8 mayo 2024
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8 mayo 2024

La sexualización de las mujeres en la pantalla

El cuerpo femenino se convierte en un objeto y un reclamo para satisfacer las expectativas masculinas

La RAE define el verbo sexualizar como “conferir carácter o significado sexual a algo”. De este término deriva el sustantivo sexualización, que consiste en valorar a una persona (sobre todo a una mujer) por su atractivo físico y en acentuar su valor sexual por encima de cualquier otra cualidad que pueda tener. 

Esta práctica, que cada vez se produce en edades más tempranas, viene reforzada por la publicidad, las redes sociales, la televisión, los videojuegos y las películas. El cuerpo de las mujeres se convierte en un reclamo y en una herramienta para vender, resaltando aquellos atributos y características que se conciben como sexuales: pechos, caderas, culo…

La mirada masculina y femenina en el cine

Para entender el porqué de la sexualización en la gran pantalla, primero debemos entender qué es la male gaze o mirada masculina. La teórica del cine Laura Mulvey creó este concepto en 1975 para describir la perspectiva heteropatriarcal de productores y directores que, durante mucho tiempo, han presentado la figura de la mujer como un objeto sexual sin profundidad, simplemente para complacer a los espectadores masculinos. 

Desde esta óptica, el personaje femenino se convierte en un sujeto pasivo dentro de la historia, no desarrolla una personalidad compleja y se limita a ser un complemento del héroe. Este enfoque perpetúa los roles de género y genera expectativas equivocadas sobre hombres y mujeres: ellos son fuertes, varoniles e inteligentes, mientras que ellas son poco más que guapas y sensuales. 

Esta mirada se manifiesta en muchos detalles: las mujeres llevan poca ropa o muy ajustada, presentan poses y comportamientos provocativos, planos a cámara lenta de su cuerpo… Personajes como la Viuda Negra (Scarlett Johansson) en Iron Man 2 (2010) y en Los Vengadores (2012), Harley Quinn (Margot Robbie) en Suicide Squad (2016) o Mikaela Banes (Meghan Fox) en Transformers (2007) son ejemplos muy claros de male gaze.

En cambio, la female gaze o mirada femenina representa a la mujer como un sujeto independiente y con capacidad de actuación, lejos de ser un simple objeto. Además, también presenta la figura del hombre de forma menos dominante y más humana, alejada de los estereotipos con los que se representa habitualmente (fuerte, sin mostrar emociones). Los planos, guiones y vestuario ya no buscan satisfacer al consumidor masculino ni ilustrar sus deseos sexuales.

Sexualización infantil

La publicidad, la moda y los concursos de belleza han llevado esta práctica un paso más allá para sexualizar a menores de edad: es lo que se conoce como sexualización infantil, que afecta sobre todo a niñas y chicas adolescentes. 

Durante las primeras etapas de la vida, los niños y las niñas empiezan a construir su identidad personal. En esta época son más influenciables y vulnerables a los factores externos e, inevitablemente, están condicionados por los valores de la sociedad. Reproducirán lo que vean en películas, en la televisión o en redes sociales, por eso es fundamental cambiar la mirada de estos contenidos. 

La sexualización es fácil de detectar en anuncios publicitarios donde las niñas aparecen vestidas con prendas inadecuadas para su edad (tacones, sujetadores…), pero también se manifiesta en entornos familiares cuando se les pregunta por novios o se les anima a maquillarse o depilarse para verse más guapas.

La sexualización no debe confundirse con la sexualidad. La sexualización afecta negativamente a la percepción del propio cuerpo y es promovida por factores externos. En cambio, la sexualidad se basa en el conocimiento del cuerpo y sus cambios y forma parte del desarrollo natural infantil.

¿Sexualización o empoderamiento femenino?

Con la aparición de internet y el auge de plataformas como YouTube, Instagram, TikTok o Twitch ha surgido un gran debate en torno a la sexualización. Hoy en día, muchas usuarias de redes sociales publican fotos o vídeos sugerentes, con poca ropa, mostrando su cuerpo… con el objetivo de captar la atención y los comentarios de los usuarios.

El debate se centra en torno a los motivos que empujan a las chicas y mujeres a publicar este tipo de contenidos. ¿Están condicionadas por su entorno (pareja, amigos, grupo social), que valoran una imagen sexualizada de la mujer? O bien ¿es una forma de empoderamiento femenino basado en la libertad sexual, una forma de reivindicar que las mujeres pueden hacer lo que quieran con su cuerpo?

Aun así, la realidad es que las mujeres que publican este tipo de imágenes están mucho más cuestionadas y juzgadas por la sociedad, pueden ser víctimas de ciberacoso y slut-shaming. En ese sentido, la fina línea que separa el empoderamiento y la sexualización pone de manifiesto la necesidad de introducir materias como la igualdad de género o la ciberviolencia en los centros educativos.

Trabaja este tema A FONDO en el aula

Este artículo forma parte de una secuencia didáctica con actividades y tutorización periodística.

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