La tenista Peng Shuai denunció que fue violada por un dirigente del gobierno chino y desde entonces se desconoce su paradero
La Asociación Femenina de Tenis (WTA) y la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) se muestran muy preocupados por la situación de la tenista china Peng Shuai, que desapareció a principios de noviembre tras denunciar que había sido violada por un dirigente del gobierno de China.
Peng Shuai, de 35 años, es una de las tenistas profesionales más importantes de China. En 2014 llegó a ser número 1 en la categoría de dobles y a lo largo de su carrera ha ganado más de 20 títulos de la WTA, entre los que destacan Wimbledon (2013) y Roland Garros (2014) también en categoría de dobles.
El 2 de noviembre, la tenista publicó un mensaje en su perfil de Weibo, una de las pocas redes sociales autorizadas en China, donde explicaba que había sido forzada sexualmente por el ex viceprimer ministro Zhang Gaoli y que después se había visto obligada a mantener una relación con él hasta hace pocos meses. El mensaje fue visto más de 100.000 veces.
El texto fue detectado rápidamente por los censores chinos y eliminado de la red social, aunque por la red circulan capturas de pantalla de la publicación. El estricto sistema de censura del gobierno chino ha bloqueado cualquier referencia al asunto y los buscadores no muestran ningún resultado si se introducen los nombres de Peng Shuai y Zhang Gaoli.
Desde entonces, Shuai no ha vuelto a hacer ninguna declaración en público o por redes sociales. La WTA, la ATP y los medios de comunicación no han podido contactar directamente con ella, aunque la Asociación China de Tenis asegura que se encuentra bien.
Tenistas de talla mundial como Naomi Osaka, tercera en la clasificación mundial femenina y ganadora de dos grand slam, y Novak Djokovic, primero del ránking mundial de la ATP y ganador de 20 grand slam, han mostrado su preocupación y denuncian la censura del gobierno chino sobre el caso.
El movimiento #MeToo en China
El movimiento #MeToo contra el acoso y la violencia sexual se hizo viral en 2018 después de que varias actrices de Hollywood denunciaran los abusos del famoso productor Harvey Weinstein.
La capacidad de difusión de las redes sociales provocó un movimiento de solidaridad global en el que miles de mujeres compartieron sus propias experiencias como víctimas de violaciones, agresiones y abusos. El #MeToo sirvió para concienciar sobre la violencia sexual en todo el mundo, independientemente del contexto o la clase social.
Sin embargo, la autoridades chinas han intentado silenciar el movimiento feminista desde el principio. El Partido Comunista Chino prohíbe cualquier crítica u oposición al gobierno y, en ese sentido, el #MeToo se considera un desafío al poder porque pone en cuestión el sistema político y social tal y como funciona ahora.
En 2020 se incorporó el delito de “acoso sexual” en el Código Civil chino, lo que se interpretó como una pequeña victoria a favor de los derechos de las mujeres chinas. Sin embargo, muy pocos casos de violencia sexual llegan a ser juzgados en el país porque las autoridades suelen exigir pruebas como grabaciones o fotografías del incidente para dar credibilidad a las acusaciones.
Esto resulta en una revictimización de la víctima, que además de sobreponerse a la agresión sexual debe defender su testimonio ante un jurado. Por eso muchas mujeres en China no denuncian las agresiones, mientras que otras utilizan las redes sociales para hacer pública su experiencia y, así, conseguir apoyo social que les ayude a presionar a las autoridades.
Es el caso de la activista Xianzi, que en 2014 fue víctima de acoso sexual por parte de Zhu Jun, un famoso presentador de televisión en China. Xianzi aprovechó el #MeToo para hacer públicos los abusos y denunciarlos ante la justicia. Sin embargo, las autoridades han bloqueado sus perfiles en redes sociales y todas las páginas web de apoyo a la activista, mientras que los tribunales han desestimado sus demandas una y otra vez.
Violencia sexual en el deporte
El caso de Peng Shuai se une al de otras deportistas de élite que también han dado la cara para denunciar agresiones y abusos sexuales sufridos durante el ejercicio de su carrera deportiva.
Uno de los casos más impactantes fue el de Larry Nassar, médico de la selección de gimnasia de Estados Unidos, que durante casi 20 años como médico titular del equipo abusó de más de 250 gimnastas menores de edad, entre ellas la estrella de la gimnasia Simone Biles.
Los abusos de Nassar salieron a la luz en 2015 y provocaron una gran polémica porque se descubrió que, a pesar de las denuncias repetidas de varias gimnastas, el médico se valió de su posición para ocultarlo y la federación estadounidense también intentó esconder los abusos para evitar un escándalo. Nassar fue condenado a cadena perpetua.
Lamentablemente, los abusos sexuales se producen en diferentes deportes y en todos los países. Estas agresiones tienen graves consecuencias para las víctimas: afectan a su autoestima y su salud mental, pero también pueden perjudicar sus relaciones personales y acabar con su futuro deportivo.