El hambre golpea a los niños de Gaza ante el bloqueo israelí
La población de Gaza sufre una grave crisis alimentaria y un alarmante aumento de la desnutrición infantil tras dos meses sin ayuda humanitaria
El bloqueo israelí a la Franja de Gaza ha desencadenado una catástrofe humanitaria sin precedentes. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advierte que Gaza enfrenta una escasez total de alimentos, agua potable, medicinas y combustible por culpa del bloqueo a la entrada de ayuda humanitaria que Israel impuso hace ya 60 días.
Desde que el gobierno de Benjamín Netanyahu cerró todos los pasos fronterizos a principios de marzo, ningún tipo de ayuda ha podido entrar en la región. Philippe Lazzarini, comisionado de UNRWA (Agencia de la ONU para la población refugiada de Palestina), ha acusado a Israel de utilizar la ayuda humanitaria como arma de guerra.
El objetivo del ejército israelí es presionar a Hamás, el grupo armado que lidera Gaza, para que libere a los rehenes que tiene retenidos desde que comenzó el conflicto entre ambos territorios. Sin embargo, con este bloqueo se está imponiendo una especie de castigo colectivo que están sufriendo más de 2,1 millones de gazatíes.
La ONU alerta que los alimentos se han agotado y que la gente se pelea por el agua en medio de los bombardeos que no cesan. Además, la falta de comida está provocando un aumento de la desnutrición aguda entre los niños de la Franja. Desde principios de año, más de 9.000 menores han sido ingresados o tratados por este problema, según UNICEF.

¿Qué futuro espera a los infantes de Gaza ante la crisis alimentaria?
¿Qué está pasando en Gaza?
El conflicto entre Israel y Hamás comenzó el 7 de octubre de 2023. En todo este tiempo, se han realizado varios intentos de alto el fuego, que es un acuerdo al que llegan las partes de un conflicto armado para suspender las acciones militares y facilitar las negociaciones de paz.
El último tuvo lugar en enero de 2025, cuando Israel y Hamás acordaron un alto el fuego de seis semanas que incluía la liberación de decenas de rehenes y la entrada de ayuda humanitaria a Gaza. Sin embargo, solo dos meses después, Israel rompió el acuerdo, intensificando los bombardeos.
En aquel momento, el embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, afirmó que su país no mostraría piedad hacia sus enemigos y que no pararía hasta que todos los rehenes estuvieran de vuelta en casa. Bloquear la entrada de ayuda humanitaria se ha convertido en una estrategia más dentro del conflicto para presionar a Hamás.
Sin embargo, los principales perjudicados son los miles de ciudadanos de Gaza, que están viviendo una situación límite marcada por el hambre, la falta de agua potable y el colapso del sistema sanitario. La mayoría son civiles que no participan en el conflicto, pero que están sufriendo sus consecuencias de forma directa.
Las últimas cifras del Ministerio de Sanidad palestino, en manos de Hamás, estiman que el conflicto ha dejado 52.495 gazatíes muertos, entre ellos mujeres y niños, y más de 118.366 heridos.
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UNICEF señala que los niños y niñas de Gaza son unas de las mayores víctimas de este conflicto. Según sus datos, más de 15.000 niños palestinos han sido asesinados, casi dos millones están en situación de inseguridad alimentaria severa y 345.000 en una fase catastrófica.
Hablamos de niños que deberían estar yendo al colegio a aprender, jugando con sus amigos y viviendo con sus familias. Sin embargo, lo que están viviendo es muy diferente: muchos han perdido a sus padres, sus casas han sido bombardeadas y ni siquiera tienen acceso a agua y comida con la que poder sobrevivir.
La ONU alerta que los niños de Gaza están siendo privados de su infancia por culpa de la guerra con Israel. En lugar de crecer en un entorno seguro, están siendo obligados a sobrevivir en medio del hambre, el miedo y la violencia, algo que no tendría que experimentar ningún niño del mundo.
Las organizaciones humanitarias recuerdan que esta situación tendrá consecuencias a largo plazo en el desarrollo físico, mental y emocional de toda una generación de jóvenes gazatíes.