Miles de personas en todo el mundo son víctimas de discriminación y acoso debido a su orientación sexual o identidad de género
Sábado 10 de junio. Son las 9 de la noche y cientos de pasajeros utilizan la línea 1 del metro de Barcelona para desplazarse. En mitad de la multitud, un hombre se dirige a una mujer trans que iba sentada y empieza a darle una brutal paliza. La mujer recibe golpes y patadas en la cara y en el cuerpo y varios insultos. Nadie hace nada para impedirlo.
Domingo 11 de junio. Borja Iglesias y Aitor Ruibal, dos futbolistas del Real Betis Balompié, posan junto a otros jugadores en una boda. La fotografía, donde ambos aparecen llevando un bolso, empieza a viralizarse en redes sociales. Los jugadores denuncian haber sido víctimas de numerosos ataques e insultos homófobos por su vestimenta.
Estos son solo dos de los últimos acontecimientos que han ocurrido en la última semana en España. Pero desgraciadamente no se trata de hechos aislados. En la actualidad, miles de personas en todo el mundo son víctimas de discriminación y acoso debido a su orientación sexual o identidad de género.
Históricamente, el colectivo LGTBIQ+ ha vivido rodeado de prejuicios y discriminación por parte de la sociedad. La idea de que la homosexualidad o la transexualidad no eran algo “normal” llegó a ser defendida por la Organización Mundial de la Salud, que hasta 1990 consideraba la homosexualidad como una enfermedad mental.
El problema es que estos prejuicios se han traducido en agresiones directas. El colectivo LGTBIQ+ es uno de los que más ataques sufre por ser quienes son. En 2021, la orientación sexual o la identidad de género fueron la tercera causa de delito de odio en España: en total, se cometieron 314 delitos de LGTBIfobia, según estadísticas del Ministerio del Interior.
Los miembros del colectivo reciben agresiones de todo tipo: insultos, amenazas, lesiones, acoso, intimidación… El problema es que muchas de las víctimas no presentan denuncia, por lo que se estima que los delitos de LGTBIfobia podrían ser aún mayores que los reflejados en los datos oficiales.
Por esta razón, junio se convierte cada año en el mes del orgullo. El objetivo es combatir la discriminación que sufre el colectivo y reclamar los mismos derechos y oportunidades que el resto de la ciudadanía. Además, cada 28 de junio se conmemoran los disturbios de Stonewall Inn, que marcaron un antes y un después en la defensa de las personas LGTBIQ+.
La homofobia en el mundo
A pesar de vulnerar los derechos humanos y de ir en contra del principio de igualdad, la homofobia está presente en varios países de todo el mundo y se promueve a nivel institucional a través de los gobiernos. En los últimos años, varios países han aprobado leyes discriminatorias contra el colectivo LGTBIQ+.
En Rusia, el gobierno de Vladímir Putin ha aprobado varias medidas que persiguen al colectivo LGTBIQ+ y limitan sus derechos. En noviembre de 2022 se aprobó una ley que prohíbe la “propaganda gay” en los medios de comunicación, Internet, la publicidad, la literatura y el cine.
En marzo, el Parlamento de Uganda votó a favor de un nuevo proyecto de ley que persigue la homosexualidad en el país. Según la norma, las personas que tengan relaciones con su mismo sexo o que simplemente se identifiquen como parte del colectivo LGTBIQ+ podrán ser condenadas con penas de hasta 20 años de cárcel o incluso cadena perpetua.
En el mundo hay 69 países que criminalizan la diversidad sexual, es decir, que consideran un delito los actos sexuales entre personas del mismo sexo, según el informe Homofobia de Estado. En seis de estos países (Arabia Saudí, Brunei, Irán, Mauritania, Nigeria y Yemen), las leyes contemplan la pena de muerte como castigo para la homosexualidad.
Este tipo de condenas ponen en peligro la vida de las personas LGTBIQ+, siendo las personas trans las más vulnerables. Un total de 3.664 personas transexuales y transgénero murieron asesinadas en 75 países del mundo entre 2008 y 2020, según datos del Observatorio de Personas Trans Asesinadas.
La concienciación en redes sociales
La agresión a la mujer trans en Barcelona y los insultos homófobos hacia los dos futbolistas del Betis han demostrado cómo la transfobia y la homofobia siguen siendo un problema en la sociedad que debe ser erradicado si queremos proteger los derechos y libertades fundamentales de toda la población.
En este sentido, el papel de las redes sociales en la concienciación y la lucha contra la discriminación del colectivo LGTBI+ ha sido fundamental. Estas se han convertido en una plataforma poderosa donde las personas del colectivo han podido compartir sus experiencias y alzar la voz contra los desafíos a los que se enfrenta la comunidad.
En este sentido, aquellos que durante años han estado marginados o silenciados ahora tienen la oportunidad de ser escuchados a nivel global. Además, a través de las redes sociales, muchas personas que no son LGTBIQ+ han podido conocer cuál es la lucha del colectivo y qué problemas atraviesan por el hecho de ser quienes son.
Sin embargo, las redes no solo han servido para concienciar, sino que también han sido escenario de discursos de odio y acoso contra el colectivo. Por eso es necesario promover un uso responsable de Internet y fomentar entornos virtuales seguros y respetuosos para todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género.