30 abril 2024
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30 abril 2024

Raimon Quera: “En la época franquista importamos y vendíamos libros prohibidos a escondidas”

Lluc Quera

Raimon Quera es el propietario de L’Espai Quera, la librería más antigua de Barcelona. Cuenta con 107 años de vida y ha superado varias guerras, una dictadura, la pandemia y muchas vicisitudes pero sus propietarios siguen luchando y adaptándose para mantener vivo este sueño al que dio vida su bisabuelo, Josep Quera i Córdoba en 1916.

¿De dónde surge la idea de crear una librería?

La librería la inició mi bisabuelo, Josep Quera i Córdoba, el dos de febrero de 1916, hace ahora 107 años. El dirigía dos revistas de teatro y necesitaba un local donde venderlas y vivir.

¿Cómo describiría su librería?

Diría que es un negocio tradicionalmente familiar que conserva toda su esencia.

¿A qué tipo de público se dirigen? ¿Podemos decir que es una librería especializada?

Hoy por hoy, la librería que se inició como librería de teatro, es una librería de montañismo y restaurante. Se dirige a aficionados a la montaña y a todo aquel que quiera comer en un entorno auténtico y tradicional. La librería acabó especializándose en montañismo por la afición de mi abuelo. Y desde entonces es una librería especializada en montañismo, la primera del estado.

¿Qué motivó a su bisabuelo a emprender un negocio como este?

Mi bisabuelo lo inició para vender sus propias ediciones, mi abuelo para concentrar toda la información necesaria para disfrutar de la montaña y la naturaleza. Mi madre siguió los pasos de su padre y yo hice lo mismo hasta que ya no podía vivir con solo vender mapas y guías y pensé en la forma de sobrevivir e ideé la librería-restaurante.

¿Cómo ha sido la evolución de la librería a lo largo de la historia?

Podría decir que la evolución de la librería ha sido acorde con la evolución cultural de la sociedad.

¿Cómo se vivió el negocio en la época franquista? ¿Sufrieron la censura y la represión franquista?

Somos una familia claramente catalana y esto ha creado en distintas épocas una dificultad para conservar y mantener nuestro origen. En la época franquista importamos y vendíamos libros prohibidos como manuales de “Escoltisme” (Boy Scouts) a escondidas. En esa época,los jóvenes tenían que ser de las juventudes de Franco o eran perseguidos.

¿Qué cambios habéis visto a lo largo de la existencia de vuestro negocio?

Muchos cambios en todos los aspectos. Pensad que cuando entraron a vivir mis bisabuelos en esa tienda, aún no había ni alcantarillas en la finca.

¿Ha cambiado mucho la ciudad (y el barrio) desde que la Libreria antes y el Espai Quera ahora abriera sus puertas?

Ha cambiado tanto como el negocio. Antes la sociedad buscaba la información en los libros y ahora en Google. Por eso hemos abierto el restaurante porque a pesar de los cambios, por ahora, la sociedad sigue alimentándose.

¿Cuáles han sido los cambios o adaptaciones más grandes a las que os habéis tenido que enfrentar?

Sin lugar a dudas, el cambio más radical ha sido abrir un restaurante en la librería.

¿Cómo vivisteis la pandemia?

Cuando empezó el cierre por la pandemia, el restaurante solo llevaba cuatro meses abierto. Por suerte yo ya había traspasado el negocio y lo viví con cierta tranquilidad ya que el peso económico del cierre lo padeció un empresario con un gran capital.

¿Y este Sant Jordi?

Después de la pandemia y el anterior Sant Jordi pasado por agua, había muchas ganas de celebrar un Sant Jordi “normal”. Y así fue, con mucha gente por las calles y con ganas de celebrar.

¿Te gustaría que tus hijos siguieran con el negocio en el futuro?

Me gustaría que mis hijos fueran felices trabajando de lo que les motive y guste. Si es en la librería, bien y si no, también. La realidad en la que viven mis hijos hoy es muy distinta a mi juventud. Yo vivía cerca de la librería y pasaba a menudo por la librería a saludar a mi madre y a mis abuelos.

¿Cuáles son los libros que más te marcaron en la adolescencia?

Recuerdo que me gustó una colección de cómics que aún conservo sobre un futuro no muy alentador de la sociedad japonesa y mundial llamado Akira. También algún libro de la cultura de los indios de Norteamérica como El canto de Hiawatha dónde aprendes a reflexionar sobre la simpleza de las cosas.

¿En tu infancia, convivías con los libros?

Sí, en casa había muchos libros y mapas de todo tipo.

¿Crees que hoy en día las pantallas están sustituyendo el hábito lector en los jóvenes?

Creo que el ritmo de vida y la cantidad de atractivos visuales de hoy, nos dejan poco tiempo para otras cosas, como leer por ejemplo. Pero también nos dejan poco tiempo para hacer muchas otras cosas que en épocas anteriores hacíamos.

¿Qué recomendarías a alguien que quiere abrir una librería?

Que no lo haga o que busque fuentes para ingresar dinero de otra forma. El mundo del libro está muy descompensado a nivel de ganancias. ¿Sabíais que el autor de un libro solo gana entre el 5 y el 10 % de las ganancias?

A pesar de las vicisitudes vividas, ¿cómo va el negocio tras la reforma que realizaron hace 4 años aproximadamente?

Creo que bien. A los clientes les digo que siempre que vean la puerta abierta, es que es que el negocio funciona.

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