28 marzo 2024
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28 marzo 2024

Los tornados arrasan Kentucky

Los vientos huracanados han destruido viviendas y edificios y han provocado un centenar de muertes en el este de Estados Unidos

Una treintena de tornados han devastado varios municipios en el estado de Kentucky, al este de Estados Unidos, y ha provocado casi un centenar de muertos, aunque se teme que puedan ser más. Las autoridades consideran que es el peor episodio de tornados en la historia de esta región.

La noche del viernes 10 de diciembre, una serie de tornados se desplazaron a través del territorio de Kentucky arrasando con todo lo que encontraban a su paso: casas, edificios, naves industriales… Miles de personas han perdido su hogar.

En Mayfield, un municipio de unos 10.000 habitantes, el tornado destruyó casi todos los edificios, incluido el ayuntamiento. Uno de los lugares más afectados fue una fábrica de velas: había más de 100 personas dentro cuando el tornado impactó contra el edificio, el viento dobló las paredes y la estructura de la nave y arrastró la maquinaria pesada. Los equipos de rescate siguen buscando supervivientes bajo los escombros

Los fuertes vientos también han desplazado coches y camiones, e incluso provocaron el descarrilamiento de un tren. Más al norte, en el estado de Illinois, los tornados arrancaron el techo y las paredes de un centro de almacenamiento de Amazon.

El gobernador de Kentucky ha declarado el estado de emergencia, lo que permite a las autoridades restringir algunos derechos y libertades para garantizar la seguridad de la población. Por ejemplo, pueden prohibir la circulación o suspender las clases. También sirve para establecer qué personas podrán optar a indemnizaciones por los daños sufridos.

Este episodio de tornados ha afectado varios pueblos y ciudades en cinco estados: Kentucky, Illinois, Missouri, Arkansas y Tennessee. El medio oeste de Estados Unidos es una zona habitual de tornados, ya que las grandes masas de aire caliente del Golfo de México chocan con el aire frío procedente del norte.

Fenómeno extremo

Los tornados son torbellinos de aire que se forman en unas condiciones climáticas muy concretas, cuando hay varias capas de aire a diferentes temperaturas y humedad. Su forma es parecida a la de un embudo que conecta una nube de tormenta con el suelo.

La mayoría de tornados son muy cortos, miden menos de 100 metros de ancho y recorren poco menos de un kilómetro antes de desvanecerse. Sin embargo, los más extremos pueden crecer y alargarse en el tiempo y la distancia. 

Según la Escala Fujita, que mide la intensidad de los tornados en función de los daños, los más destructivos pueden superar los 400 kilómetros por hora y medir uno o dos kilómetros de ancho. Los tornados más grandes, como el que ha arrasado Kentucky, pueden destruir edificios, arrancar árboles de raíz y lanzar objetos grandes como vehículos por los aires como si fueran misiles.

A diferencia de los huracanes, que son tormentas tropicales de grandes dimensiones, es muy difícil predecir la aparición de tornados y saber cómo evolucionarán. Los científicos pueden identificar algunas zonas y regiones donde estos fenómenos meteorológicos son más habituales, pero no pueden saber cuándo y dónde se formarán.

Por eso el Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos tiene en marcha varias campañas para informar a la población sobre cómo deben prepararse para la llegada de un tornado y cómo deben actuar durante y después.

Tornados más frecuentes y violentos

Según los registros, el tornado más devastador de la historia de Estados Unidos tuvo lugar el 18 de marzo de 1925: recorrió 352 kilómetros en poco menos de 4 horas y causó 695 muertes en tres estados. El tornado de Kentucky ha recorrido 365 kilómetros en cinco estados, aunque ha provocado muchas menos víctimas gracias a los sistemas de emergencia y prevención.

Los tornados en Estados Unidos suelen producirse durante los meses de primavera y verano. En ese sentido, los meteorólogos señalan que es muy raro que esta ola de tornados se haya producido en diciembre, a punto de empezar el invierno, porque los remolinos de viento necesitan también aire cálido y húmedo.

En septiembre, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) presentaron un informe en el que anunciaban que las catástrofes relacionadas con el clima se han multiplicado por cinco en los últimos 50 años.

El aumento de catástrofes naturales es una de las consecuencias del cambio climático. No es que provoque directamente las catástrofes, pero sí que hace que sean más frecuentes y sus efectos, más devastadores.

El cambio climático se caracteriza por un aumento de las temperaturas en todo el planeta. Esta situación calienta los mares y océanos: el aumento de vapor de agua en la atmósfera hace que las lluvias e inundaciones sean mucho más caudalosas, mientras que el calentamiento de los océanos ha provocado que las tormentas tropicales sean más intensas. 

El resultado son más fenómenos climáticos extremos con efectos destructivos, mientras que las regiones y países en desarrollo, como África o el Sureste Asiático, son las más afectadas debido a la falta de recursos para prevención y a la dependencia de la población de la agricultura y los recursos naturales.

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