El gobierno ucraniano pide ayuda a la comunidad internacional mientras las tropas rusas siguen avanzando y destruyendo ciudades e infraestructuras
Han pasado casi tres semanas desde que el ejército ruso inició la invasión de Ucrania. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, justifica la invasión para defender a la comunidad rusa en Ucrania; sin embargo, los ataques militares van más allá del objetivo defensivo y están atacando directamente a la población ucraniana.
Cerca de dos millones y medio de ucranianos han huido de su país para escapar de los combates, según datos de las Naciones Unidas. La mayoría son niños, mujeres y gente mayor, ya que el gobierno ucraniano ha aprobado una ley marcial que impide a los hombres de entre 18 y 60 años salir del país para que se unan a las fuerzas armadas y ayuden a combatir a las tropas rusas.
Decenas de miles de personas salen cada día de Ucrania por los corredores humanitarios que se han habilitado en diferentes pasos fronterizos: son zonas donde los ejércitos de ambos bandos se comprometen a no disparar para permitir el paso seguro de los civiles, aunque ese alto al fuego no siempre se respeta.
Por otro lado, los combates entre el ejército ruso y las tropas ucranianas están provocando numerosos muertos, aunque se desconoce la cifra exacta. Los datos de Naciones Unidas hablan de 549 civiles muertos (sin contar a los soldados), pero el gobierno de Ucrania habla de miles de muertos.
Rusia también está atacando las infraestructuras clave del país, como carreteras, puentes o centrales energéticas, para dejar a la población ucraniana sin electricidad. Esto dificulta todavía más la vida para aquellos que siguen en el país, en medio del frío y la nieve del invierno.
En los últimos días el ejército ruso ha intensificado los ataques contra ciudades clave como Mariúpol, que le permitiría controlar la costa oriental en el mar de Azov, u Odessa, el principal puerto de Ucrania en el mar Negro y uno de los puertos comerciales más importantes de Europa. También ha bombardeado hospitales, escuelas y edificios de viviendas.
El objetivo de las tropas rusas es estrechar el cerco hasta Kyiv, la capital, donde todavía resisten las autoridades. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha acusado a Rusia de estar cometiendo un genocidio y pide a los gobiernos internacionales que intervengan en el conflicto.
La comunidad internacional, al margen
Gobiernos de todo el mundo han condenado la invasión rusa de Ucrania. Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y otros países como Japón, Canadá o Australia han aplicado sanciones económicas para perjudicar a las empresas y el gobierno de Rusia, con el objetivo de presionarles y obligar a Putin a detener los ataques.
Sin embargo, estos países no han enviado tropas de apoyo a Ucrania. ¿Por qué la comunidad internacional no envía soldados a Ucrania? Porque Rusia lo consideraría un ataque y lo utilizaría como excusa para atacar también a estos países. Además, Putin dispone de armamento nuclear que está dispuesto a utilizar.
Los países de la Unión Europea se han reunido de urgencia para debatir sobre la posible adhesión de Ucrania como país miembro, aunque finalmente han rechazado la propuesta. Si Ucrania entrara en la UE, el resto de países estarían obligados a intervenir en la guerra para defenderle, según los acuerdos de defensa mutua.
La Unión Europea teme a Rusia por su proximidad: extender el conflicto más allá de Ucrania afectaría directamente a algunos países miembro en la frontera con Rusia. Por eso de momento la UE solo se ha comprometido a enviar armas a Ucrania, pero no participa directamente en los combates.
Por otro lado, Rusia es uno de los principales proveedores de gas en Europa: si la UE entrara en guerra, podría perder el suministro de gas y eso dejaría a millones de ciudadanos europeos sin electricidad ni energía.
El fracaso de la vía diplomática
Desde que empezó el conflicto, los gobiernos de Rusia y Ucrania se han reunido en tres ocasiones para intentar encontrar una solución al conflicto, pero de momento no ha habido avances para alcanzar la paz.
El último encuentro fue en la ciudad turca de Antalya. El ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, exigía un alto el fuego para poder evacuar a la población de Mariúpol, que sufre los efectos de la guerra y la escasez de alimentos y productos básicos. Kuleba ha denunciado que Rusia ha violado la tregua y ha atacado el corredor humanitario por el que se desplazan los refugiados.
Por su parte, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha culpado del conflicto a Ucrania por querer invadir los estados autoproclamados de Donetsk y Lugansk. Lavrov también ha acusado a los países occidentales de empeorar el conflicto al suministrar armas a Ucrania.
Rusia impone tres condiciones para detener los ataques. Primero, que Ucrania no entre en la OTAN ni la Unión Europea, porque supondría una amenaza a la seguridad de Rusia; segundo, que Ucrania renuncie a las regiones de Crimea, Lugansk y Donetsk (en territorio ucraniano, pero bajo el control y la influencia de Rusia); y tercero, la desmilitarización de Ucrania, lo que supondría que Rusia tendría un control absoluto sobre el país.
Por su parte, Ucrania exige un alto el fuego y la retirada de las tropas rusas en su territorio para poder iniciar la reconstrucción del país y el retorno de los millones de desplazados.