Has producido tu propio tema. ¿Sabes cómo llevarlo al directo?
Bernat Mola, profesor de Microfusa, nos da las claves para convertir tu proyecto musical en un show en directo con personalidad
Hoy en día, producir música desde casa está al alcance de cualquiera. Solo hace falta un ordenador, un micro medio decente y, por supuesto, ganas y creatividad. Si hay talento, y especialmente si lo estás desarrollando en una escuela de música, seguro que de las sesiones caseras pueden salir grandes temas. Y entonces, llega el momento de pensar en presentar tu música al público. ¿Cómo se hace para llevar tus temas al directo?
Bernat Mola, músico, productor y profesor en la escuela Microfusa, explica que “crear un tema en casa es muy accesible hoy en día, pero llevarlo al directo es otra historia”. Cuando compones un tema con tu ordenador y suena increíble en tus auriculares, es fácil imaginarte en un escenario. Pero tocarlo en vivo requiere adaptarlo: decidir qué vas a tocar, qué vas a cantar, qué dejarás grabado y qué harás tú en directo. No se trata solo de «darle al play».
En este sentido, Mola plantea dos posibles situaciones muy distintas a la hora de llevar un tema al directo. Por un lado, puede ser que hayas creado canciones pensando en una banda, en la que cada músico asume una parte: batería, bajo, teclados, voz… “Cuando formas parte de una banda, hay una tendencia natural a tocar juntos. Las canciones muchas veces se terminan de construir en el local de ensayo. Uno trae una idea desde casa y entre todos la van desarrollando hasta que cobra vida en grupo”, explica Bernat.
En estos casos, el directo nace casi de forma orgánica: la canción se adapta al directo desde el principio, y cada músico aporta su interpretación.
Por otro lado, está la situación del/la productor/a que crea solo en casa, muy común hoy en día en la música urbana o electrónica. Aquí, todo el proceso creativo sucede delante del ordenador, y al pasar al directo surgen preguntas como: ¿qué hago en escena? ¿Reproduzco la base? ¿Canto? ¿Toco algo en vivo?
“Ahí el reto es diferente: no se trata solo de presentar un repertorio, sino de defenderlo solo en el escenario sin que se limite a disparar bases. Eso es lo que intento trabajar con mis alumnos en Microfusa”, dice.
Disparar bases consiste en hacer sonar partes de la canción ya grabadas (como la batería o sintetizadores), usando un controlador o un software. “Lo más común es quitar algunas capas de la canción —como la voz o una guitarra— y tocarlas en directo, mientras el resto suena de fondo”.
Dar dinamismo al espectáculo
Estas bases suelen sonar desde un archivo MP3 o WAV, y el autor o cantante va interpretando encima. Pero si haces esto tema tras tema, sin más, advierte Mola, corres el riesgo de que tu concierto “parezca una presentación de PowerPoint musical”. Por eso, es clave “darle dinamismo al show”, explica.
Para evitar que el concierto pueda ser demasiado monótono, puedes añadir elementos visuales (como proyecciones o luces), invitar a alguien más al directo o tocar instrumentos en vivo.
“Muchos artistas empiezan a añadir un amigo o amiga al directo para ayudar con las bases o tocar algo en vivo. Así el show es más variado y no tan repetitivo”, comenta.
También existen figuras como el productor de directo o incluso un director escénico, que ayudan a diseñar el concierto como una experiencia, no solo una lista de canciones.
La importancia del técnico de sonido
En cualquier concierto hay una persona que se encarga de que todo suene bien: el técnico de sonido. Su trabajo es equilibrar volúmenes y asegurarse de que el público y tú escuchéis todo correctamente.
“Al principio puede ser estresante. No sabes qué esperar o cómo comunicarte con el técnico, pero con el tiempo te familiarizas”, explica Mola, en base a su propia experiencia.
Además, sobre el escenario hay unos altavoces que miran hacia ti llamados monitores, para que puedas escucharte mientras tocas. No hace falta que seas experto/a en sonido, pero sí es útil entender cómo funciona una prueba de sonido y poder decir si algo no está bien.
Ensayos y pruebas de sonido
Antes de cualquier concierto se hace una prueba de sonido (dura entre 1 y 2 horas), en la que se sube al escenario, se conecta todo y se ajustan volúmenes y efectos.
Pero más allá de eso, ensayar en condiciones reales es clave. Algunas salas o centros cívicos en Barcelona, como La Nau, Salamandra o El Carmel, permiten alquilar el escenario para hacer ensayos completos con técnico, luces, y más.
“Allí puedes practicar todo el concierto como si fuera real. Esto ayuda muchísimo si vas a usar luces, visuales o si necesitas acostumbrarte a cómo suena una sala de verdad”, explica Mola, que recuerda además que si quieres producir y llevar tus temas al directo, “hay muchos recursos hoy en día para formarse y no sentirse solo. Lo importante es salir, probar, ensayar y aprender. Así es como un proyecto crece y se hace realidad.”