Donald Trump impone un nuevo veto migratorio
El presidente ha firmado un decreto que prohíbe la entrada a Estados Unidos de ciudadanos procedentes de 12 países, entre ellos Afganistán, Irán y Libia
El presidente Donald Trump ha firmado un nuevo decreto que prohíbe la entrada a Estados Unidos a ciudadanos procedentes de 12 países. La medida entrará en vigor el próximo lunes y, con ella, se restablecerá una de las medidas más controvertidas de su primer mandato en la Casa Blanca.
La prohibición afecta a Afganistán, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Myanmar, Somalia, Sudán y Yemen. Además, el decreto restringe parcialmente la entrada de personas de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela.
La medida contempla varias excepciones. Se permitirá la entrada a los residentes permanentes legales en Estados Unidos (titulares de la llamada green card). También podrán ingresar las personas con doble nacionalidad, siempre que utilicen el pasaporte del país que no esté vetado.
Trump ha argumentado que esta restricción busca proteger a Estados Unidos de posibles terroristas extranjeros y de otras amenazas para la seguridad nacional. El presidente ha criticado a su antecesor, el demócrata Joe Biden, por permitir la entrada de miles de personas sin llevar a cabo un control migratorio estricto.
El decreto señala que algunos gobiernos no comparten suficiente información sobre sus ciudadanos o no verifican bien sus identidades. Por esta razón, las restricciones estarán vigentes hasta que los países corrijan este tipo de irregularidades que, según Trump, representan un riesgo para Estados Unidos.

¿Cuáles serán las consecuencias de las restricciones impuestas por Trump para la ciudadanía?
¿Qué es un veto migratorio?
Cuando hablamos de veto migratorio nos referimos a la medida aprobada por Donald Trump que restringe la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de ciertos países. Ahora se vuelve a utilizar este concepto porque el presidente ha vuelto a declarar esta prohibición, pero no es la primera vez que lo hace.
La primera versión del veto migratorio fue aprobada en 2017, cuando Trump llegó por primera vez a la Casa Blanca. La medida afectaba entonces a personas de siete países de mayoría musulmana: Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen. Posteriormente, la lista cambió y se ampliaron las restricciones a lugares como Corea del Norte y Venezuela.
Trump argumentó que las personas que provenían de estos países representaban un posible riesgo porque podrían tener vínculos con el terrorismo. Por eso, consideraba necesario imponer controles migratorios más estrictos. Según él, estas medidas ayudarían a proteger la seguridad de Estados Unidos y a prevenir posibles ataques.
La orden provocó un caos inmediato en aeropuertos de todo el país, donde personas con visados válidos quedaron detenidas o fueron devueltas a sus países de origen. Asimismo, la medida fue ampliamente criticada por las organizaciones de derechos humanos, que señalaron que se trataba de una medida discriminatoria y xenófoba.
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Donald Trump siempre ha tenido una postura muy dura y crítica hacia la inmigración, especialmente contra las personas que entran a Estados Unidos sin permiso. Esto le ha llevado a aplicar medidas como la deportación, es decir, expulsar a los migrantes irregulares de EE.UU. y devolverlos a su país de origen.
En mayo de 2025, los vuelos de deportación organizados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) alcanzaron su nivel más alto desde que Trump asumió la presidencia. El ICE realizó 190 vuelos de expulsión, el número más alto desde 2021, mientras que la media diaria de deportados llegó a unas 850 personas.
Cuando hablamos de veto migratorio, deportaciones y políticas antiinmigración, no debemos olvidar que detrás de cada dato hay personas reales que sufren las consecuencias.
Muchas familias inmigrantes tienen miembros que están en Estados Unidos con permiso y otros que no. Así, las deportaciones separan a hijos, parejas y otros familiares. Además, al ser deportadas, muchas personas regresan a países donde hay violencia, pobreza o inestabilidad, lo que puede ponerlas en peligro o en condiciones difíciles.