Rusia mantiene los ataques militares mientras Ucrania busca el apoyo de la comunidad internacional para ganar el conflicto
El 24 de febrero de 2022, el ejército de Rusia inició varios ataques contra ciudades ucranianas. El presidente ruso, Vladímir Putin, lo describió como una “operación militar especial” para hacerse con el Donbass, una región en el este de Ucrania, pero en el resto del mundo se empezó a hablar de una guerra en Europa.
A lo largo de doce meses, los medios de comunicación han seguido muy de cerca el conflicto y sus consecuencias: casi 8 millones de ucranianos han huido del país, hay miles de víctimas civiles y ciudades enteras destruidas. A nivel global, la guerra ha provocado una grave crisis energética en Europa y ha afectado a la economía mundial.
Con motivo del primer aniversario de la Guerra en Ucrania, respondemos a las cuestiones clave para entender el origen y desarrollo del conflicto.
¿Por qué Rusia inició los ataques?
Rusia y Ucrania formaban parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), una federación de países con gobiernos comunistas. La URSS desapareció en 1991 y varios de estos países dejaron de lado su pasado comunista para adoptar las políticas de los países occidentales.
Rusia era el país más grande y poderoso de la Unión Soviética y, todavía hoy, aspira a mantener su influencia en los territorios que formaban parte de la URSS. En ese sentido, el gobierno ruso desaprueba que países como Ucrania hayan establecido alianzas con los países europeos o Estados Unidos.
Por otro lado, Vladímir Putin reclama la región ucraniana del Donbass, en la frontera con Rusia. Las autoridades de esta zona son favorables al gobierno de Vladímir Putin y están enfrentadas con el gobierno ucraniano. Aun así, el derecho internacional establece que ningún país puede intervenir en el territorio de otro país porque estaría violando su soberanía.
¿Qué papel juega la OTAN?
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es una alianza política y militar que se fundó tras la Segunda Guerra Mundial por iniciativa de Estados Unidos. En la actualidad cuenta con 30 países miembro que se comprometen a defenderse mutuamente en caso de agresión. Ucrania no es miembro de la OTAN, pero sí se considera un país aliado.
En 2004, la OTAN inició una expansión por el este de Europa e incorporó como miembros a varias ex repúblicas soviéticas. Rusia vio este movimiento como una amenaza, porque el ejército de Estados Unidos empezó a establecer bases militares en estos países. Este es otro de los argumentos de Vladímir Putin para justificar el ataque contra Ucrania.
¿Con qué aliados cuenta Ucrania? ¿Y Rusia?
Desde el inicio del conflicto, Ucrania cuenta con el apoyo de la mayoría de países occidentales: Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y la Unión Europea, pero también Japón, Corea del Sur, Australia o Nueva Zelanda.
Por su parte, el gobierno ruso ha encontrado apoyo en antiguas repúblicas soviéticas como Bielorrusia o Kazajistán; aliados históricos como Irán, Siria o Venezuela, y varios países africanos, como Sudáfrica.
Por otro lado, hay una serie de países que se han mantenido neutrales, como China, la India, Turquía o Brasil. Estos países no han condenado los ataques y se han negado a imponer sanciones económicas. En el caso de China, además, el gobierno de Xi Jinping ha ayudado económicamente a Rusia para frenar el impacto de las sanciones.
Ambos bandos son un reflejo de la Guerra Fría, un conflicto político, económico y social que surgió tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En aquella época, el mundo se dividió en dos bloques liderados por Estados Unidos y la Unión Soviética, cada uno con sus propios intereses. Aunque han pasado más de 70 años, este enfrentamiento se mantiene entre los gobiernos de Estados Unidos y Rusia, que luchan por extender su influencia en el mundo.
¿Cuántas bajas ha habido durante la guerra?
El último informe de la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos habla de 7.199 víctimas civiles, además de 11.756 heridos. No obstante, es probable que las cifras sean mucho mayores, ya que hay zonas afectadas por la guerra donde las autoridades no tienen acceso.
En lo que se refiere a bajas militares (soldados que han muerto durante los combates), tanto Ucrania como Rusia evitan publicar cifras oficiales para no minar la moral de sus ejércitos. En diciembre, un oficial del gobierno ucraniano habló de 13.000 soldados muertos; mientras que un informe del servicio ruso de la BBC confirmaba 10.000 soldados rusos caídos en combate. El ejército de Estados Unidos calcula que han muerto alrededor de 100.000 combatientes en cada bando.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta los cerca de 8 millones de ciudadanos ucranianos que han salido del país. De estos, casi 5 millones se han registrado como refugiados en alguno de los programas de acogida de los países europeos, según datos de la Organización Internacional de Migraciones.
