Lamine Yamal renueva con el Barça con un contrato millonario
El futbolista de 17 años estará vinculado al club hasta 2031 con un sueldo de 15 millones de euros, que podría subir hasta los 20 millones con las bonificaciones
Lamine Yamal ha firmado su renovación con el Fútbol Club Barcelona hasta el 30 de junio de 2031. El contrato mejora sus condiciones económicas sustancialmente y pasará a ser uno de los futbolistas mejor pagados de la plantilla junto a Robert Lewandowski y Frenkie de Jong.
El delantero cobrará 15 millones de euros al año, una cifra que podría aumentar hasta los 20 millones con las bonificaciones. Los bonus son pagos adicionales que reciben los jugadores si cumplen con ciertos objetivos de rendimiento: marcar cierto número de goles, que el equipo gane competiciones, conseguir algún título importante como el Balón de Oro…
A sus 17 años, Yamal es considerado uno de los mejores jugadores del mundo. El extremo derecho del Barça ha jugado 55 partidos en los que ha marcado 19 goles y ha dado 25 asistencias. Hoy en día es una de las figuras clave dentro del club azulgrana, que esta temporada ha ganado la Supercopa de España, la Copa del Rey y la Liga.
El éxito de Lamine ha hecho que muchos lo comparen con Leo Messi. Ambos fueron formados en La Masía (la cantera del Barça), debutaron con el primer equipo del club siendo adolescentes, y destacaron por su capacidad para marcar goles. Durante su última etapa en el F.C. Barcelona, Messi también llegó a ser uno de los jugadores mejor pagados.

¿Qué supone para el Barça cerrar un contrato millonario con un jugador tan joven?
¿Por qué los futbolistas cobran tanto dinero?
El fútbol profesional no solo es un deporte, sino también una industria que mueve mucho dinero. En la temporada 2021-2022, el fútbol en España generó 18.350 millones de euros y unos 200.000 puestos de trabajo, según el último informe elaborado por la empresa KPMG y presentado por La Liga.
El fútbol consigue este dinero a través de una variedad de canales: las apuestas deportivas de los aficionados, los derechos para emitir los partidos en televisión, la venta de entradas para ir al estadio, el merchandising (camisetas, sudaderas, tazas…) y los patrocinios (el pago que hacen las empresas a los equipos para que su nombre o logo aparezca en camisetas, estadios, redes sociales del club…).
En todo esto, los futbolistas juegan un papel clave, porque son los protagonistas que hacen que millones de personas estén interesados en este deporte y decidan gastar su dinero en él. Cuanto más buenos y más famosos sean los jugadores, más interés tendrán los fans y, por tanto, más dinero generarán los clubes.
Los futbolistas que juegan en los equipos más grandes del mundo (F.C. Barcelona, Real Madrid, Manchester City, PSG…) suelen ganar varios millones de euros al año. Sin embargo, existen diferencias notables entre los jugadores hombres y las jugadoras mujeres que se dedican al fútbol profesional.
Por ejemplo, en España, Aitana Bonmatí cobra alrededor de un millón de euros, mientras que Alexia Putellas gana unos 700.000 euros al año. Aunque ambas son dos de las mejores futbolistas femeninas del mundo, todavía enfrentan la brecha salarial en comparación con sus compañeros masculinos.
¿De qué manera te afecta esta noticia?
El contrato que ha firmado Lamine Yamal ha vuelto a poner el debate de los sueldos millonarios de los futbolistas sobre la mesa. Por un lado, encontramos a algunas personas que consideran que estos salarios tan altos están justificados porque los futbolistas generan muchos beneficios a los clubes deportivos.
Por otro lado, están las personas que creen que estas cifras millonarias son desproporcionadas y generan desigualdad social. Aunque los futbolistas son profesionales y merecen un reconocimiento, consideran que estos salarios son excesivos si se compara con el dinero que ganan otros trabajadores esenciales como profesores, médicos o bomberos.
Aunque no nos guste el fútbol, tenemos que tener en cuenta que este deporte es uno de los negocios más poderosos del mundo. Está presente en el entretenimiento y la cultura, pero también en la economía y el empleo de la mayoría de países del mundo.