La victoria de uno u otro candidato tiene efectos globales en cuestiones vinculadas al cambio climático, las relaciones internacionales o la economía
El próximo 5 de noviembre, 244 millones de estadounidenses están llamados a las urnas. La decisión que tomen no solo tendrá repercusión en la política interna estadounidense, sino que de algún modo u otro el resultado que salga nos interpelará directamente. Estados Unidos ha sido la primera potencia mundial desde 1945, al terminar la Segunda Guerra Mundial, hasta la actualidad, aunque algunos expertos ya empiezan a poner en duda su liderazgo global.
Se trata del país más rico del mundo, según datos del Foro Económico Mundial, con un PIB (Producto Interior Bruto) de más de 27.000 millones de dólares, en un roce con China que podría desbancarle a finales de año, según analiza el diario El País. Además, es la potencia del mundo con más armas nucleares después de Rusia y una pieza fundamental en las alianzas geopolíticas globales. Por todo ello, los mandatarios de todo el mundo tendrán el ojo puesto en el resultado de estos comicios que repercutirán de forma directa en el comercio internacional, la economía, las políticas sobre el cambio climático, la inmigración o la regulación tecnológica globales.
¿De qué forma nos afecta que gane Trump o Harris?
Las elecciones en EEUU llegan en un momento marcado por dos guerras activas en Europa, entre Ucrania y Rusia, y entre palestinos e israelíes, en Oriente Próximo. Si Kamala Harris es presidenta, los expertos apuntan a que la política transatlántica podría mantenerse estable.
La vicepresidenta expresó que mantendrá su apoyo a Ucrania y se mostró favorable a impulsar una solución entre palestinos e israelíes y de acabar con la guerra en Gaza, aunque no es partidaria de un embargo de armas a Israel, según la BBC.
Si gana Trump, su carácter imprevisible hace que sea difícil determinar los giros que realizará en política exterior. El candidato ha amenazado con salir de la OTAN, una alianza de países europeos y estadounidenses que les permite cooperar en defensa y seguridad, además de poder colaborar juntos en la gestión de crisis. El hecho de no comprometerse con la organización, haría tambalear las relaciones con Europa y la gestión de los conflictos latentes en el continente.
Economía y cambio climático
Los planteamientos económicos de uno y otro candidato son también muy divergentes. Kamala Harris es partidaria de rebajar los impuestos en las clases medias, impulsar la vivienda y ayudar a las pequeñas empresas. Por el contrario, Donald Trump pretende ayudar fiscalmente a los más ricos, insiste en que las personas migrantes quitan el trabajo a los estadounidenses y está determinado en su particular cruzada arancelaria.
Trump quiere aplicar un 20% de impuestos en todos los productos importados en Estados Unidos. Esto perjudicaría gravemente las relaciones comerciales entre el gigante americano y la Unión Europea, consideradas las más valiosas del mundo. Los expertos apuntan ya que esta política haría decrecer la economía de la eurozona hasta el 1,5% en 2028.
Las decisiones que se lleven a cabo vinculadas al cambio climático también tendrán afectaciones en todo el mundo. Es un tema que preocupa a los estadounidenses y que podría llegar a ser decisivo en la victoria de uno u otro candidato si se mantiene la tendencia de las elecciones de 2016 y 2020 según Euronoticias.
Mientras durante su mandato, Joe Biden ha firmado tres leyes importantes para hacer frente al cambio climático, ha fomentado las subvenciones a las energías renovables y ha restablecido más de un centenar de normativas destinadas a proteger el agua, el aire, la tierra y la fauna. Trump, mientras, mantiene su negativismo sobre la repercusión del hombre en el calentamiento global.
En 2017, el candidato republicano retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París, un tratado internacional que compromete a los países firmantes a limitar sus emisiones de gases de efecto invernadero y a mantener a raya el incremento mundial de temperaturas. Según datos publicados por National Geographic, Estados Unidos emite más de 5.000 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono al año desde 1990, siendo el segundo país después de China que más gases de efecto invernadero emite a la atmósfera.
Durante la campaña electoral, Donald Trump se ha comprometido a eliminar las subvenciones a los vehículos eléctricos y las energías renovables, además de incrementar la producción de combustibles fósiles y hacer retroceder la normativa medioambiental.
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