. Al inicio de la Edad Media, el ajedrez ya se había popularizado por toda Europa.
¿Por qué un Día Mundial?
El ajedrez promueve valores como la equidad, la inclusión y el respeto mutuo. En este sentido, puede contribuir a crear un entorno de tolerancia y comprensión entre los jugadores, que en muchas ocasiones provienen de distintos lugares del mundo.
Tal como destaca la propia ONU, uno de los principales valores del ajedrez es que cualquier persona, en cualquier lugar, puede jugar. Es un juego que trasciende las barreras del idioma, la edad, el género, la capacidad física o la situación social. Así, se convierte en un importante recurso para fomentar el diálogo, la solidaridad y la cultura de la paz.
Estas aportaciones del ajedrez llevaron en 2019 a las Naciones Unidas a proclamar el 20 de julio como Día Mundial del Ajedrez. En concreto, esta fecha conmemora la fundación de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) en 1924 en París.
El ajedrez como deporte
Debido a su carácter competitivo, el Comité Olímpico Internacional (COI) considera al ajedrez como un deporte. Esta decisión ha sido muy criticada por algunos sectores de la sociedad, al considerar que este juego no implica un esfuerzo físico como el que requieren la mayoría de deportes.
Sin embargo, el ajedrez tiene una serie de características que llevaron al COI a considerarlo como deporte de manera oficial. Por un lado, se trata de un juego competitivo, cuyo objetivo final es ganar al oponente. Además, durante el tiempo que dura el juego, la competición se vive con mucha intensidad.
Para jugar una partida se requiere un alto nivel de concentración, ya que el mínimo fallo puede llevar al jugador a perder la partida. Esto implica un estado de alerta permanente y un gran desgaste tanto físico como psicológico para los jugadores que se enfrentan en duelo.
Tanto es así que este deporte tiene su propio campeonato mundial, organizado por la Federación Internacional de Ajedrez desde 1886. Desde el año 2014, el Campeonato Mundial se celebra cada dos años y en él se enfrentan los jugadores para decidir quién es el mejor ajedrecista del mundo.
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