¿Cómo ha afectado la guerra a nivel global?
La guerra ha tenido varias consecuencias a nivel global. Una de las más inmediatas fue la crisis energética que ha afectado a los países europeos. Rusia es uno de los mayores productores mundiales de gas y el principal proveedor en Europa; sin embargo, tras las sanciones económicas y el posicionamiento de la Unión Europea a favor de Ucrania, el gobierno ruso empezó a utilizar el suministro de gas como arma política.
Por su parte, Ucrania es uno de los principales productores de cereales y exporta millones de toneladas de grano a otros países de Europa, Asia y África. La guerra ha interrumpido la producción y distribución de cereales, lo que podría agravar la emergencia humanitaria en diferentes regiones africanas.
Por último, la guerra también ha tenido repercusiones en la economía global. Los paquetes de ayuda de miles de millones de dólares, la falta de materiales y la crisis energética (que obliga a buscar suministros alternativos) ha provocado una inflación o aumento de los precios en todo el mundo, que afecta especialmente a la población con menos recursos.
¿Las sanciones contra Rusia han sido realmente efectivas?
Desde el inicio de la guerra, numerosos países de la comunidad internacional han impuesto sanciones económicas para perjudicar la economía rusa e intentar obligar a Putin a frenar los ataques. En ese sentido, las sanciones son una forma indirecta de intervenir en el conflicto sin participar directamente en el campo de batalla.
Las sanciones iban dirigidas a los productos rusos, muchos de los cuales ya no pueden importarse. La Unión Europea también está buscando fórmulas para dejar de consumir gas y petróleo rusos. Además, se han impuesto restricciones a las grandes fortunas rusas y se ha limitado la libertad de circulación de sus ciudadanos. El objetivo es presionar a la población rusa para que, a su vez, presione al gobierno de Putin.
Aun así, Rusia sigue siendo uno de los principales productores de gas y petróleo a nivel mundial, y esto le otorga un gran poder de negociación. El año pasado, Rusia aumentó un 28% los ingresos del petróleo y del gas, según informaciones oficiales. Esto demuestra que, a pesar de las sanciones, Rusia mantiene una gran influencia en la economía mundial.
¿Cómo ha sido la cobertura mediática de la guerra?
En febrero de 2022, cientos de periodistas de todos los continentes se desplazaron hasta Ucrania para informar sobre el estallido de la guerra. Los ataques rusos en ciudades ucranianas ocupaban las portadas de los periódicos y las televisiones dedicaban horas de su programación a informar sobre los combates. La guerra se retransmitía en directo.
Con el paso de las semanas y los meses, la atención mediática se ha ido reduciendo. El foco informativo se ha desplazado a otros temas de actualidad como la muerte de Isabel II, la revolución en Irán, la celebración del Mundial de Qatar, el terremoto de Turquía…
Ahora, con motivo del primer aniversario de la guerra, medios de comunicación de todo el mundo han vuelto a Ucrania para explicar en qué situación se encuentra el país y su población, en qué condiciones sobreviven y qué esperan del futuro.
En cambio, el panorama informativo es muy diferente en Rusia, donde el gobierno se esfuerza por mantener su versión del conflicto ante la población: no es una guerra, sino una “operación militar especial”. La censura informativa ha afectado a numerosos medios de comunicación: muchos han tenido que cerrar por criticar la figura de Putin y negarse a contar la versión oficial. Lo mismo sucede en las calles, donde las protestas contra la guerra están prohibidas y los manifestantes rusos se enfrentan a penas de cárcel.
¿Cuánto durará la guerra?
Es la pregunta que se hace todo el mundo. Lamentablemente, no parece que el final del conflicto esté cerca.
Pocos días antes de que se cumpliera el primer aniversario de la guerra, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, viajó por sorpresa a Kyiv. Esta visita tiene un gran simbolismo por las dificultades que supone visitar una zona de guerra y el hecho de que el líder de uno de los países más poderosos del mundo haya expuesto su seguridad para hacerlo.
Estados Unidos es el aliado militar más importante de Ucrania y hasta hoy ha destinado más de 20.000 millones de dólares y toneladas de armamento (armas, tanques, misiles, lanzacohetes, escudos antiaéreos) para combatir las tropas rusas. Biden ha asegurado que seguirán ayudando a Ucrania “el tiempo que haga falta”.
Por su parte, Vladímir Putin ha respondido a Biden durante su discurso del estado de la nación. El presidente ruso culpa a Estados Unidos y los países de Occidente de iniciar la guerra con la expansión de la OTAN cerca de sus fronteras. Por lo tanto, Rusia considera legítimo y justo atacar a Ucrania para defenderse y ha anunciado el desarrollo de armamento de última tecnología para ganar la guerra.