La guerrilla kurda PKK anuncia su disolución
El anuncio supone el fin de la lucha armada contra Turquía que empezó hace más de 40 años y que ha dejado unos 45.000 muertos
El grupo guerrillero PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), que lucha por la autonomía de los kurdos en Turquía, ha anunciado su disolución. Después de 40 años de enfrentamientos con el Estado turco, la organización ha decidido poner fin a su lucha armada en busca de una resolución pacífica al conflicto.
La disolución responde a la carta que el fundador y líder del PKK, Abdullah Öcalan, envió a la organización en febrero, pidiendo el cese de la violencia. El político, que cumple cadena perpetua por su relación con la guerrilla, escribió el mensaje desde la cárcel en la que lleva encarcelado y en aislamiento casi total desde 1999.
El PKK fue fundado en 1978 e inició la lucha armada contra Turquía seis años después. En todo este tiempo, la organización ha llevado a cabo ataques contra fuerzas armadas turcas, pero también atentados en zonas rurales y urbanas. El conflicto ha dejado más de 45.000 muertos.
Turquía y otros países del mundo, como Estados Unidos o la Unión Europea, han considerado al PKK como una organización terrorista. Sin embargo, para muchos kurdos la organización ha sido un símbolo de resistencia frente a la opresión y la negación de su identidad.

El escenario que se plantea ahora
¿Quiénes son los kurdos?
Los kurdos son uno de los pueblos más antiguos y numerosos de Oriente Medio. Viven desde hace más de 2.000 años en una región montañosa conocida como Kurdistán, que abarca partes de otros países como Turquía, Irak, Irán y Siria. Entre 25 y 35 millones de personas forman parte de esta comunidad que comparte lengua, cultura y tradiciones.
Uno de los momentos clave de su historia tuvo lugar tras la Primera Guerra Mundial, cuando las potencias vencedoras y el Imperio Otomano firmaron el Tratado de Sèvres. Este texto contemplaba la posibilidad de crear un estado kurdo independiente, lo que alimentó las aspiraciones de los kurdos de tener un país propio.
Sin embargo, esto nunca ocurrió. El territorio tradicionalmente habitado por los kurdos quedó finalmente dividido entre Turquía, Irán, Irak y Siria, donde este pueblo se convirtió en minoría. A lo largo de la historia, los kurdos han sido objeto de represión y no han tenido reconocidos ciertos derechos.
En ese contexto, muchos kurdos empezaron a organizarse políticamente. Uno de ellos fue Abdullah Öcalan, quien fundó el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) en 1978. La organización surgió como una respuesta radical a la negación de la identidad kurda y, en 1984, empezó la lucha armada contra el Estado turco.
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Cuando el PKK se creó, su objetivo inicial era la creación de un estado kurdo independiente. La organización quería que su pueblo tuviera un país propio, con gobierno, territorio y leyes. Sin embargo, con el tiempo el grupo fue cambiando su enfoque. En los últimos años, empezaron a luchar por la autonomía regional.
Querían que los kurdos tuvieran un mayor control sobre sus decisiones políticas en los países en los que están repartidos. Además, empezaron a centrar su lucha en defender sus derechos lingüísticos y culturales, como el derecho a hablar su lengua, enseñar su historia y preservar sus tradiciones.
Ese cambio de enfoque vino acompañado de una serie de intentos por lograr la paz. En 2013, Öcalan compartió por primera vez la idea de dejar las armas y buscar una solución democrática para el pueblo kurdo. A partir de ahí, se abrió un proceso de paz, y el gobierno turco y el PKK empezaron a dialogar.
La disolución del grupo guerrillero finalmente marca un cambio histórico, pues deja atrás 40 años de violencia. Ahora se espera que la lucha de los kurdos por sus derechos no termine con la disolución del PKK, sino que continúe a través de medios pacíficos y políticos.