Prevenir el bullying y proteger a los niños con autismo en la escuela
El acoso escolar afecta en mayor grado a los alumnos con Trastorno del Espectro Autista.
El acoso escolar es un problema grave que afecta a muchos estudiantes, pero aún más a aquellos que tienen Trastorno del Espectro Autista (TEA). Las dificultades en la comunicación y la interacción social los hacen más vulnerables al bullying. No es su condición lo que provoca el acoso, sino la percepción de diferencia que otros pueden tener sobre ellos.
El bullying puede causar aislamiento, ansiedad y dificultades académicas. La mejor manera de prevenirlo es educar sobre la diversidad y fomentar la empatía. La escuela, la familia y los compañeros tienen un papel fundamental en la protección de estos niños y jóvenes.
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Acoso escolar en niños con TEA
El acoso escolar es cualquier forma de maltrato verbal, físico o psicológico que se repite en el tiempo. Puede manifestarse a través de insultos, burlas, exclusión social o agresiones físicas. También puede ocurrir en línea mediante el ciberacoso.
Los estudiantes con TEA sufren acoso hasta cuatro veces más que sus compañeros sin discapacidad. Esta situación afecta gravemente su bienestar emocional y su rendimiento académico.
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Factores de vulnerabilidad
Las personas con TEA tienen dificultades para interpretar las señales sociales y expresar lo que sienten. A veces no se dan cuenta de que están siendo víctimas de acoso. En otros casos, no saben cómo reaccionar o defenderse.
Los espacios sin supervisión, como el patio o el comedor, son especialmente peligrosos. La falta de apoyo y adaptación en la escuela también aumenta este riesgo. Sin estrategias adecuadas de inclusión, muchos niños con TEA quedan aislados y expuestos al acoso.
Consecuencias del acoso
El bullying provoca miedo y estrés en los niños con TEA. Muchos se cierran en sí mismos y evitan el contacto con sus compañeros. La ansiedad y la depresión son consecuencias frecuentes en quienes sufren acoso.
El rendimiento escolar se ve afectado porque el miedo y la inquietud dificultan la concentración. Algunos niños dejan de querer ir a la escuela.
Las secuelas pueden durar toda la vida. La autoestima y la confianza en los demás pueden verse deterioradas. Muchos adultos con TEA que sufrieron acoso escolar continúan enfrentándose a dificultades emocionales y sociales.
Prevención y estrategias de actuación
El acoso escolar se puede prevenir con medidas adecuadas. La educación y la sensibilización son clave para crear un ambiente seguro e inclusivo.
Los centros educativos deben tener normas claras contra el acoso. Es fundamental que el profesorado esté formado para detectar y abordar estos casos.
Los patios deben ser espacios seguros. La supervisión y la organización de actividades inclusivas ayudan a prevenir situaciones de acoso.
La educación en valores y diversidad debe formar parte del currículo. Un ambiente escolar basado en el respeto reduce el riesgo de bullying.
Los compañeros pueden marcar la diferencia. La empatía y el respeto deben fomentarse desde pequeños. Es importante que conozcan qué es el TEA para entender mejor a sus compañeros y evitar actitudes de burla o rechazo. El acoso se detiene más rápidamente cuando los testigos intervienen. La indiferencia permite que continúe.
Las familias deben estar atentas a posibles señales de acoso. Cambios en el comportamiento, rechazo a ir a la escuela o alteraciones en el estado de ánimo pueden ser señales de alerta. Es importante mantener una comunicación constante con los profesores. Trabajar juntos permite detectar y afrontar el problema a tiempo.
Existen guías y recursos especializados para ayudar a las familias a prevenir y actuar ante el acoso escolar.
Este artículo forma parte de la Unidad Didática ‘Autismo y empoderamiento‘, elaborada en colaboración con la Federació Catalana Autisme.