24 abril 2024
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24 abril 2024

Turismo sostenible en el Pacífico

El archipiélago de Palau recompensará a los visitantes que ayuden a proteger estas islas del impacto provocado por el turismo 

Después de dos años de restricciones por la pandemia, los países vuelven a abrir sus puertas al turismo. El problema de estos viajes es que, debido al comportamiento de algunos visitantes, puede producirse un daño medioambiental en los espacios naturales.

En este contexto, el gobierno del archipiélago de Palau, al este del océano Pacífico, ha lanzado una iniciativa pionera para disfrutar del turismo de forma responsable. El objetivo del programa Ol’au Palau es que el país reciba un turismo sostenible y que esta actividad pueda perdurar en el tiempo sin dañar el territorio y preservando los bienes culturales

El programa funciona a través de una aplicación personalizada que ofrece a los viajeros experiencias exclusivas que no podrán obtenerse con dinero, sino gracias a la forma de tratar el medio ambiente y la cultura del archipiélago. Para ello, los turistas recibirán una serie de puntos según las acciones que realicen durante su visita.

Por ejemplo, los visitantes recibirán bonificaciones por usar protector solar respetuoso con el medio ambiente y seguro para los arrecifes; visitar sitios con importancia cultural, como el Museo Nacional de Belau y Bai o el Santuario Marino Nacional,  o comer alimentos locales de origen sostenible, como el pescado o la sopa de cangrejo. 

Los visitantes irán acumulando puntos que, más tarde, podrán canjear por experiencias alrededor de las islas: podrán hacer una caminata por lugares escondidos, nadar y bucear en cuevas, compartir una comida con lugareños o pescar donde lo hacen los habitantes de la isla. 

Esta idea surgió en 2015, cuando el turismo del conjunto de islas había llegado a 150.000 visitantes al año, más de 7 veces la población del país. El gobierno estimó que había que actuar para proteger al archipiélago del daño medioambiental producido por los turistas. 

Estados insulares afectados por el cambio climático

Los países formados por islas son uno de los lugares más vulnerables al cambio climático. El calentamiento global está provocando un aumento de las temperaturas, los glaciares se están derritiendo y el nivel del mar está subiendo. Por eso los estados insulares, rodeados completamente por agua, sufren gravemente las consecuencias. 

En el caso de Palau, el nivel del mar está subiendo 9 milímetros cada año desde 1993, algo que se prevé que siga sucediendo los próximos años, según un informe del Ministerio de Meteorología de Australia. Se trata del triple de la media global, que está entre 2,8 y 3,6 milímetros.

La situación es más preocupante en otras islas. Por ejemplo, el archipiélago de Kiribati o el de Tuvalu están en peligro de desaparecer debido a la subida del nivel del mar vinculada al cambio climático. Según un informe de ACNUR, algunos cálculos aseguran que estas islas podrían quedar bajo el agua en los próximos 50 años.

Se trata de una realidad que ya han experimentado otros estados insulares. En las islas Salomón, cinco de ellas ya han desaparecido y otras seis sufren la erosión del terreno en la costa, según las imágenes satélite recopiladas por un estudio de la revista Environmental Research.

Como consecuencia, muchas de las poblaciones de estas islas se convierten en refugiados climáticos, es decir, personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares como consecuencia del impacto del cambio climático en su lugar de origen. 

Las islas de Palau

Palau es un archipiélago de más de 300 islas que forma parte de la región de la Micronesia, ubicada en el océano Pacífico occidental. La población total del conjunto de islas es aproximadamente de 19.000 habitantes, lo que lo convierte en uno de los países menos poblados de todo el mundo. 

El mayor grupo étnico del archipiélago lo constituyen los nativos palauanos, que representan más del 70 % de la población total. Sin embargo, cada vez hay más inmigrantes que deciden residir en alguna de sus islas; estos provienen sobre todo de otras zonas de la Micronesia, Polinesia, Filipinas y Europa.

La principal actividad económica de Palau son la agricultura y la pesca, dos industrias que funcionan muy bien por la localización de este país, completamente rodeado de agua. El turismo también supone una importante fuente de ingresos para las islas.

Palau cuenta con un pasado colonial: desde finales del siglo XIX fue una colonia administrada por distintas potencias, entre ellas España, Alemania o Japón. Durante la Segunda Guerra Mundial, las islas de Palau fueron el escenario de combates militares entre japoneses y estadounidenses. Finalmente, Estados Unidos fue quien se hizo con el control de la isla.

Aunque Palau consiguió independizarse como colonia y convertirse en un estado soberano en octubre de 1994, Estados Unidos sigue teniendo una gran influencia en este archipiélago: en la actualidad sigue siendo el principal país que financia a estas islas.

Esta dependencia económica es algo que Estados Unidos ha aprovechado para sus propios intereses políticos. Debido a la cercanía de Palau con la península de Corea (3.700 kilómetros), el gobierno estadounidense ha instalado allí un sistema de vigilancia para  controlar los movimientos militares de Kim Jong-un, presidente de Corea del Norte y enemigo político de Estados Unidos

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