23 noviembre 2024
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23 noviembre 2024

Los elementos básicos de la fotografía

Para interpretar el contenido de una imagen es necesario tener en cuenta aquello que la define como la luz, el color, la composición y el sujeto 

La fotografía es el lenguaje que utiliza la imagen como un medio de expresión. Pero, ¿cómo se obtiene esta imagen? Para introducirse en el mundo de este arte visual es necesario conocer los elementos básicos que permitirán definir e interpretar una imagen fija. 

La palabra fotografía proviene del griego y está formada por photo- que se refiere a la luz y -graphia que significa escribir o grabar. De este modo, en su sentido más genuino, el término fotografía se refiere a grabar o escribir a partir de la luz

Y es precisamente la luz el primer elemento a tener en cuenta a la hora de realizar una fotografía. Es fundamental en el proceso de creación, dota a la escena de una atmósfera particular y refuerza la emoción de la imagen.

Calidad y efectos de la luz

Cuando estamos realizando una fotografía, hay que tener en cuenta la calidad de la luz, es decir conceptos como el de la luz dura y la luz suave. Deben tenerse en cuenta factores como la fuente de donde proviene y la distancia que hay entre el foco de luz y el objeto a fotografiar. 

La luz dura está expuesta directamente al objetivo. Suele ser natural y se produce cuando hay mucho sol. Esto provoca sombras muy definidas en el objeto que decide fotografiarse. Con la luz dura se pueden conseguir imágenes más agresivas, con fuerza y generar un efecto dramático gracias al uso de las sombras definidas. Además, permite conseguir un gran nivel de detalle y textura

La luz suave, en cambio, apenas provoca sombras y procede de un foco de poca intensidad. Las sombras que genera están más difuminadas y ofrecen un nivel de detalle y textura menor. Puede utilizarse un tipo de luz u otra dependiendo de la intención que se busque al hacer la fotografía, o tratar de hacer una combinación de ambas.

El origen de la luz, es decir, el lugar de donde procede, provocará diferentes efectos sobre el objeto o la persona fotografiados. Si la luz proviene justo de frente del sujeto, se trata de una luz frontal que ofrecerá un aspecto natural. Si la posición es lateral, le dará un mayor volumen, gracias a los contrastes entre luces y sombras.

Cuando la luz proviene de detrás, de la parte posterior, provoca un efecto de contraluz. La consecuencia es que el sujeto fotografiado se ve muy oscuro. Y, por último, cuando la luz está por encima y provoca un efecto misterioso en la imagen, es la posición cenital

¿Color o blanco y negro?

El uso del color en una fotografía puede transformar el aspecto de una imagen e incluso captar la atención de aquel que la observa. Es el elemento visual que puede afectar a nuestras emociones. Dar sensación de profundidad o modificar la atmósfera en una escena son algunos de los resultados estéticos que puede provocar el uso del color.

La psicología del color es el estudio de cómo este puede afectar al comportamiento. Dentro del círculo cromático, hay dos gamas de colores: los cálidos (amarillo, naranja, rojo) son los que expresan alegría, pasión o entusiasmo; los fríos (verde, azul, violeta) pueden expresar calma y tranquilidad. 

El color tiene sus propiedades como pueden ser el tono, la saturación (la intensidad utilizada) y el brillo (aquello que determina si es claro u oscuro). 

Antes del uso del color, las fotografías solo podían realizarse en blanco y negro. Esta técnica se sigue usando cuando el fotógrafo quiere centrarse en el sujeto o el objeto retratado. Técnicamente, se basa en tonalidades que van del blanco al negro, pasando por los grises, y se caracteriza por la ausencia de colorido.

Tradicionalmente, se ha identificado el uso del color en la fotografía con la Publicidad, mientras que para la fotografía artística se utilizaba el blanco y negro porque subraya la esencia de la foto: la luz y la forma. Aunque ya hace varias décadas que esta distinción se superó. Y, como prueba, encontramos a fotógrafos como William Eggleston, un maestro de la foto en color. 

La colocación de los protagonistas 

El sujeto es el objeto, animal o persona que se decide fotografiar. Es el protagonista de la imagen. En torno al sujeto se ordenarán los demás elementos de la imagen y la cercanía o la lejanía respecto al protagonista provocará una visión distinta al espectador. 

El modo en que se sitúen los diferentes elementos quedarán reflejados en el encuadre, que determinará quién o qué es el protagonista de la fotografía. Un encuadre amplio mostrará, por ejemplo, el lugar donde se desarrolla la acción; un encuadre de detalle conseguirá que el espectador se fije en un elemento concreto, en el sujeto protagonista. 

Todo ello quedará ordenado a través de la composición, uno de los elementos más destacados de la fotografía. Se trata de la forma en la que se colocan los sujetos dentro del encuadre, es el modo con el que el fotógrafo explica el contenido de la imagen. Sin una buena composición, el resultado final de la fotografía muestra una escena descompensada

En la colocación de los protagonistas de una fotografía también se tendrá en cuenta el fondo. Es el espacio visual que acompaña al sujeto principal. Puede estar enfocado o desenfocado y realzar así el elemento fotografiado. La elección de un fondo adecuado puede fortalecer o debilitar una imagen, así como su mensaje.

El punto de vista

Se trata del lugar donde el fotógrafo se sitúa para capturar la imagen. Hay distintos puntos de vista y, dependiendo del que se utilice, provoca sensaciones distintas en el espectador.

La descripción de la escena de manera natural se percibe a través del punto de vista normal. El picado provoca que el sujeto retratado sea parezca más pequeño ya que la fotografía se toma desde arriba. En el caso contrario, cuando se realiza desde abajo, recibe el nombre de contrapicado y provoca que el objeto fotografiado parezca más grande de lo que es. 

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